Al cierre de esta nota los trabajadores en huelga de Molynor cumplen 9 días en huelga. Desde La Izquierda Diario fuimos a solidarizar y hablamos con algunos trabajadores de la industria.
Domingo 24 de septiembre de 2023
“Quieren trabajadores de primera y segunda categoría. Nosotros exigimos los mismos derechos” Es lo primero que nos cuentan. El Sindicato demandó a la empresa por multirut, el cual fue ganado en la Corte Suprema. Molymet y Molynor son lo mismo, pero en los trabajadores siguen fomentando la división, imponiendo condiciones laborales distintas a pesar de ser la misma empresa.
A la salida de Molynor, hay un campamento no tan improvisado. Se nota la organización de los trabajadores. Hay algunos que cocinan, otros que hacen rondas, todos intentan aportar en el acampe que tienen. La pelea los ha unido y tal como nos cuentan, les ha permitido conocerse entre compañeros de distintas áreas. Nos reciben con los brazos abiertos a pesar de no habernos visto antes.
Molynor es filial de Molymet, la cual procesa Molibdeno, Cemento de Cobre, Ácido Sulfúrico, Ácido Diluido, entre otros. Su principal material, el molibdeno se utiliza para la producción de aplicaciones metalúrgicas -aceros estructurales e inoxidables-, químicas y piezas de molibdeno puro.
Lo que hacen los trabajadores es crucial en el enclave de Mejillones. Y ellos lo saben. Nos cuentan que a través del espacio común que comparten con otras empresas, como Puerto Angamos, entran trabajadores para cubrir sus labores, demostrando así que Molynor está en contacto con otros empresarios, “funcionan como una mafia” correctamente nos dicen.
Y es que esta pelea de los obreros industriales de Molynor no puede pensarse sólo como una pelea del sindicato contra la empresa. Esto va más allá, por algo se meten otros empresarios y la policía -que es mandada desde la 5ta comisaría de Antofagasta- a amedrentar. Si los trabajadores de Molynor ganan, establecen un precedente para el resto de los industriales y los portuarios. Los empresarios lo saben. Es más, lo dijeron descaradamente en la mesa negociadora: “No les podemos dar más porque si no los demás van a exigir más”. Por eso la intransigencia de la empresa se mantiene. Juegan al desgaste con los trabajadores, se demostró cuando no les otorgaron el bono de fiestas patrias, buscan que la pelea se baje por hambre.
Pero así como los empresarios se coluden y funcionan como verdaderas mafias, los trabajadores también podemos aprender de nuestras propias luchas y formar nuestras propias coordinaciones. Es interesante escuchar que ellos iniciaron la demanda del multirut porque vieron la lucha de los trabajadores de FCAB de Luksic que dieron esta pelea - y la ganaron-. Asimismo escuchar que los trabajadores del Sindicato 1 de Molynor paralizaron en solidaridad. Un ejemplo y un precedente para futuras luchas. “Si ellos se unen - los empresarios- nosotros también tenemos que hacerlo” fue una de las conclusiones que teníamos con los viejos.
Un enemigo común
Conversábamos con los trabajadores que hace unos días salió en El Mostrador una nota sobre Ismini Anastassiou Mustakis, una empresaria chilena que lidera “una cruzada” contra los gays. Para sorpresa de nadie, es la dueña de Molymet. Ismini hace lobby contra los derechos de las mujeres y disidencias para sectores de la derecha más conservadora. Lo comentábamos a raíz de las recientes votaciones del Consejo Constitucional contra el aborto tres causales. Hay enemigos comunes, los jóvenes y las mujeres podemos unirnos con los trabajadores contra los empresarios que no solo precarizan el trabajo, sino que nos quieren quitar nuestros derechos.
Frente a esto, nos cuentan que “No somos entendidos en el tema de los problemas de género, no sabemos mucho de términos, pero tenemos dos compañeros, un hombre y una mujer trans, todos los respetamos mucho, pero ellos se ven obligados a cambiarse en el mismo lugar que nosotros. La empresa no les da opción. A nosotros no nos molesta, todos somos respetuosos, pero queremos que ellos puedan decidir en qué baño estar, y no que sea una imposición porque no hay lugar”. Relatan que constantemente como sindicato han exigido que se respete esto a los compañeros y la empresa ha hecho oídos sordos.
Por una amplia campaña de solidaridad y coordinación
El fondo de huelga es clave. No son sólo los trabajadores que están en huelga, sino que hay 65 familias detrás. Los empresarios se están coordinando para bajarles la movilización; quienes nos ubicamos desde la clase trabajadora tenemos que coordinamos para torcerle el brazo no solo a Molynor, sino a los verdaderos dueños de Mejillones. Esos que precarizan la vida, con su contaminación y malas condiciones de trabajo: “Una mano lava la otra, y ambas la cara”.
Nuestro llamado es a solidarizar con los obreros industriales de Mejillones, a comprender que tenemos no solo un enemigo en común, sino una pelea contra los grandes empresarios de los conglomerados industriales para establecer que aquí no pueden hacer lo que quieren, que no pueden llevarse las riquezas en la pala a costa de precarización y contaminación.