Este jueves comenzaron las reuniones del Gobierno de Maduro y la oposición en Oslo. Las conversaciones posteriores a la intentona golpista se realizaron bajo un secretismo absoluto.
Jueves 16 de mayo de 2019 17:15
Hace varios días trascendió que representantes del gobierno de Maduro y de la oposición establecían contactos para la apertura de un “diálogo” con la mediación de Noruega. Que existen contactos y reuniones entre el gobierno y la oposición, así como entre el gobierno y Estados Unidos es más que sabido, más allá de la opacidad de los contenidos de los mismos.
En el caso de la reunión en Noruega, de acuerdo a algunos medios, los contactos se habrían iniciado en Cuba y se han mantenido varias reuniones en un lugar secreto en Oslo, con la mediación del Ministerio de Asuntos Exteriores noruego. Otros movimientos parecen ejecutarse vía el Grupo de Contacto de la Unión Europea al que se suma Uruguay y México.
A la reunión de Oslo han acudido representantes de Maduro, entre ellos el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez y el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, así como delegados de Guaidó, el exdiputado Gerardo Blyde y Fernando Martínez Mottola, exministro de Carlos Andrés Pérez, a los que se ha unido el diputado y vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González. Las dos delegaciones viajarían este jueves a Caracas después de una nueva ronda de contactos, de acuerdo con la televisión pública noruega.
A diferencia de otros países europeos, Noruega -que no forma parte de la Unión Europea- no reconoció a Juan Guaidó como presidente interino, aunque sí “ha mostrado su apoyo y ha pedido diálogo y nuevas elecciones”. “La situación en Venezuela ha empeorado. Invitamos a las partes a establecer un proceso político incluyente que lleve a elecciones", declaró hace tres meses la ministra de Exteriores, Ine Eriksen Søreide.
Si bien Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima estaban al tanto de la reunión de Oslo, el tema fue tratado con secretismo por parte del Gobierno y la oposición.
Maduro solo había declarado este miércoles que Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, estaba fuera del país, sin ofrecer mayores detalles del viaje. “Jorge está cumpliendo una misión en el exterior muy importante”, precisaba. Mientras que la oposición no lo negó pero trató de bajarle importancia al decir que era parte de las conversaciones internacionales que se mantienen.
Diversos medios destacan, de acuerdo a fuentes propias, que las reuniones han sido exploratorias, para avanzar en una agenda de temas y una metodología de trabajo, y que tales conversaciones han sido por separado con representantes de la Cancillería noruega.
El día martes, Guaidó había declarado ante medios de prensa que “no desconoce ninguna vía para buscar una solución real para Venezuela”. Y por ello está dispuesto a trabajar con el Grupo de Contacto de la Unión Europea, el Grupo de Lima; e incluso a acercar posiciones con los países que supuestamente son aliados de Maduro (refiriéndose a Cuba, Rusia y China)”.
Al mismo tiempo explicaba que “no debemos confundir los medios con los fines; de manera que no estamos dispuestos a participar en ninguna patraña que implique una salida falsa a la crisis nacional. Hablar de diálogo es vintage, eso ya pasó”, concluyó. Estas declaraciones eran realizadas al mismo tiempo que Guaidó anunciaba la reunión entre el alto mando del Comando Sur y su “equipo” en Washington encabezado por Carlos Vecchio.
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Pero de acuerdo a algunos medios, las conversaciones de Oslo, tendrían el visto bueno de Leopoldo López (jefe del partido Voluntad Popular al que pertenece Guaidó). Lo que suscita suspicacia así como doble discurso de parte de Guaidó.
Después de haber declarado el martes que el “diálogo” era “vintage”, Guaidó se refirió en forma indirecta este jueves las reuniones en Oslo, afirmando vía twitter: “Grupo de Contacto, Canadá, Reino Unido, Noruega, Grupo de Lima, además de otras iniciativas, nos apoyan para lograr una solución a la crisis. Para los venezolanos la ruta es clara y la mantenemos: cese de la usurpación, Gobierno de transición y elecciones libres”.
Y no toda la oposición estaría involucrada en estas nuevas negociaciones, pues según Julio Borges (del partido Primero Justicia cuyo jefe es Henrique Capriles) aseguró a través de Twitter que tanto él como su partido, Primero Justicia, se habían enterado de la iniciativa cuando se hizo pública a través de varios medios venezolanos. “Reiteramos la información que oficializa nuestro partido y queremos aclarar que nos enteramos de esta iniciativa una vez que ya era pública”, declaró Borges.
También ha trascendido en estos días que lo de Oslo no es la única vía de diálogo que se ha explorado en las últimas semanas. Representantes de Maduro se habrían reunido después de la intentona golpista del 30 de abril directamente con el enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, y se espera que este jueves y viernes representantes de ambas partes reciban a los delegados del Grupo de Contacto de la Unión Europea para “escuchar sus propuestas para lograr una salida a la crisis del país”.
Sin embargo, después de lo del 30A, y que las Fuerzas Armadas se mantuvieran del lado de Maduro, es que nuevamente volvió a calar la idea de que “sin negociación de algún tipo sería imposible lograr una salida de Maduro”. Esto es lo que explica el por qué el gobierno de Maduro no la ha emprendido contra Guaidó luego de que detuviera a otros copartícipes de la intentona golpista pero no a la principal cabeza.
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Acorralado por la catástrofe económica y social el país, a lo que se ha sumado el impacto que se comienza a hacerse sentir de las sanciones económicas del imperialismo yanqui, con todo el aval y apoyo de la derecha criolla, es más que claro que Maduro busca también salidas negociadas. Su principal sostén, las Fuerzas Armadas, hasta el momento se han mantenido leales en función de sus propios intereses, pero Washington presiona cada vez más, que es lo que expresa la próxima reunión entre la gente de Guaidó y el Comando Sur estadounidense.
Si es cierto lo que ha declarado Julio Borges, entonces lo reunión de Noruega no contaría con el visto bueno, o al menos el conocimiento, de toda la oposición, aunque es más que seguro que toda la oposición se encolumnará en esta salida si Washington ve futuro para sus objetivos. Así vemos que a las tentativas golpistas le suceden paralelamente negociaciones.
Es más que claro que de estas negociaciones nada bueno saldrá para el pueblo trabajador que viene sufriendo las calamidades de una catástrofe económica y social que se arrastra por varios años y que tiende a profundizarse. De la misma manera hay que rechazar todas las tentativas golpistas y el intervencionismo yanqui, que no implica en modo alguno apoyo al Gobierno de Maduro. Los trabajadores no deben sembrar ninguna esperanza en salidas negociadas de los de arriba, que sí tienen acuerdo en algo central: que la brutal crisis la siga pagando el pueblo trabajador.