La primera ministra británica, Theresa May, y la líder del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, Arlene Foster, cerraron este martes un acuerdo que permitirá a los conservadores gobernar en minoría en Reino Unido.
Miércoles 28 de junio de 2017
Foto: panfleto del colectivo The People’s Assembly convocando a la marcha del próximo sábado (Ni un día más. Fuera los Tories. Basta de Austeridad).
Tras su desastrosa performance en las elecciones anticipadas del 8 de junio, May perdió la mayoría parlamentaria y con solo 318 diputados en la cámara baja (de los 326 necesarios) su única oportunidad de mayoría yacía en las manos del ultraconservador y reaccionario partido norirlandés DUP.
May se lanzó a la búsqueda de aliados y tras varios días de debate hoy se anunció el espurio acuerdo. A cambio de 1.000 millones de libras esterlinas (1.300 millones de euros) para Irlanda del Norte, los ‘tories’ consiguen el apoyo de los diez diputados del DUP. Foster dará su voto de confianza a May y votará a favor de los presupuestos del gobierno a cambio de la mencionada ayuda para “infraestructuras sanitarias y de educación” en Irlanda del Norte.
“Hoy hemos llegado a un acuerdo con el Partido Conservador sobre el apoyo de Gobierno y Parlamentario que facilitará un gobierno estable por el interés nacional del Reino Unido en este momento crucial”, aseguraba la líder del DUP. Sin ocultar su satisfacción agregaba: “Damos la bienvenida a este apoyo financiero de 1.000 millones de libras esterlinas para los próximos dos años. Además de una mayor flexibilidad respecto a casi 500 millones de libras previamente acordados con Irlanda del Norte”.
Según el matutino The Guardian, el DUP impondrá nuevas exigencias a los Conservadores y volverá por más para seguir apuntalándoles cuando dentro de dos años se reconsidere el pacto de mutuo acuerdo. La formación norirlandesa, marginal antes de las últimas elecciones anticipadas, se ha convertido en una pieza clave para que Theresa May pueda gobernar luego de haber perdido la mayoría absoluta.
El pacto, aunque costoso, no es seguro, y puede que no sea suficiente para que el gobierno de May sobreviva los cinco años que faltan hasta las próximas elecciones generales. Por ello, no se descarta la posibilidad de que el gobierno tenga que hacer nuevas concesiones a los unionistas. Por otra parte, las negociaciones del brexit podrían afectar la política agrícola de Irlanda del Norte abriendo un posible frente de rispidez entre los unionistas y los tories.
Los líderes políticos de Escocia y Gales dejaron ver su descontento ante la falta de ayuda a sus regiones y optaron por un tono sin diplomacia. El primer ministro laborista de Gales, Carwyn Jones, calificó al acuerdo de “escandaloso” y lo describió como “un categórico soborno con el fin de mantener en el poder a una primera ministra débil y a un gobierno tambaleante”. Por su parte, la líder del SNP (Partido Nacional Escocés), Nicola Sturgeon, expresó su indignación de que el dinero se asigne por fuera de la fórmula Barnett (el nombre del sistema utilizado en Reino Unido para determinar el nivel de las transferencias estatales que reciben las administraciones con autonomía diseñado por el exministro de Economía Joel Barnett, en los años ‘70). La líder escocesa agregó que “al suscribir este sucio y descarado acuerdo el partido Tory ha demostrado que no se detendrán ante nada para conservar el poder, incluso sacrificar los principios básicos de la devolución”.
El pacto despierta bronca por diversos motivos. Mientras que las personas afectadas por el incendio en la Torre Grenfell son alojadas en terribles condiciones y los trabajadores del sector ven sus salarios congelados, el gobierno encuentra dinero para comprar el apoyo de los unionistas del DUP. No es difícil darse cuenta de que la austeridad es solo para la población trabajadora y de menos recursos.
Theresa May, una primera ministra perseguida por la tragedia de la Torre Grenfell y acorralada por las negociaciones del brexit, encontrará oposición en las calles. Con la consigna de #ToriesOut (Fuera los Tories) el colectivo contra los recortes People’s Assembly, los sindicatos del sector estatal UNITE y PCS, entre otros, así como organizaciones contra los recortes, el colectivo contra la guerra Stop the War y activistas que reclaman Justicia para los afectados en el incendio en la Torre Grenfell, convocan a una marcha nacional contra el gobierno el sábado 1º de julio en Londres. Activistas sindicales, por los derechos de los inmigrantes y jóvenes organizados en la red Momentum -seguidores de Jeremy Corbyn-, también acudirán a la cita para repudiar las "políticas de austeridad".