Jueves 1ro de octubre de 2020 15:04
En 2019 Ken Loach estrenaba en el marco de los festivales internacionales de San Sebastián y Cannes su última película Sorry We Missed You, película que sigue recorriendo festivales hasta este año aunque estos sean en la virtualidad. Con un guión excelente, de uno de los colaboradores de Loach, Paul Laverty, se hace un nuevo diagnóstico sobre la precarización y una vida de alienación dedicada al trabajo.
La historia sigue a Ricky Turner (interpretado por un magnífico Kris Hitchen) y a su familia. Con el nuevo trabajo de Ricky se sumergen en la ilusión de salir de sus deudas y de una vida de miseria, pero lejos de ser una nueva oportunidad su trabajo lo empujará a la desesperación y a un triste desenlace. También seguimos a su esposa Abbie (Debbie Honeywood), que por su parte y en su desempeño como acompañante terapéutica se ve agobiada y destrozada física y mentalmente con una empleo que le demanda de 12 a 14 hs por día.
Sorry We Missed You nos habla de las falsas oportunidades que este salvaje sistema nos da, que más que dar salida a una vida de miseria nos empuja más al abismo y a enajenarnos en un callejón sin salida que no proporciona una oportunidad, sino que inunda al protagonista en un infierno donde prima el desconcierto.
El cine de Loach fue creando a través de los años un marcado estilo, una búsqueda infinita por analizar los tiempos que corren y cuestionarlos, proyectos que se basan en las diferentes realidades sociales con una particular mirada hacia el movimiento obrero a lo largo de la historia. Entre sus títulos más conocidos se encuentran Como caídos del cielo, Tierra y libertad, Pan y Rosas, y en dos oportunidades con El viento que acaricia el prado y Yo, Daniel Blake consiguió el galardón mayor en el Festival de Cannes como lo es el Palma de Oro. Sus obras nos hablan de los diferentes sucesos como una demostración de que los trabajadores deben alzar la voz y demostrar su inmenso poder para lograr cambios, que organizándose y alejándose de las burocracias sindicales y las traiciones internas, la clase obrera puede enfrentarse contra aquellos explotadores.
Una de las críticas que se le hace es que hace 50 años que hace la misma película, pero es una película más que necesaria, una travesía audiovisual que denuncia lo más vil y banal que la clase dominante nos hace vivir día a día. Su cine nos invita a continuar nuestra lucha más que nunca, a organizarnos y enfrentarnos, a saber que hay que hacer todo lo necesario para destruir de raíz este capitalismo que tantas crueldades genera.