Desde la agrupación Marrón, además de celebrar que se fue la dirección responsable de los casi 1600 despidos, queremos intentar hacer un balance de lo ocurrido hasta hoy y empezar a discutir en común con todos los compañeros y compañeras ¿Cómo seguimos?
Jueves 19 de diciembre de 2019 09:35
El calvario comenzó a principios del 2016 cuando la dirección macrista de entonces, para poder llevar adelante su promesa de ajuste con Marcos Peña y el gobierno nacional, acusó a los trabajadores del Hospital de querer “sabotearlo”, rompiendo el resonador. Utilizaron un error humano para justificar lo que harían después.
La Nación, vocero de Marquitos, amenazaba: se vienen los despidos, y así siguió, con los más de 640 despidos de compañeros que habían ingresado en el 2015. Para que no se nos borre de la memoria: en ese momento un dirigente sindical de apellido Silva, pidió levantar cualquier medida de lucha a cambio de una “mesa de negociación”. A partir de ese momento, a los “compañeros” de ATE no se los vio nunca más pelear ni denunciar un solo despido. Lo más triste es que intentaron convencer que los despidos no eran compañeros, sino “ñoquis”.
Desde la agrupación Marrón planeábamos para que todos los trabajadores supieran que ese, era un ataque al conjunto de los trabajadores del hospital y que era solo la puerta de entrada para el verdadero objetivo: el ajuste, la precarización y el despido masivo del activismo que se produjo meses después.
Y no nos equivocamos: Luego de eso empezaron a colocar cámaras sólo para amedrentar a los trabajadores. Pusieron puestos de gendarmería permanentes, y ellos eran los responsables del monitoreo. Privatizaron la limpieza, les cambiaron el horario a los compañeros de seguridad, repartieron direcciones a “su gente”. Mientras, los satélites de ATE y UPCN empezaron a agitar que había que callar: se acercaban más despidos.
Uno de los hechos más repudiados luego de los 640 despidos fue el aumento de la jornada laboral a 12 horas de enfermería turno noche. La pelea que dieron esas compañeras fue histórica. Y un dolor de cabeza muy grande para Bertoldi y Leonardi. Pero la respuesta de la dirección fue contundente. Todo el activismo afuera. Echaron a todas esas enfermeras que se enfrentaron a la precarización de su trabajo pero además a todos los compañeros y compañeras que desde hacía años eran la primer línea en la trinchera contra los ataques del estado y las distintas direcciones.
También los gremios STS y CICOP sufrieron ataques: fueron eliminados sus códigos de descuentos y la mayoría de los delegados amedrentados con descuentos e incluso despidos.
Y allí se envalentonaron: ante la complicidad descarada de los sindicatos ATE y UPCN fueron sobre un sector que nunca antes había sido tocado: los profesionales. Alrededor de 100 profesionales con una labor ineludible fueron despedidos dejando a miles de pacientes a la deriva, servicios completos fueron cerrados. Una verdadera tragedia.
Pero no todo fue pura ganancia para esa patronal nefasta. La resistencia fue realmente muy importante. Las trabajadoras y trabajadores dieron una batalla ejemplar. Heroica. Lograron llegar a todo el país con sus acciones. Lograron juntarse con las mujeres en lucha para visibilizar el conflicto. Y le arrancaron al gobierno varias reuniones en donde los funcionarios con cara de piedra les decían que no tenían idea de lo que estaba pasando, sin importarles lo indigno y vergonzoso que sonaba.
Hoy, los responsables de esta realidad se fueron por la ventana, tratando de que no quede registro de sus fechorías. Acompañados por gendarmes, tapándose la cara los muy ratas. Pero los trabajadores que siguieron en el hospital son realmente maltratados. Miles de veces les metieron la mano en el bolsillo, les hicieron presentar varias veces miles de documentos, les roban mes a mes la “autogestión” (excedente que se reparte entre trabajadores del cobro a las obras sociales), no les pagan las horas extra, no son recategorizados, son expulsados de sus servicios.
Por eso y para empezar a pensar ¿Y ahora como seguimos? Era necesario hacer un balance. Porque no puede ser que cada vez que un gobierno se propone a hacer un verdadero saqueo, tengamos que empezar otra vez de cero. Tenemos que recuperar lo perdido, pero con la conciencia y la claridad de que no podemos permitir que nos vuelva a pasar. Por eso se vuelve tan vital reencontrarnos, empezar a juntarnos, volver a discutir sobre cómo estamos y cómo podemos estar mejor.
Entonces, ¿Qué hacemos?
Desde la Agrupación Marrón proponemos empezar a contemplar todos los reclamos que tenemos los trabajadores. Empezando por la primera y más urgente demanda, que es la reincorporación de todos los trabajadores, impulsando una gran campaña que tenga como primer punto que vuelvan todos, pero también por el fin de la precarización laboral que no es de ahora, sino que viene de años y la gestión saliente profundizó. No podemos seguir permitiendo que haya trabajadores bajo modalidad de monotributo, que no cuentan con mínimos y elementales derechos laborales. Es necesario que se elimine en nuestro hospital esta herencia de la gestión anterior e ir por el pase a planta permanente de todos.
Porque como venimos diciendo desde hace tiempo: la deuda es con nosotros no con el FMI. Por esto, para avanzar con nuestras demandas y recuperar lo perdido tenemos que poner en el centro las prioridades de los trabajadores y las grandes mayorías, quienes sentimos en carne propia el ajuste, los despidos, los aumentos siderales en servicios, alimentos y medicamentos. No es posible que los laboratorios que “se la vienen llevando en pala” desde hace años, sigan engrosando sus bolsillos y seamos nosotros los que tenemos que hacer los mayores esfuerzos. Desde ya que cualquier medida que alivie aunque sea un poco la situación para millones de personas la acompañamos, pero no podemos quedarnos con migajas cuando lo que se debate son cosas tan elementales como alimentos y medicación.
Solo por poner un ejemplo de las medidas anunciadas por Fernández, el congelamiento de precios de medicaciones hasta febrero y la baja del 8% en sus montos, puede ser un respiro entre tanto ataque, pero no deja de ser insuficiente para recuperar lo perdido. Sin ir muy lejos, durante estos años los medicamentos aumentaron un 450, si pensamos en el número que se reducirá su costo, a simple vista es notorio que la diferencia es muy grande y que el esfuerzo es muy desigual. Y todo esto, mientras el dueño de uno de los principales laboratorios como es Roemmers gastó en su cumpleaños 6 millones de dólares
Para solucionar en serio la grave situación en la que se encuentran amplias franjas no queda otra: la única salida realista es tocar las enormes ganancias de los empresarios, como los grandes laboratorios, quienes se benefician a costa de la salud y la miseria de millones. No podemos seguir permitiendo que los esfuerzos los sigamos haciendo nosotros, por eso desde ahora es vital que impulsemos de conjunto, entre despedidos, pacientes y quienes aún siguen trabajando en el hospital, residentes y no residentes, una gran campaña por los puestos de trabajo perdidos y para recuperar lo que nos saquearon estos años, para lo cual es fundamental que nuestras prioridades sean el eje y no las de unos pocos empresarios. Nunca nada nos vino de arriba, todo lo que conseguimos fue confiando en nuestras propias fuerzas, por esto, te invitamos a que te sumes con nosotros y pongamos en el centro nuestras demandas, para no seguir pagando los platos rotos de una crisis que no generamos.