El californiano Todd Field dibuja la gloria y el ocaso de Lydia Tàr. El artista, su obra, el mérito y la cultura de la cancelación. Con 6 nominaciones al Oscar, Blanchett es la gran candidata a mejor actriz.
Martes 7 de marzo de 2023 19:37
Field comienza la película presentando a Lydia Tar en una entrevista, casi en tiempo real. Es compositora y la directora de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Sabe muchísimo, se luce hablando de Bach y de Mahler. Es carismática, atrapante y encantadora.
Está casada con Sharon (Nina Hoss) quien es violinista en la Filarmónica y con quien comparte la crianza de su hija. Además, Lydia es profesora en Juilliard, la prestigiosa academia de música de Nueva York.
Un día tiene un intercambio con un alumno quien se niega a tocar Bach por ser “un misógino que tuvo 20 hijos” y que ya “no quiere tocar compositores cis”. Con total menosprecio por las ideas de su alumno y mostrando los primeros atisbos de violencia, Lydia le contesta: “tu alma ha sido construida por las redes sociales”.
Todd va cocinando a fuego lento la explosión de Lydia y va sembrando la película de gestos, palabras, silencios, miradas y maneras de resolver situaciones, como el bullying de una niña hacia Petra su pequeña hija, que anuncian el carácter de Tár.
A medida que se desarrolla el film y, través de ensayos y encuentros con su asistente y su antiguo maestro, vemos a Tár en acción: Lydia no sabe qué pasa el 8 de marzo, no le interesan las cuestiones ni de género ni de raza y se ríe de la violencia machista de Schopenhauer. Impone que le digan “maestro” y “padre”, y se ocupa de decir que, con esfuerzo y estudio, se llega adonde se quiere. Todo gira alrededor de Lydia: su esposa, su asistente, la nueva violonchelista y sus colegas.
Pero Lydia ve fantasmas, oye voces y luego de la aparición de denuncias sobre maltrato y acoso, el mundo y la gloria de Tár se empiezan a desplomar. Y es en realidad un caso en particular, del cual sabemos por comentarios y porque ella es llamada a declarar, ya que la víctima, Krista, está siempre fuera de cuadro.
Apoyado totalmente en la brillante Cate Blanchett, Todd plantea varios temas: el poder, la construcción de las relaciones profesionales y personales, y la idea de separar el artista de su obra: tocar o no la música de un misógino o de un racista. Un debate recurrente en el mundo del arte como ha ocurrido, por ejemplo, con el cineasta Roman Polanski.
La apoteosis es la actuación de la australiana Kate Blanchett. Parecería que, como un relojero, la actriz estudió cada gesto y diseñó el personaje para luego rellenarlo de emociones. Es simplemente electrizante
La excepcional partitura es de la compositora islandesa nominada al Oscar, Hildur Guonadòttir, conocida por componer la música de Joker de Todd Phillips y de la miniserie Chernobyl. No se priva el director de nombrar y homenajear a Gustavo Dudamel, el venezolano director de la Filarmónica de Los Ángeles y a Daniel Barenboim.
Habrá quienes lean y usen esta película como un elemento para pegarle al movimiento feminista y aún más, a las mujeres lesbianas. Pero más que una película sobre el género es una cinta sobre el choque entre una vieja forma de pensar, dirigir y construir relaciones y la nueva generación que cuestiona el poder, las jerarquías, el machismo, el acoso y el racismo.
Ficha técnica:
Dirección: Todd Field
Música: Hildur Guonadóttir
Fotografía: Florian Hoffmeister
Elenco: Kate Blanchett, Nina Hoss, Noémie Merlant, Mark Strong
Celina Demarchi
Nació en Berisso, provincia de Buenos Aires. Docente y actriz, participa en la sección Cultura y en distintas producciones audiovisuales de La Izquierda Diario.