Rechazan un plan gubernamental que busca mercantilizar servicios médicos, profundizando el vaciamiento del sistema de salud pública. Exigen recomposición salarial, de condiciones laborales, reincorporaciones de despidos en otros hospitales como el Posadas. Además, exigen el reconocimiento profesional de enfermería.
Viernes 22 de noviembre 20:05
El Hospital Garrahan, uno de los centros pediátricos más importantes de Argentina, atraviesa una crisis que ha llevado a sus trabajadores a mantenerse en pie de lucha desde hace más de cuatro meses. Enfermeros, médicos, técnicos y personal de mantenimiento denuncian el deterioro salarial y de las condiciones laborales que sufren, la falta de insumos y el vaciamiento del sistema de salud.
Ayer, en el marco del Día de la Enfermería, realizaron un paro y una marcha desde las puertas del Garrahan hacia el Congreso y la Legislatura Porteña, reclamando aumentos salariales, presupuesto adecuado y reconocimiento profesional para enfermería. La acción fue votada por una Asamblea General de trabajadores. Fue propuesta de la Agrupación Marrón en la Posta de Salud y Cuidado junto con el rechazo masivo al "Plan de trabajo" presentado por la administración y el Ministerio de Salud para la reestructuración del hospital.
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Bárbara Acevedo, enfermera del Garrahan, detalló que la calidad de atención se encuentra comprometida debido a la falta de medicamentos de alto costo, alimentos para los pacientes, equipos en mal estado y una infraestructura deteriorada. Además, denunció un plan gubernamental que busca mercantilizar el hospital ofreciendo prácticas de alta complejidad en el mercado privado para aumentar la facturación.
“Quieren dividirnos como trabajadores, pero marchamos unidos en defensa del hospital público”, expresó Acevedo, al ser entrevistada por Radio Splendid.
Ataques a la salud pública
La situación del Garrahan no es un caso aislado. Los trabajadores señalan despidos masivos en el Hospital Posadas, intentos de cierre en el Hospital Bonaparte y la subasta de terrenos pertenecientes a centros de salud mental. También critican la provincialización de hospitales nacionales, lo que, según explicaron, implica un desfinanciamiento que pone en riesgo el acceso a la salud pública.
“Este gobierno, que prometió atacar a las castas, está favoreciendo la privatización de la salud y beneficiando a sectores privados”, agregó, y alertó sobre las graves consecuencias para pacientes de todo el país, especialmente niñas y adolescentes con patologías complejas.
Condiciones laborales en enfermería
El reconocimiento profesional de enfermería fue otro de los ejes de la movilización. Barbara Acevedo subrayó que, a pesar de haber sido esenciales durante la pandemia, el 80% de las enfermeras deben tener dos o tres empleos para llegar a fin de mes. Estas condiciones extremas generan agotamiento, aumentan los riesgos de error y afectan tanto la calidad de atención como la vida personal de los trabajadores.
“El índice de suicidios entre el personal duplica la media nacional. No hay reconocimiento profesional mientras haya bajos salarios y pluriempleo”, sentenció.
Durante la marcha del jueves a Congreso, los trabajadores enfrentaron un importante operativo policial que incluyó agresiones físicas a manifestantes, entre ellas una médica y diputada provincial Laura Cano.
“La salud pública está al borde del colapso, y nosotros seguiremos defendiendo el derecho de la comunidad a una atención de calidad. Esta es una causa nacional”, concluyó Acevedo.
Unidad de las luchas
Desde la Agrupación Marrón destacan la urgencia de luchar en el Garrahan junto con otros hospitales nacionales afectados por los llamados “planes de reestructuración” que el gobierno utiliza para avanzar con ajustes, como el Bonaparte y el Posadas, donde ya se registraron 120 despidos.
Los trabajadores señalan la necesidad de unificar las luchas y exigen a las centrales sindicales convocar un plan de lucha nacional para enfrentar las políticas de ajuste. Mientras tanto, continúan organizándose desde abajo, con medidas de lucha como una marcha de antorchas y talleres de reanimación cardiopulmonar (RCP) para visibilizar la crisis de la salud pública.
También proponen lanzar una gran campaña unitaria que comience exigiendo la reincorporación de los trabajadores despedidos. Insisten en la necesidad de unificar y coordinar esfuerzos para lograr convocatorias masivas, fomentando el debate y la organización en cada sala o sector, e involucrando a organizaciones en lucha y sectores amplios, que defienden la salud pública, como las familias trabajadoras y populares.
