Los días 27, 28 y 29 de mayo se reunió la primera Cumbre de los Pueblos Indígenas, convocada desde el acampe de las comunidades Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé que se encuentra desde hace más de 100 días en Avenida de Mayo y Avenida 9 de Julio sin obtener respuesta a los reclamos de los pueblos originarios.
Martes 2 de junio de 2015
Fotografía: Facebook // Resistencia Qom
Las autoridades de 25 pueblos indígenas provenientes de 17 provincias del país, se reunieron en la Cumbre Nacional de los Pueblos Indígenas convocada a fines de mayo para reclamar, entre otras cosas, se respeten sus derechos consagrados en tratados internacionales y en la Constitución Nacional, el fin de la intimidación y la represión a los pueblos originarios, el respeto a las leyes de derecho ambiental, la derogación de la Ley Antiterrorista, el desprocesamiento de los líderes procesados y la apertura al diálogo de parte del gobierno nacional, que hasta la fecha no ha hecho nada más que darles la espalda.
Otro de los principales puntos de discusión fue contra el modelo de producción extractivista, que se contrapone a la relación que los pueblos originarios tienen con la tierra. Es el avance de las empresas multinacionales, saqueando los recursos y avanzando sobre los territorios, lo que da origen a diversos conflictos a lo largo y ancho del país, y que este año llevo a que las comunidades se hayan instalado en el centro político del país.
100 días
Desde el día 14 de febrero, comunidades de cuatro pueblos originarios de Formosa (Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé) reclaman acampando pacíficamente en Av. De Mayo y Av. 9 de Julio en el centro porteño contra la opresión, la represión, la falta de salud, educación y vivienda, y el avance sobre los territorios. Y por el cumplimiento de sus derechos amparados por leyes y tratados nacionales e internacionales, como la ley 26.160 de relevamiento territorial, el convenio 169 de la OIT o el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional.
Más de 100 días en los que han impulsado distintas movilizaciones y cortes, presentaciones de notas a los tres poderes del Estado, a fin de visibilizar sus reclamos, en los que fueron acompañados por distintas organizaciones y por referentes de derechos humanos como el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el historiador Osvaldo Bayer y las Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, Elia Espen y Mirta Baravalle. Nunca fueron recibidos. Las únicas respuestas recibidas fueron represiones (llegando al punto tan brutal de ser reprimidos en Formosa el pasado 24 de marzo), espionaje y atentados, tanto en el acampe como en la comunidad Qom.
Más allá de todos los amedrentamiento, Jorge Palomo referente wichi de Laguna Yema declaró al respecto que “La decisión es que el acampe se mantenga (…) el acampe qopiwini va a seguir, mientras no haya ningún tipo de respuesta del gobierno. Por ahora no hubo voluntad de diálogo, mientras no nos saque la policía no nos vamos a ir”.
Marichi weu (diez veces venceremos)
Sobre la Cumbre Moro Flores, de la comunidad diaguita de Catamarca, que viene de combatir la minería en Andalgalá en un proceso de lucha que lleva años, declaró: "En la cumbre discutimos el rechazo al modelo extractivista que impone el gobierno como único proyecto de ‘desarrollo’, la derogación de las leyes represivas como la ley antiterrorista, que la diseñan contra la resistencia, porque así como hay intransigencia de ellos, hay intransigencia nuestra porque nosotros vamos a endurecer las medidas de lucha”.
“Concluimos que estamos en un contexto de choque cultural. Hay dos formas de pensar el territorio, dos formas de caminar. Los indígenas siempre vamos a cuidarlo porque ahí está nuestra forma de pensar, nuestra vida, nuestra espiritualidad. Lo llevamos adentro, mientras que el Estado va a seguir destruyendo por intereses económicos. Todo lo que estamos viendo minería, gasoducto, es muy fuerte la destrucción del medio ambiente y la contaminación”, señaló Jorge Palomo. Y agregó que “lo positivo del balance es que anticipamos que viene una segunda cumbre, hoy estamos en tiempo de la unidad, en tiempo de encontrarnos con los hermanos de distintos pueblos, hemos logrado el primer paso, hemos abierto la primera puerta, un paso lento pero seguro”.
Durante la convención, se decidió marchar desde el acampe hasta la Casa Rosada, para hacer llegar el documento elaborado a Cristina Fernández de Kirchner solicitando entablar nuevas vías de diálogo para que la presidencia argentina se haga cargo de todos los tormentos y problemas que padecen desde hace años las distintas comunidades a nivel nacional ya sea por problemas políticos, territoriales, culturales o ambientales.
La marcha llegó a la casa Rosada, donde esperaban ser recibidos y entregar el documento. Nada de eso ocurrió. La delegación, no fue recibida y tampoco les dejaron entregar el documento por mesa de entradas.
Sin bajar la cabeza, la delegación se retiró por Av. De Mayo al grito de “¡Marichi weu!”, levantando wiphalas y wenufoye (bandera mapuche), convencidos de que su lucha no termina ni empieza con la presentación de una nota ante el gobierno. “Nosotros sabíamos que no lo íbamos a resolver acá. Contamos con un piso de gente, pero nuestra fuerza reside en nuestro territorio con el acompañamiento de otras organizaciones sociales, políticas. La intención es dejar constituida la coordinación nacional e impulsar un movimiento indígena a partir de los acuerdos logrados y hacer una próxima cumbre dentro de unos meses para ir ajustando esos acuerdos, pero la idea es unificar las luchas indígenas de todo el país." Sostuvo Flores.
“Nos están matando”
Tras más de 3 horas de espera, y ante la negativa a ser recibidos, Félix Díaz habló ante quienes lo acompañaban “para nosotros es muy doloroso perteneciendo a los pueblos originarios. Yo creo que la responsable directa de esta situación es la presidenta de la nación, porque se niega a un diálogo con los pueblos indígenas, y nosotros lo que queremos es resolver los problemas y no generar conflictos.”
“Es difícil soportar esta situación(…) ojalá que (la delegación) encuentre la respuesta del gobierno, porque para mí es un golpe muy fuerte y me provoca mucho dolor, porque vengo así soportando, entregando notas, hace 5 años que vengo repitiendo, cada año presentamos 4 notas, en ningún momento hemos tenido respuesta de las presentaciones. Y estando ahí, me están matando, me estoy muriendo enfrente de esa casa rosada, que debería ser la solución a los problemas que tenemos” Remarcó el líder indígena.
Jorge Palomo, declaró: “hemos llegado a concluir que nuestros pueblos siguen olvidados, discriminados. El Estado nos mata silenciosamente con muchas injusticias (…) nos matan por ser indígenas, no nos atienden por pensar diferente, nos matan por tener nuestra propia forma de hablar, por tener otro color de piel. Nos ignoran”.
Recuperar la tierra y vivir en libertad
Ya van más de 500 años de luchas de los pueblos originarios, los ataques y represiones fueron moneda corriente en todos gobiernos a lo largo de la historia. La Cumbre de Pueblos Indígenas es un intento de organizar a las distintas comunidades contra las opresiones que sufren cotidianamente, a la que hay que sumar la lucha de todos los oprimidos, por el fin de toda opresión.
Moro Flores señaló que "Las tareas de los pueblos originarios se van a resolver en la medida en que seamos capaces de organizarnos y salir con una política clara que no sólo apunte a fortalecer el movimiento indígena sino dificultarle la implementación de las políticas al gobierno y al Estado”.