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Red Internacional
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Arica. Semana de salud mental en la UTA ¿Y la salud de los trabajadores cuando?

La semana pasada la Federación de Estudiantes (FEUT) apoyada por las autoridades de la Universidad de Tarapacá, llevó a cabo la “semana de la salud mental”, instancia que estuvo totalmente alejada de la situación que hoy viven estudiantes y trabajadores dentro la misma institución a raíz de la crisis sociosanitaria.

Miércoles 22 de julio de 2020

Mientras el país vive su peor crisis sanitaria, las autoridades de la Universidad de Tarapacá, se han empeñado en mantener el funcionamiento de ésta, a costa de la salud mental de las/ los funcionarios y estudiantes. Quienes se han visto afectados a consecuencias de esta crisis sanitaria, social y económica. Sumado a lo anterior, que existe una sobrecarga académica y laboral, paralela a los deberes y responsabilidades de cada individuo que se complementa con la adaptación a esta “nueva normalidad”. Produciendo un gran desgaste a nivel personal, familiar y comunitario.

La semana pasada la Federación de Estudiantes de la Universidad de Tarapacá (FEUT) apoyada por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), llevaron a cabo la “semana de salud mental”, promovieron diversas actividades con el objetivo de “facilitar un espacio de recreación y esparcimiento que promueva estrategias de autocuidado para la salud mental de la comunidad estudiantil. Asimismo esta actividad busca crear conciencia sobre la salud mental.” Pese a que esta iniciativa fue realizada principalmente para los estudiantes con el fin de generar un bienestar, pero no se logró el objetivo, debido a la escaza participación estudiantil, a causa de que la instancia y la manera de atacar la problemática principal estuvo totalmente alejada de la situación y necesidades que hoy viven los estudiantes y trabajadores a raíz de la crisis sociosanitaria

Evidenciando, la efectividad de la “Semana de Salud Mental” es insuficiente si los estudiantes deben seguir ocupando el periodo de descanso para avanzar en tareas agendadas, reflejando la incongruencia con el objetivo de la instancia, que es aliviar la carga académica y el estrés que genera la adaptación a la situación actual.

Esta iniciativa se aleja de la realidad, partiendo porque los problemas de salud mental en nuestro país se originan en un conjunto de factores, algunos de los cuales dicen relación con la profunda desigualdad que nos caracteriza como sociedad, que lamentablemente se ha acentuado durante esta pandemia. El mejor ejemplo de esto, es que la mayoría de las actividades se realizaban de manera online, obviando por una parte, la cantidad de horas que los estudiantes pasan en el computador y por otra la gran cantidad de estudiantes que hoy no se puede conectar a sus clases online o que definitivamente tuvo que dejar de estudiar porque sus familias no pueden costear los altos aranceles.

Según lo indicado por el Rector, Emilio Rodríguez, más de mil estudiantes han congelado sus estudios. Ante esto la Federación de Estudiantes solo realiza catastros que no tienen mayor repercusión, ni se materializan en exigencias concretas a las autoridades.

En cuanto a los funcionarios de esta Universidad, desde marzo del presente año, llevan aproximadamente 5 meses realizando un improvisado trabajo remoto desde sus casas, situación que significó trabajar sin las herramientas necesarias, utilizando recursos propios, como lo son el acceso a computadores, internet, impresoras y equipamiento adecuado para el desarrollo del trabajo, provocando que las y los trabajadores corran con los gastos generado. Se debe considerar, que existen otros funcionarios que no podían realizar trabajo remoto, por lo que vivían y viven en una constante incertidumbre, por no tener una seguridad de su futura estabilidad laboral

Por otra parte, las autoridades de la institución, no demoraron en citar a reuniones, donde el tema principal era hablar de las “pérdidas” que ha tenido la casa de estudio. La primera reunión, realizada el 4 de mayo del presente año, donde el Vicerrector de Administración y Finanzas, señor Álvaro Palma Quiroz, a través de una videollamada, anunció que el sueldo de los trabajadores se encontraba seguro hasta el mes de agosto, generando una mayor inseguridad en cuanto al futuro laboral de cada uno de ellos. La situación generó angustia entre el persona, ya que esto se cruza con la situación nacional, donde la implementación de la ley de seguridad de empleo, comenzó a crecer las cifras de despidos y suspensiones.

A la fecha ya hay un porcentaje de trabajadores que han retornado a sus labores de manera presencial, siendo el sector más precarizado de la universidad, entre ellos, los que realizan atención de público, trabajo administrativo y auxiliares de aseo.
Este intento fallido de las autoridades por mostrar preocupación por la salud mental se contrarresta con su actuar durante el último periodo, mientras los trabajadores se ven sobrepasados por la carga laboral, extensas jornadas de trabajo y un largo historial de precarización laboral por parte de la universidad.

La Asociación de Funcionarios Profesionales, Asociación de Funcionarios no Académicos y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Tarapacá deben ponerse a disposición con el objetivo de organizarse para poner fin al abuso y precarización laboral y asimismo para enfrentar esta crisis que hoy golpea a miles de familias, desde ya deben romper la tregua con las autoridades y dejar de apelar a su voluntad.