Los trabajadores se concentraron frente a las sedes de las empresas de trabajo temporal: piden la readmisión de despedidos y denuncian coacciones a los que secundaron la huelga.
Josefina L. Martínez @josefinamar14
Viernes 13 de abril de 2018
Después de la histórica huelga de 48 horas en el almacén de San Fernando de Henares, la lucha en Amazon continúa. Los diferentes sindicatos que integran el Comité de empresa convocaron concentraciones el viernes 13 frente a la sede de Manpower en Alcalá de Henares y Adecco en Torrejón de Ardoz. “Adecco+Mapower+Amazon: esclavitud del siglo XXI” dice una pancarta.
Douglas Harper, delegado del Comité de empresa por CCOO, nos explica por qué se han concentrado frente a las empresas de trabajo personal: “Esto es una respuesta de parte de todos los sindicatos que formamos parte de Amazon a raíz de la represión que hubo con los trabajadores de ETT, las finalizaciones de contratos y el maltrato que están recibiendo."
Marc Blanes, delegado del Comité de empresa por CGT, denuncia que cuando se convocó la huelga en Amazon, las empresas de trabajo temporal actuaron en complicidad con la compañía para tratar de romper la unidad de los trabajadores.
“En nuestro almacén son entre un 30% y un 40% compañeros temporales. A ellos les llegó una información falsa, a muchos se les comentó desde las ETTs que no estaban convocados a la huelga. Cuando en realidad una huelga se convoca por centro, y no por la empresa que esté ahí realizando sus servicios.” Blanes asegura que esto no fue suficiente, ya que durante el mismo día de la huelga siguieron con las coacciones: “Les decían que, si querían, podían entrar a trabajar y presionaron a los compañeros temporales de todas las maneras posibles para que sobrepasaran el piquete de cualquier manera.”
El papel antisindical de estas empresas no terminó allí. Una vez terminada la huelga, varios contratos no fueron renovados, algo que desde los delegados se ve como una respuesta directa contra la huelga. “Nosotros lo hemos interpretado al 100% como una represalia, no es la no renovación habitual, y así lo han sentido y lo han expresado los compañeros”, asegura Blanes.
En el almacén MAD4 trabajan unos 1100 empleados de plantilla y unos 900 temporales. La alta temporalidad y rotación son mecanismos utilizados con frecuencia por las empresas para mantener un nivel de exigencia máximo sobre los trabajadores. Los temporales viven en la incertidumbre, saben que su contrato puede no renovarse; los de plantilla saben que hay muchos temporales dispuestos a trabajar. Con este recurso las empresas buscan generar competencia entre los trabajadores para aumentar los ritmos de trabajo, bajar los salarios y empeorar las condiciones laborales del conjunto. Durante las huelgas, los temporales tienen miedo a perder el trabajo: con este factor cuentan las patronales para tratar de que los trabajadores temporales actúen como rompehuelgas. Eso intentó hacer Amazon el pasado 21 y 22 de marzo, con la complicidad de Adecco y Mapower. Sin embargo, a pesar de todas presiones, los trabajadores temporales tuvieron un papel muy importante en la huelga, participando de forma masiva.
“La mayoría de ETTs participó con nosotros en la huelga. No solo no yendo a trabajar, sino que también en los piquetes había bastantes compañeros temporales. La verdad es que fue clave, porque eran los propios compañeros temporales los que convencían al resto de los compañeros que podían tener miedo por temor a represalias, porque viendo que había un núcleo grande de compañeros temporales, no pasaban la puerta”, asegura el delegado sindical. Por eso ahora los trabajadores de Amazon denuncian a las empresas temporales: “¡Contrato temporal, terrorismo patronal!” cantan frente a la sede de Adecco.
Después de la huelga, Amazon respondió aplicando unilateralmente el convenio sectorial con un “paquete de mejoras”. Marc Blanes afirma que “es un poco lo que habían propuesto a los trabajadores el 1 y 2 de marzo, cuando fueron las asambleas, y a lo que le dijimos que no. Pero al final puede entenderse como una cesión de su parte para intentar no aumentar el descontento, para que no continúe la lucha.”
“Nosotros pensamos que es insuficiente, y es peor que lo que nos proponían el 1 de marzo, por eso seguimos con todas las movilizaciones, hasta que haya un acuerdo digno”, dice. El 20 de abril los trabajadores se movilizarán a la sede central de Amazon España, para señalar “no solo a la dirección de nuestro centro sino a la dirección de Amazon España, que son los responsables de que nuestro convenio haya decaído”. Además, desde los sindicatos se presentará un recurso legal contra la aplicación unilateral del convenio.
Esta semana, Douglas Harper denunciaba en un acto sindical el papel de Amazon como modelo de “nuevo capitalismo”: “El propietario de Amazon es la persona más rica de la historia de la humanidad. Conquistan nuevas formas de consumismo. Someten a la plantilla a métodos de trabajo monitorizados. Nos quieren convertir en insensibles máquinas deshumanizadas y cada vez precarizan más el empleo.”
A la manifestación del 20 de abril están invitados a sumarse trabajadores de otros conflictos. Blanes explica la importancia de la solidaridad obrera: “Ha habido mucho intercambio. Nosotros también hemos ido a las movilizaciones de las trabajadoras de Carrefour de Leganés. Cuando coinciden varios conflictos en el tiempo nos apoyamos unos con otros, nos damos difusión y apoyo mutuo. Te da aliento, te da moral tener a tu lado compañeros que están sufriendo conflictos laborales como estos”, concluye el delegado sindical.
Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.