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Red Internacional
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RACISMO DE ESTADO. Según Borrell, Europa no está preparada para la migración de masas

Las palabras de Borrell sobre la cuestión migratoria vuelven a generar polémica, afirmando que “la sociedad europea no está preparada para la migración de masas”.

Lunes 27 de agosto de 2018

La política de gestos se queda corta para ofrecer una salida real al problema de la crisis migratoria que empuja a millones de inmigrantes hacia Europa. Aunque la polémica del barco Aquarius le sirvió a Sánchez para separarse del Partido Popular con la acogida temporal (por no decir fugaz) de 600 inmigrantes subsaharianos, lo cierto es que aquello quedó en un simple gesto oportunista.

El nuevo Gobierno no está dispuesto a tumbar las medidas xenófobas contra los inmigrantes. Ya lo afirmó Borrell en su momento cuando dijo, pocos días después, que lo del Aquarius solo podía ser un hecho excepcional. Hoy las declaraciones racistas del Ministro de Exteriores durante el foro Quo Vadis Europa, que ha tenido lugar en la ciudad de Santander, vuelven a generar polémica y ponen sobre la mesa los profundos límites del nuevo Gobierno, que no está dispuesto a tumbar ninguna de las medidas xenófobas que siguen implementándose en el Estado español contra la inmigración.

Borrell no ha tardado en manifestar públicamente el fiel compromiso del nuevo ejecutivo con las políticas de la “Europa Fortaleza” y tampoco en criticar a los gobiernos euroescépticos como Italia o el Reino Unido.

Según las palabras del Ministro de Exteriores, "la estructura mental de las sociedades europeas no está preparada para recibir una migración de masas" ya que "toca la naturaleza identitaria de la sociedad". El racismo evidente que manifiestan sus palabras no hace otra cosa que evidenciar los profundos límites que esconde la línea de gestos progresistas con las que está intentando recomponerse el Partido Socialista.

Las continuidades con el gobierno del Partido Popular no están tardando en hacerse cada vez más evidentes, como lo demuestra la masiva devolución rápida que se efectuó desde Ceuta hasta Marruecos el pasado miércoles, cuando 116 inmigrantes fueron expulsados a toda prisa.

Las palabras de Borrell son peligrosas. Acepta, naturaliza e integra en la política del PSOE la retórica que la derecha y la extrema derecha han estado propagando en la última década, disfrazando el racismo y el discurso anti inmigrante de una supuesta “defensa de los valores y la cultura europea”. Estas palabras no son ninguna sorpresa, sino que al contrario son completamente coherentes con el discurso que ha mantenido Borrell en ocasiones anteriores, así como con la línea del propio Gobierno de Pedro Sánchez.

La inmigración sólo es permitida mientras “se mantenga en los límites encauzables”, mientras no genere el “temor de los ciudadanos”. Y para ello, hay y seguirá habiendo vallas en Ceuta, devoluciones en caliente, CIE’s y una rígida y xenófoba Ley de Extranjería.

Este discurso, que ya no es solo patrimonio de la derecha y la extrema derecha, sino también por los gobiernos progresistas, trata de reactualizar sobre nuevos parámetros el viejo racismo.

El objetivo es reconstruir sobre nuevas formulaciones el viejo mantra del “derecho” a excluir a extranjeros para disolver los verdaderos problemas a los que se enfrenta la clase trabajadora y los sectores populares de los países europeos, como son la crisis económica, el desempleo masivo, la precariedad laboral y la pobreza que afecta a millones de personas, todos ellos causados por el sistema capitalista que azuza el racismo para dividir y enfrentar a la clase trabajadora.