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Granos retenidos. Sojaplaneros: ¿quiénes son las agroexportadoras que se beneficiaron con un dólar a $200?

Los registros para vender al exterior de los productos de soja y su subproducto aumentaron más de un 400% este mes en relación a agosto después de que el Gobierno del Frente de Todos le regaló el dólar soja al agropower: un tipo de cambio a $200.

Martes 20 de septiembre de 2022 19:02

Foto: Telam.

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Las patronales agrarias aseguraban que no había soja retenida. Pero, luego del anuncio de Sergio Massa de un “dólar soja”, un tipo de cambio diferencial de $200 para este producto por el mes de septiembre, se produjo un salto de registros de ventas al exterior del grano para aprovechar este regalo. La medida significó una transferencia de ingresos hacia el agropower de $200.000 millones.

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Ante el temor de perder más dólares el Banco Central anunció que las empresas que comercialicen soja a través del Programa de Incremento Exportador, a partir de este martes no podrán acceder a la compra de dólar bursátil -CCL o MEP- ni al llamado dólar ahorro. Luego la autoridad monetaria aclaró que la medida no incluía a las personas humanas, y que los exportadores están excluidos de poder operar con el dólar financiero ya desde hace dos años. Las patronales agrarias criticaron la medida oficial, pero se beneficiaron con un tipo de cambio preferencial.

Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y pesca, en base a la Declaración Jurada de Venta al Exterior, las toneladas registradas de soja subieron un 442% entre el 5 al 19 de septiembre en relación a agosto, y en el caso de los subproductos de soja hubo un aumento del 431% en el mismo período. Las grandes agroexportadoras son las que más se beneficiaron con esta medida, también los empresarios agropecuarios dueños de las tierras que vendieron la soja retenida a las exportadoras, mientras ganaron menos los pequeños productores que liquidaron los granos antes para obtener liquidez para la próxima cosecha.

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Conocé a las grandes empresas que registraron ventas al exterior entre el 5 al 19 de septiembre:

Pocas empresas privadas controlan el comercio exterior

El comercio exterior está concentrado en pocas manos. Un 52% del comercio exterior de la Argentina corresponde al comercio de cereales y oleaginosas con sus derivados, y un 31% es el complejo sojero, según datos del Indec.

Los cuatro grandes son las empresas imperialistas que hace más de un siglo controlan el comercio mundial de granos y tienen gran influencia en los precios de los alimentos. Se trata de Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill, todas estas compañías son de los Estados Unidos, y Louis Dreyfus de Francia. Junto con otras empresas, dominan las cadenas mundiales de valor agroindustriales, estableciendo pautas financieras, productivas y tecnológicas. Algunas de ellas tienen sede fiscal alejadas de sus casas centrales: en paraísos fiscales. Estas compañías son denunciadas en el mundo por el trabajo infantil, la deforestación, y el uso de transgénicos.

Además de los cuatro grandes, también está en nuestro país la empresa china Cofco, que se transformó en la principal empresa exportadora y la suiza Glencore. También están las compañías argentinas Aceite General Deheza (AGD) y Molinos, que también siguen el modelo del agrobusiness. Incluso dentro de las 500 grandes empresas del país, que releva una encuesta de Indec (ENGE para el año 2020, último disponible), las de alimentos, bebidas y tabaco suman 103: 48 son locales y 55 son extranjeras.

La privatización del comercio exterior se profundizó desde los 90 y muchas empresas controlan sus propios puertos como Bunge, Cargill, AGD, y otras. Cargill tiene incluso una flota propia.

Una medida elemental para no quedar en manos de los intereses imperialistas y las turbulencias económicas sería quitar el control del comercio exterior a este grupo reducido de empresas.

Un monopolio estatal del comercio exterior, como propone la izquierda, gestionado por los trabajadores permitiría administrar las divisas generadas por las exportaciones en función de las necesidades de una producción al servicio de las mayorías populares y no de las ganancias de unos pocos, que especulan con un tipo de cambio más alto para liquidar. Es importante administrar las importaciones y que se priorice la compra de lo necesario para el funcionamiento productivo y la atención de las necesidades de la población. También es necesaria la estatización de los puertos que en la actualidad están en manos privadas, y la expropiación de los 4.000 grandes propietarios.

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