Los y las trabajadoras de plataformas digitales de reparto de comida a domicilio consiguieron un primer triunfo en el Estado español al ser incluidos en el convenio de hostelería.
Jueves 4 de abril de 2019 11:13
El colectivo de repartidores de comida a domicilio, a pie o en cualquier tipo de vehículo que no precise autorización administrativa establecida, “riders”, ha sido incluido en el Acuerdo Laboral Estatal de Hostelería (ALEH), con una ampliación de vigencia hasta 2020, según una orden de la Dirección General de Trabajo publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El acuerdo, publicado el pasado viernes en el BOE, ha sido alcanzado entre las patronales del sector de hostelería ( FEHR y CEAT) y los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, y contempla como una “prestación de servicio propio del establecimiento o por encargo de otra empresa, incluidas las plataformas digitales o a través de las mismas".
En diciembre de 2017 Inspección de Trabajo señaló en su informe que Deliveroo tenía que devolver a todos los riders las cuotas de autónomos ya que consideraba que la relación de trabajo entre la empresa y los repartidores era de naturaleza laboral y por lo tanto debían haber sido dados de alta en el Régimen de la Seguridad Social.
A raíz de posteriores informes de Inspección de Trabajo realizados a lo largo de 2018 y siempre tras la organización y lucha de repartidores y sindicatos, se han llevado a cabo denuncias colectivas por parte de los repartidores, concretamente 97, y las inspecciones de trabajo se han realizado en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Bilbao, A Coruña, Sevilla, Alicante y Gijón.
Los inspectores de Trabajo han elaborado informes separados por provincias aunque están coordinados entre ellos, lo que convierte esta situación en “cuestión de tiempo”, según Adrián Todolí, abogado especializado en economía colaborativa y falsos autónomos.
Otro punto de inflexión supuso la sentencia el pasado año que daba la razón a Victor Sanchez, ,repartidor que denunció a la empresa por un despido improcedente.
El juzgado de lo social de Valencia consideró que el despedido ejercía sus funciones como un falso autónomo, condenando a Deliveroo a su readmisión o indemnización correspondiente.
Se trataba de la primera sentencia judicial en reconocer que un gigante de la "economía colaborativa", que no es más que otra vuelta de tuerca en la precarización laboral, se beneficia y compite en ventaja mediante el uso de falsos autónomos.
Sin embargo, el camino es largo, pues tal y como reconocen desde la plataforma de RidersXderechos, la empresa presentará un recurso. “Eso nos los dijeron antes de que entrásemos a juicio”, advierte Carlos Iglesias, uno de los portavoces de la asociación que viene desde hace un año luchando por los derechos de los repartidores de empresas como Deliveroo, Glovo o Uber Eat, entre otras.
Los distintos testimonios aportados en las denuncias evidencian que existe una relación laboral clara con la empresa. Los repartidores dependen de la empresa, que puede dictar nuevas instrucciones y los trabajadores deben acatar. Asimismo, Deliveroo marca las pautas, precios, los estilos y fija el calendario: el rider, por tanto, es un "subordinado", no un empresario autónomo que gestiona su tiempo libremente, como los gurús de este “nuevo” modelo nos repiten una y otra vez en los grandes medios de comunicación.
Esta inclusión en el Acuerdo Laboral Estatal de Hostelería supone un gran paso adelante en las reivindicaciones de los raiders, ya que los aparta de ese limbo legal en el que se encontraban y pasan a ser personal laboral del sector de la hostelería, además afecta también a empresas con concesión administrativa de servicios de hostelería en los espacios públicos, como aeropuertos y estaciones de ferrocarril, y a todos aquellos que presten servicios de hostelería en bares y discotecas como camareros y ayudantes de camarero.
Incluso en un sector tan precarizado y disperso laboralmente, la experiencia de los Riders muestra como la unidad y la lucha de los trabajadores, sea el sector que sea, es la única herramienta para combatir un sistema de contratación que está más cerca de la esclavitud cada día que pasa.
Autónomos porque no tienen más remedio si quieren optar a algún trabajo precario, falsos autónomos, subcontrataciones, emergencia de plataformas on line que se aprovechan del sistema que permite todo tipo de contrataciones fraudulentas, capitalismo colaborativo, y todo enfocado a llenar los bolsillos de nuevos "emprendedores" que alardean de multiplicar sus recursos en un año, ¿pero a costa de qué o de quién? Pues está claro, a costa de los trabajadores que soportan toda una batería de obligaciones a cumplir bajo amenaza y con total ausencia de derechos.