Trabajadoras y trabajadores agrícolas de la región de Chtouka Ait Baha han ganado una dura lucha, después de haber llamado a la solidaridad internacional contra los abusos de la empresa española Frutas Raquel. Contra los despidos y el riesgo de contagio por el virus Covid-19 se necesita la solidaridad internacional.
Josefina L. Martínez @josefinamar14
Sábado 2 de enero de 2021
Trabajadoras y trabajadores de la empresa Frutas Raquel, en la provincia de Chtouka Ait Baha, Souss Massa (sur de Marruecos) han sostenido una dura lucha desde el 27 de agosto durante varios meses, mediante una sentada abierta permanente frente a la estación de empaquetado de la empresa.
Finalmente, lograron un triunfo parcial a su favor, la controversia entre ellos y sus operadores, volviendo a trabajar a todos los trabajadores y trabajadoras.
Entre sus reclamos, se encontraba el atraso en el pago salarial, el derecho a vacaciones anuales y la reincorporación al trabajo de varias personas despedidas, entre ellas, varias integrantes del sindicato. La dirección de la empresa había despedido arbitrariamente a 16 trabajadores y trabajadoras y los colocó en “listas negras” para no contratarlos más. Según informan en un comunicado, los trabajadores rechazaron esa medida y organizaron una protesta en el marco de su sindicato, la Unión Democrática de Agricultura de la Federación de Sindicatos Democráticos. “La dirección de la empresa se niega a negociar. Está decidido a deshacerse de los trabajadores de alto nivel y los miembros del sindicato”, denunciaron.
Frutas Raquel es una empresa española que produce y exporta frutas y verduras frescas (principalmente judías) y explota alrededor de 30 hectáreas en la región de Souss desde hace más de 10 años. Actualmente emplea alrededor de 50 trabajadoras y trabajadores fijos (con una antigüedad media de 5 años de trabajo) y un centenar de temporeras por medio de una empresa intermedia de trabajo temporal denominada TECTRA. La dirección de empresa ha aprovechado las condiciones excepcionales impuestas por la pandemia de Coronavirus para deshacerse de sus los trabajadores temporeros y de los activistas sindicales.
El propietario de Frutas Raquel inició su actividad en Marruecos primero como simple intermediario, comprando verduras y frutas para reventa y exportación, pero luego se asentó en el país y ahora tiene un área de 30 hectáreas –recientemente adquirió otras dos fincas adicionales, según información obtenida por la Sección Sindical.
Marruecos es actualmente el primer proveedor extranjero de frutas y verduras para España, a una considerable distancia de otros países. Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en el año 2017, las relaciones económicas entre España y el Reino Alauí pasaban por “su mejor momento, con máximos históricos en el intercambio de mercancías”. Y aunque la crisis de la Covid ha ralentizado todas las exportaciones, estas relaciones comerciales se mantienen sólidas. Lo que no dicen es que el acuerdo entre ambos países se basa en garantizar un modelo de trabajo de enorme explotación, abusos, y liquidación de derechos laborales. Mientras que algunas empresas españolas se aprovechan de la mano de obra barata y temporal de las jornaleras marroquíes en el sur de España, otras directamente producen desde Marruecos, aprovechando que allí es aún más fácil pasar por alto los derechos laborales.
El riesgo de infección por coronavirus
A Frutas Raquel no le importa en lo más mínimo la salud y la vida de sus empleados y no respeta las normas de prevención y seguridad sanitaria. Incluso llegó a permitir el envasado de los productos de la empresa Nature Growers, que también es una empresa española, que produce y exporta hortalizas frescas y cuya planta de envasado en Ait Melloul se cerró recientemente tras el brote de una epidemia de Coronavirus (con más de 170 casos confirmados). Esto constituye una amenaza de propagación de la pandemia entre los trabajadores agrícolas de la región de Chtouka Ait Baha desde esta empresa.
En el mes de junio, los medios informaban que los dos principales focos de contagio en Marruecos se habían producido en empresas españolas frutihortícolas, que emplean en su mayoría a mujeres. En la planta de la empresa sevillana Frigodar se confirmaron ese mes 457 casos positivos, mientras que en la de la navarra Natberry llegron a 103. A esto se suma la planta de Nature Growers, proveedora de Frutas Raquel. Está claro que para estos empresarios y los Gobiernos que los protegen de un lado al otro de las fronteras, sus ganancias están por encima de las vidas de las trabajadoras y de toda la población.
Las trabajadoras de Frutas Raquel en Marruecos están pidiendo el apoyo internacional. Es muy importante que se conozca esta lucha, que no sale en los grandes medios, para señalar la explotación colonial de las empresas españolas en Marruecos, y un régimen de explotación capitalista que propaga a su favor la opresión de las mujeres jornaleras y el racismo.
El ejemplo de esta dura lucha en Marruecos, contra empresas españolas que deslocalizan para explotar mano de obra más barata y sin derechos, reafirma la importancia de la solidaridad internacional.
Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.