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Red Internacional
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LEYES SECUNDARIAS REFORMA EDUCATIVA. Sistema de Mejora Continua de la Educación, ¿profundización o ruptura neoliberal?

Con 79 votos a favor, 24 en contra y 4 abstenciones, se aprobó en lo general y particular en el Senado el dictamen por el que se expide la Ley en Materia de la Mejora Continua de la Educación, publicándose en el Diario Oficial de la Federación el pasado 30 de septiembre.

Miércoles 9 de octubre de 2019

La reciente reforma al artículo 3° constitucional –y sus leyes secundarias- son parte de la política con la que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su partido, MORENA, dicen “sepultar la Reforma Educativa de Peña Nieto”, a la cual miles de docentes, madres y padres de familia enfrentamos en el sexenio anterior.

Con estas modificaciones “desaparece” el odiado Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y se crea el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación. Ante ello miles de maestros nos preguntamos: ¿Qué cambió en concreto con esta legislación? ¿Realmente hay una ruptura con el modelo educativo neoliberal impuesto por la OCDE y los gobiernos anteriores? ¿Cómo deberíamos responder las y los docentes a estos cambios?

¿De qué trata la Ley?

Esta ley consta de 68 artículos, los cuales abarcan temas como la capacitación de los docentes con la creación de un Sistema Integral de Formación, Capacitación y Actualización (SIFCA), similar a la que en la legislación anterior se estipulaba en la Ley del Servicio Profesional Docente. También se crea el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación (SNMCE), sustituyendo a la Conferencia Nacional de Evaluación Educativa (CNEE) por la Comisión Nacional de Mejora Continua de la Educación (CNMCE); sin embargo, las atribuciones, estructura y composición de ambos organismos son muy parecidos (Art 18-21 INEE y Art. 30 SNMCE).

Igual que en el extinto INEE, en el actual SNMCE se establece una comisión paraestatal que se define jurídicamente como un “organismo público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propios” (Art 22 INEE y Art. 24 del SNMCE). Es decir, si bien la Comisión está considerada como organismo público, sus decisiones en torno a cómo y qué evalúa están sujetas a sus órganos internos de gobierno, verticales y burocráticos, donde tienen injerencia tanto organismos internacionales como personas morales –empresas- a través de donaciones económicas y de su participación en un Consejo Ciudadano (Art. 23 INEE y Art. 26 SNMCE).
Así, se compromete la tan proclamada "rectoría del Estado sobre la Educación" y la objetividad e imparcialidad de las decisiones que pueda tomar la Comisión, pues a través de la injerencia de la iniciativa privada, posibilitada por su forma de gobierno, sigue quedando directamente sometida a los designios de empresarios como Claudio X. González, odiado promotor de la odiada reforma educativa neoliberal y la campaña de linchamiento contra el magisterio.

Otro aspecto que cabe resaltar es la extinción simulada del INEE, pues todo su presupuesto, personal, las tareas pendientes, así como sus acervos documentales, expedientes, bases de datos, investigaciones y trámites pasarán a manos de la CNMCE (Transitorios 7° al 11°).

Además, una nueva “atribución” de este organismo con respecto a la legislación anterior implica que podrá “Sugerir elementos que contribuyan a la mejora de los objetivos de la educación inicial, de los planes y programas de estudio de educación básica y media superior” (Art. 28 Fr VI. SNMCE).

Esto quiere decir que, un "organismo autónomo" cuyas decisiones están sujetas a unos cuantos miembros y un “Consejo Ciudadano” abierto a los empresarios, podrán influir en cómo y qué se enseña a nuestros estudiantes, como fue con la incorporación de la “educación socioemocional” al plan de estudios de educación básica durante el gobierno de EPN, que emulando al coaching se sustenta en doctrinas empresariales, carentes de toda base científica.

¿Hubo ruptura con el legado educativo neoliberal?

Si bien el voto de cientos de miles de docentes por AMLO y Morena expresó una expectativa de cambio con un gobierno que se dice antineoliberal, lo expuesto arriba muestra claramente –en lo referente a la Ley de Mejora Continua- los aspectos de continuidad neoliberal en la “nueva” política educativa.

En el fondo seguimos teniendo un andamiaje institucional traducido en órganos paraestatales con injerencia de privados en contenidos educativos, así como la lógica meritocrática de "excelencia" y “máximos logros” en el quehacer educativo, que someten tanto a estudiantes como a profesores a las demandas, no del siglo XXI -como afirma el Secretario de Educación- sino de quienes detentan el poder económico y marcan la pauta de la política educativa para que las nuevas generaciones se formen de acuerdo a sus intereses.

En síntesis, la actual legislación en materia de “Mejora Continua de la Educación” preserva una estructura burocrática y vertical, que da continuidad a un organismo y un sistema de control sobre estudiantes y profesores, por fuera de la realidad de las escuelas.

¿Cómo podemos enfrentar al neoliberalismo en la educación?

La reforma al artículo 3° Constitucional de 2013 significó un duro golpe contra la educación, en cuanto a sus contenidos así como en la injerencia activa de empresarios y organismos internacionales como la OCDE, todo con la complicidad del charrismo del SNTE.

La enorme lucha que las y los docentes, estudiantes y madres-padres de familia llevamos a las calles durante el sexenio de Peña Nieto pudo haber triunfado y derribado la Reforma Educativa. Sin embargo, al centrarse en la negociación con el gobierno o esperando soluciones favorables por parte de la Corte o el Congreso, pero sin buscar las vías para el fortalecimiento del movimiento apelando a otros sectores de trabajadores, la política de la dirección de la CNTE condujo al aislamiento, a lo que contribuyeron las direcciones sindicales que no llamaron a la movilización junto al magisterio, abriéndole al gobierno la posibilidad de manejar la dinámica de las mesas de diálogo como instrumento de desgaste.

Al final del sexenio, la dirección de la CNTE decidió apostar a la confianza en un eventual gobierno de alternancia con AMLO a la cabeza. Ahora, ya bajo el gobierno de la 4T, con el Morena como mayoría en el Congreso, se votó la nueva reforma educativa y sus leyes secundarias, que más allá de algunas concesiones al magisterio como quitar la evaluación ligada a la permanencia, contienen importantes aspectos de continuidad Neoliberal.

Ante ello, las y los docentes de la Agrupación Nuestra Clase consideramos que un cambio fundamental en lo referente a las necesidades de actualización y capacitación docente, tendría que ir de la mano de un sistema que involucre a todos los maestros y las maestras, pero que a la vez no afecte nuestros tiempos para descanso, recreación, etc. Si antes nos querían evaluar cada cuatro años, opinamos que ahora se tendría que destinar un año a la formación, actualización y capacitación cada cuatro años.

Contrario a la concepción neoliberal de un organismo que permite el control empresarial sobre la educación, desde las escuelas se podría definir democráticamente cuáles son las necesidades, basados en asambleas de estudiantes, madres y padres de familia, trabajadores de apoyo y docentes, que sesionen regularmente, mientras el Estado garantiza su satisfacción.

Para los planes y programas de estudio deberíamos de ser los docentes frente a grupo y la comunidad escolar, organizados democráticamente por escuela, junto a especialistas, las Normales y la UPN, quienes los definamos en función de las necesidades sociales, pues somos nosotros quienes en los hechos llevamos adelante las tareas educativas y le damos vida a las escuelas.

Para conquistar estas y otras medidas en beneficio de la educación pública, la unidad de las filas magisteriales y con los padres de familia, los paros, las movilizaciones, la pelea por la democratización e independencia política de nuestro sindicato respecto al Estado, así como el llamado a otros sectores de trabajadores que se reclaman democráticos como la UNT y la Nueva Central a unir fuerzas, siguen siendo una perspectiva de lucha vigente para enfrentar la continuidad de los planes neoliberales.

Consideramos que la CNTE tendría que asumir esta perspectiva, con la visión de recomponer el movimiento magisterial, sin depositar confianza en el gobierno. Aunque podamos ejercer nuestro derecho a audiencia, en última instancia lo que nos permitirá vencer será confiar en las propias fuerzas.