La policía subió con el patrullero hasta la glorieta de la Plaza donde concentraba la movilización, en un claro intento de provocación.
Martes 11 de abril de 2017 16:34
Pasadas las 18,30 horas, la convocatoria para marchar hacia tribunales desde la Plaza Independencia empezaba a concentrar en la parte central de la glorieta. Estudiantes, docentes, trabajadoras exigían justicia por Micaela, cuando una unidad policial sube hasta la zona donde la gente se estaba concentrando, y uno de los policías que manejaba el patrullero empieza a preguntar quién organizaba la marcha. La provocación de la fuerza represiva, que nada tenía que hacer en ese lugar, provocó el repudio de los concurrentes. Finalmente, cuando comenzaron los cánticos de denuncia al encubrimiento y la impunidad que garantizan estas fuerzas ante la violencia contra las mujeres, las denuncias de violación y maltrato, la trata de personas, el gatillo fácil y el narcotráfico, se retiraron.
Luego del acto de repudio, la marcha inició su trayecto por la calle Mitre hacia la calle 9 de Julio donde se encuentra Tribunales, allí se hicieron distintas intervenciones denunciando la justicia patriarcal que desampara a cientos de mujeres en situación de violencia de género, una institución más del Estado, que como el juez Carlos Rossi libera a violadores y revictimiza a las mujeres ante cada denuncia. Sobran casos, como el que se conoció cuando trascendió que el cura Grassi obtiene el “2x1” de su condena por abuso de menores por buena conducta, pero siguen dejando presa a Higui por defenderse del hostigamiento de 10 hombres, poniendo la lupa en la mujer una y otra vez. Así lo denunció Pan y Rosas, en el micrófono abierto, además de denunciar el femicidio de Daniela Guantay, militante de la Garganta Poderosa, que venía denunciando a su pareja por violencia de género, sin que las instituciones del Estado escucharan siquiera su denuncia.
La Cátedra abierta de Género remarcó la necesidad de no caer en el discurso reaccionario de la mano dura y el punitivismo, que pide endurecer las leyes para fortalecer el aparato punitivo del Estado sin que eso resuelva la situación que denuncian las mujeres. También exigieron justicia para Micaela, y todas y cada una de las víctimas de femicidio.
Sigue siendo esencial que se apruebe una ley de Emergencia nacional por violencia de género, con un presupuesto que contemple las necesidades más elementales de una mujer que está en una situación de violencia y opresión, como refugio, subsidio, licencia laboral, ayuda de un equipo interdisciplinario para la mujer y sus hijos.