La trasnacional estadounidense Newmont quiere chantajear a los trabajadores amenazando con "revisar críticamente” sus inversiones en México, tras más de dos meses de lucha.
Viernes 25 de agosto de 2023 08:55
Han pasado 2 meses desde que inició la huelga en la mina mexicana Peñasquito, ante esta situación, los más de 2,000 trabajadores afiliados a la sección 304 del Sindicato Nacional Minero han estado al pie del cañón luchando por sus derechos laborales en contra de la trasnacional estadunidense Newmont.
La mina localizada en el semi-desierto del municipio de Mazapil, en Zacatecas, ha sido custodiada día y noche por los trabajadores, los cuales se turnan en guardias para mantener cerrada la mina, un gigantesco yacimiento que ahora está en manos de los obreros inconformes, que, a modo de protesta por los bajos salarios, se organizaron para manifestar sus derechos. Reiteraron estar abiertos al diálogo y buscar una negociación para solucionar el conflicto, sin embargo, las negociaciones no han sido favorables para el gremio.
Desde que comenzó la huelga, Newmont ha "perdido" más de 183 millones de dólares, por lo que se ha intensificado la exigencia de la empresa para poner fin a la huelga, pero negándose a ceder ante las demandas de los trabajadores.
Falta de pago de las utilidades
En 2022, la empresa pagó sólo 1% de utilidades, cuando en realidad la empresa debería cubrir el 9%, es decir, entre 400 mil y 500 mil pesos a cada trabajador. Sin embargo, lo hicieron pasar como un bono.
El dirigente señaló que el año pasado todos los obreros de la sección 304 recibieron alrededor de 700 mil pesos, incluyendo el bono, pero en 2023 les entregaron sólo 240 mil pesos por concepto de pago de utilidades, por lo que los trabajadores exigen se esclarezca la declaración fiscal del ejercicio 2022 y la que presentaron este año.
En este conflicto hay violaciones a la ley laboral y el Contrato Colectivo de Trabajo, lo que los llevó a estallar la huelga. Están las cláusulas 5, 7 y 11, las cuales dictaminan la contratación de personal para las operaciones desde 2019, mientras que la cláusula 37 tiene que ver con las condiciones de seguridad e higiene.
En caso de que la demanda proceda, la empresa tendría, al menos, tres meses más de conflicto, pero llevado ante los juzgados. Esto ha complicado el llegar a un acuerdo y ha hecho de este conflicto laboral más agraviante debido a las repercusiones económicas, que el sindicato es el que más conflictos tiene en el país y este mismo escenario ha propiciado que los trabajadores mineros comenzaran a ser más activos y mucho más combativos.
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La importancia estratégica de Peñasquito
La clave en este conflicto y las negativas de la empresa para ceder las peticiones de los trabajadores, radica en que la importancia estratégica de la mina Peñasquito, ya que es la mayor productora de oro en el país. Si revisamos el cierre de producción del 2022, el complejo produjo 566,000 onzas de oro. En términos de producción, está por encima de lo producido por la mina Limón-Guajes de Torex Gold en Guerrero con 474,300 onzas, y La Herradura, de Fresnillo en Sonora con 349,700 onzas.
Esto se debe en gran medida a la contribución del municipio de Mazapil, que duplicó la producción registrada un año antes, por las aportaciones de Peñasquito de Newmont, Tayahua de Minera Frisco y de Camino 1.
Por otro lado, la producción de plata en Peñasquito también ocupa el primer lugar en el país, registrando 29.6 millones de onzas en 2022, superando también por mucho a San Julián en Chihuahua con 14.2 millones y Fresnillo en Zacatecas con 13.6 millones de onzas, ambas propiedades de Fresnillo. Cabe destacar que Peñasquito es también un papel importante en la producción de zinc y plomo. Durante 2022, la mina extrajo 171,004 toneladas de zinc y 67,585 toneladas de plomo.
Toda esta extracción de metales producto del trabajo de miles de mineros y trabajadores de la industria extractiva, representa ganancias por más de 1,900 millones de dólares para la empresa de capital estadounidense. Si hay tantas ganancias para los empresarios, lo justo es que esa riqueza también sea repartida entre los trabajadores.
Toda esta extracción de metales producto del trabajo de miles de mineros y trabajadores de la industria extractiva, representa ganancias por más de 1,900 millones de dólares para la empresa de capital estadounidense. Si hay tantas ganancias para los empresarios, lo justo es que esa riqueza también sea repartida entre los trabajadores.
Una política independiente para los mineros
Como podemos observar, la empresa obtiene bastantes ganancias en la producción de oro y plata, pero es importante recordar que esto se debe a los trabajadores. Desde La Izquierda Diario venimos siguiendo y apoyando las justas lichas de los trabajadores y familias mineras. Consideramos que el poderoso gremio minero necesita una dirección sindical que luche por los intereses de la base trabajadora, con independencia del gobierno y de los partidos del régimen. Te puede interesar: Industria minera acapara el agua de las familias del desierto mexicano
Es difícil lograr una conciliación entre patrones y trabajadores, tomando en cuenta que la política laboral y pro empresarial ha sido constante en gobierno tras gobierno, sin dejar afuera a la 4T, no por nada los más ricos siguen acumulando más ganancias.
Por ello es de suma importancia que el Sindicato Nacional Minero rompa la tregua con los empresarios y el gobierno de la 4T, pues no es posible conciliar a favor de los trabajadores sin afectar las ganancias de empresarios. Ante los chantajes de las empresas que amenazan con retirar las inversiones, necesitamos luchar pueblo y trabajadores mineros por la renacionalización de los yacimientos de minerales, bajo control obrero, de la mano de expertos y profesionistas de universidades públicas, con un de plan de explotación racional de los recursos energéticos y minerales, pero que también se oriente a minimizar el impacto ambiental.
De esta manera se podrían emplear los recursos obtenidos para financiar necesidades sociales urgentes como salud, educación, infraestructura segura en zonas sísmicas, precarizadas y/o inundables, vivienda. Una perspectiva totalmente opuesta a lo dictado por las leyes de los patrones capitalistas, nacionales y extranjeros, y de sus gobiernos cómplices. Una política no solo a favor de los trabajadores del ramo minero y de extracción, sino también de las comunidades indígenas y los pobladores, campesinos de subsistencia, de la región.
