Este jueves el presidente de El Salvador cumplió 4 años en el poder. Conservador, dice ser un "instrumento de dios" y un outsider de la política ¿Cómo llego a ser presidente e imponer el autoritarismo en el país?
Jueves 1ro de junio de 2023 13:59
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acudió este jueves a la sede de la Asamblea Legislativa, de amplia mayoría oficialista, para brindar un discurso al cumplir su cuarto año al frente del Gobierno.
Meses atrás las imágenes de las cárceles donde se habían trasladado de forma brutal a miembros de las maras recorrieron el mundo y muchos se empezaron a preguntar quién es Bukele y cómo llegó a ser presidente de El Salvador.
Para contestar estas preguntas, republicamos aquí la columna de Diego Sacchi en el programa de radio El Círculo Rojo, que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs por Radio Con Vos.
Esta semana imágenes que llegaban desde El Salvador tuvieron gran repercusión a nivel global. El traslado de grupos de miembros de Mara Salvatrucha 13, desnudos, vistiendo pantalones blancos y sin ningún tipo de calzado, a la nueva mega cárcel que puede alojar 40.000 detenidos, recorrió el mundo.
Obviamente este mega operativo puso el foco sobre el país de centroamérica y especialmente sobre su presidente, Nayib Bukele. Para saber mejor qué está pasando hice un perfil de Bukele y de sus años de gobierno.
Nayib Bukele nació en 1981, hijo de un líder de la comunidad musulmana de El Salvador, después de la universidad comenzó a trabajar en publicidad. Fue alcalde de Nuevo Cuscatlán (2012) y San Salvador (2015). En ese momento estaba vinculado al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
En 2019, Bukele gana la elección presidencial después de presentarse como un “outsider” y anti “casta”, borrando su pasado en el FMLN y yendo como candidato del partido de extrema derecha Gran Alianza Nacional.
Al principio de su mandato Bukele acentuó su perfil conservador, llegó a decir que es un “instrumento de Dios”, anti casta y de mano dura.
Pero febrero de 2020 marca un cambio en su gobierno. Bukele quiso obtener un préstamo de Estados Unidos de 109 millones de dólares para el financiamiento de un plan que reforzaría el presupuesto de la Policía Nacional Civil. Su partido no tenía mayoría y no logra el apoyo en el Congreso.
Bukele “toma” el capitolio salvadoreño, haciendo una demostración de fuerza para que los parlamentarios de los partidos tradicionales aprueben sus leyes.
En febrero del 2021 el partido de Bukele ganó la mayoría absoluta parlamentaria y en mayo destituye a los miembros del Tribunal Constitucional de la Corte Suprema. Con legitimidad electoral comienza a avanzar sobre los otros poderes, con el apoyo de los militares.
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Desde ese momento comienza la aprobación de una serie de medidas, entre ellas la de aceptar al Bitcoin como moneda de curso legal, la mayoría aumentando el autoritarismo bajo la excusa de la lucha contra las pandillas.
El Parlamento aprobó modificaciones al código penal que permitía sancionar a medios por reproducir mensajes relacionados con las pandillas, detenciones por hacer “grafitis” o mensajes callejeros, y un salto autoritario con la imposición del estado de excepción.
Estas medidas son presentadas por Bukele como la base del “éxito” en su “guerra” contra las pandillas, que ha traspasado las fronteras del país.
Como dice el Faro.net, un medio perseguido por las denuncias de sus negociaciones secretas y las violaciones a los derechos humanos “El régimen de excepción como medio de solución a los grandes problemas sociales está lejos de ser el ideal, es una sombra muy oscura que, en su avance, ha cometido graves violaciones a los derechos humanos”.
Ese mismo medio informa que ”Bajo la sombra del régimen de excepción continúan habiendo capturas de personas inocentes que a estas alturas del año 2023 pueden estimarse en más de 64 mil detenciones ilegales. Las cifras son alarmantes porque todos son enviados a detención provisional por periodos de uno a dos años, con el agravante de que podrían permanecer en esas condiciones hasta por cuatro años sin un juicio previo.”.
Mientras Bukele viola derechos democráticos básicos, el problema de fondo no se resuelve. Según Oxfam 160 millonarios en El Salvador acumulaban una riqueza equivalente al 87% de la producción.
Esta desigualdad genera mayor crisis social, que la mano dura no resuelve solo la mantiene tapada bajo la bota policial.