La patronal multinacional de Techint continúa en el plan de flexibilización iniciado en enero de 2015. Un ajuste escalonado para posicionarse en un mercado en crisis. Los trabajadores siderúrgicos se unen por abajo para resistir.
Mariano Saleh @duroms
Domingo 10 de julio de 2016 13:06
La primer etapa del ajuste de la familia italo-argentina Rocca en la planta Campana, consistió en tirar por la borda a más de 1.500 trabajadores y sus familias, como si fuera una nave con exceso de peso. Las víctimas fueron los mas desprotegidos, los contratados temporarios y trabajadores de empresas contratistas.
La segunda etapa fue la suspensión del conjunto del personal con rebaja salarial, rotando según el sector operativo. Recordemos que la planta de campana produce principalmente tubos para la industria petrolífera pero también para la construcción, las automotrices, etc. Mediante sucesivas actas se fue manteniendo esta situación, siempre aumentando el descuento salarial en cada acta. Hay sectores suspendidos hasta 30 días al mes y otros no son suspendidos ni un día.
La tercer etapa fue la mas directa e inauguró la etapa de Cambiemos: el despido de 189 trabajadores de distintos sectores. La bronca estalló en la ciudad de la ribera del paraná con movilizaciones de cientos de operarios con sus familias y vecinos. Las movilizaciones, independientes del sindicato UOM, fueron un reflejo importante que obligó a la patronal a retroceder en su plan de ataque directo. Una salida negociada terminó con esos trabajadores reincorporados, pero en una especie de “limbo” donde los mantienen suspendidos 29 días al mes, cobrando la mitad del salario y haciendo cursos de “educación vial”. Un intento de humillarlos y forzar su retiro “voluntario”.
La empresa ataca al corazón de la fábrica
En medio de la discusión de paritarias del sector siderúrgico, que cerró a la baja con el aumento no remunerativo y sumas fijas por única vez, las gerencias siguieron avanzando en los sectores flexibilizando el trabajo lo más posible. Los operarios denuncian que a medida que se reactiva la producción lo quieren hacer sin reincorporar al personal suspendido ni al que se encuentra en “servicios especiales”.
Tal es el caso de “Acería”, el sector donde inicia el proceso productivo, en el “corazón de la fábrica” la gerencia está avanzando en flexibilizar por la fuerza, arrancando a producir en una línea con menos trabajadores que los que exige el “manual de planta”. Amenazas, aprietes y sanciones es lo que vienen soportando los operarios que se niegan a perder aún más puestos de trabajo y sus condiciones laborales. Según ésta metodología se estarían perdiendo 28 puestos de trabajo de un sólo golpe.
En diálogo con La izquierda diario “Nos sentimos traicionados. El gremio y comisión interna continúan de brazos cruzados ante esta situación, dejando a los que resistimos librados a las represalias de la patronal. Lo positivo es que la acería muestra cierta unión ante los ataques. No nos van a amedrentar”.
Los activistas de la agrupación Desde las bases emitieron el siguiente comunicado
La flexibilización en ACERÍA no puede pasar
La empresa quiere imponer un régimen flexibilizador, sin respaldo de nada para abaratar costos, sin completar el orgánico. Esta maniobra ya la vimos en varios sectores y lo quieren hacer en toda la planta. Producir igual pero con menos gente. Los trabajadores del sector queremos defender los puestos de trabajo y nos negamos a la flexibilización. Exigimos que la comisión interna y directiva se pongan a la cabeza de convocar asambleas para votar la lucha contra los planes de la gerencia en acería y unificar a todos los sectores para los ataques que se vienen.
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