Denunciada por médicos tras un aborto ocasionado por un accidente, fue sentenciada a 30 años de cárcel. Hoy está en fuera de prisión bajo libertad condicional anticipada.
Martes 8 de junio de 2021
Hace diez años Sara Rogel, joven de 20 años que vivía en el campo, sufrió una caída mientras estaba embarazada y lavaba ropa, misma que le provocó un aborto espontáneo. En el hospital, personal médico la denunció por aborto y el Ministerio Público declaró que había asesinado de un golpe en la cabeza a su bebé recién nacido. Fue sentenciada por homicidio agravado a 30 años de cárcel debido a que en El Salvador no hay ninguna causal de aborto despenalizada; cualquier interrupción de embarazo puede llevarte a prisión.
Este 31 de mayo, cientos de mujeres se movilizaron en El Salvador para exigir la libertad para Sara y para 17 mujeres más que se encuentran presas por la ilegalidad del aborto en dicho país, pues en los últimos 30 años han sido sentenciadas casi 200.
Esperamos que Sara pueda hoy regresar con su familia. #ElSalvador #LibertadParaSara pic.twitter.com/lMXMUTi066
— Agrupación Ciudadana #HistoriasQueNosCambian (@AbortoPORlaVIDA) May 31, 2021
El Salvador es uno de los países con legislaciones más restrictivas en relación a la interrupción del embarazo, y con penas más grandes. Los casos de Evelyn, sentenciada a 30 años de cárcel por un aborto espontáneo del embarazo resultado de una violación, o Manuela, detenida por el mismo delito y muerta en prisión por cáncer, son de los más emblemáticos.
Al igual que en todo el mundo, la Marea Verde que lucha por aborto legal ha llegado a El Salvador, despertando a miles de mujeres jóvenes, activistas y feministas que se movilizan para arrancar este derecho. Como evidencía el caso de Sara, la ilegalidad del aborto solo provoca riesgos de muerte, secuelas y criminalización para las mujeres pobres y trabajadoras que no pueden pagar altas sumas por interrumpir sus embarazos. El aborto clandestino tiene un carácter de clase, y mientras las ricas abortan, las pobres mueren.
Solo organizándose y movilizándose de manera independiente al gobierno en turno y a todas las variantes de partidos que mantienen pactos con la Iglesia y los empresarios, podrá el movimiento de mujeres arrancar que el derecho al aborto sea ley.
Y es que quienes están detrás de la prohibición del aborto son los mismos que defienden un sistema político y económico que obliga a miles de millones a morir trabajando en la miseria y a vivir bajo el azote de la violencia del crimen organizado, mientras un puñado de capitalistas se enriquece a costa del trabajo de las mayorías y utiliza los prejuicios patriarcales para dividir a la clase trabajadora del campo y la ciudad, y mantenerla oprimida.