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Red Internacional
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NOTIMEX. Trabajadores/as “clausuran” oficinas ilegales de Notimex y se movilizan en El Ángel

Este 21 de agosto la huelga en Notimex cumplió medio año. Para exigir la solución a sus demandas, las y los trabajadores realizaron una jornada de lucha.

Sábado 22 de agosto de 2020

Una de las escenas de un clásico filme de Jhon Ford, culmina con una consigna: “La rendición no existe”. La persistencia de las y los trabajadores de Notimex, que esta semana cumplieron medio año de huelga, hace recordar la profundidad de esta frase.

Agrupados en el SutNotimex, los trabajadores se niegan a rendirse a pesar de las múltiples dificultades para mantener una huelga sin recursos económicos pues, al recuperar el Sindicato en condiciones excepcionales, lo hicieron sin la posibilidad de contar con los recursos económicos con los que contaba este sindicato

El viernes 21 de agosto, las y los trabajadores decidieron llevar a cabo una jornada de lucha para visibilizar un conflicto laboral que lleva medio año sin resolverse.

Las autoridades de Notimex, al mando de Sanjuana Martínez, en las cuatro reuniones que han tenido ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje han mostrado total negativa a resolver el conflicto.

Ante esta situación, las dos acciones a las que convocó el SutNotimex se nutrieron de sindicatos y organizaciones solidarias.

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La primera fue la clausura simbólica de las instalaciones ilegales en donde opera la agencia, que se encuentra en la calle de África 15, en la alcaldía Coyoacan. La segunda fue un mitin en el Ángel de la Independencia.

A su vez, el SutNotimex desplegó un boletín donde denuncia, entre otras cosas, los ingresos ilegales que Sanjuana Martínez ha obtenido durante la huelga, los cuales ascienden a 580 mil 226.28 pesos. Además de otros pagos ilegales que la agencia ha hecho a diversas personas. Mientras que las y los trabajadores no han percibido ningún recurso, en donde 245 de ellos están despedidos y luchan por la reinstalación.

En estas condiciones excepcionales, las y los trabajadores que se niegan a rendirse, experimentan el intrincado camino de una legalidad que ha reconocido la lucha del sindicato pero que no ha resuelto el conflicto. Ante esta contradicción, se hace necesario dar un giro político que trascienda el ámbito legal.