Paritaria nacional. UPCN firmó acuerdo a la baja y se consolida pérdida de 16% en menos de un año en estatales

En una reunión llevada a cabo en Callao 114, sede de la discusión paritaria en el ex Ministerio de Trabajo (actual Secretaría del polémico Ministerio de Capital (in)Humano de la Ministra Sandra Pettovello), se reunieron los referentes de los dos gremios estatales.

UPCN, gremio liderado por Andrés Rodríguez, más conocido como el centauro, firmó el miserable 12% y difundió una excéntrica suma de acuerdos salariales que desde junio 2022 acumularía un 155,3% de aumento, inentendible para quien lo mire. Según Pablo Anino (economista y delegado de ATE-MECON) si tomamos estos valores y comparamos con la inflación acumulada para el mismo periodo (junio 2023- febrero 2024) que es del 204%, vemos una caída del poder de compra de los salarios estatales del 16% en un período de menos de un año. Cabe aclarar que este miserable aumento no le llega a los miles de monotributistas que a través de distintos modos de contratación le facturan mes a mes al estado, como parte del fraude laboral que se sostiene desde hace años y que en los ultimos meses han sufrido retrasos e incuplimientos de cobro de haberes que en algunos casos se sostiene hasta la fecha.

En esta oportunidad ATE no firmó el acta acuerdo, luego de venir avalando los acuerdos paritarios de los últimos años, que fueron consolidando un escenario de pérdida del poder adquisitivo. Para la próxima semana ATE está preparando, sin confirmación aún de modalidad y de fecha, una jornada nacional de lucha. La medida fue anunciada en dos plenarios convocados en paralelo (uno a instancias de ATE Nacional y otro a instancias de ATE Capital) para el mismo sector de delegados de los organismos nacionales, producto de las pujas internas entre los distintos sectores de la conducción. Como muestra la organización de algunos sectores como en la lucha del CONICET, hay que buscar la fuerza para superar esta política en la organización asamblearia y desde abajo.

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En tan solo 70 días de gobierno de Milei se están viendo pulverizados los salarios de la clase trabajadora. Muestra de esto fue la reunión del consejo del salario que no pudo avanzar en ningún acuerdo producto del boicot de las patronales y el Gobierno que finalmente lo ubicó por decreto en $180.000 mientras que una familia necesita casi $600.000 para no ser pobre, en un marco de más de casi un 60% de la población bajo la linea de pobreza en la Argentina.

En el caso de los trabajadores estatales, el ataque a las condiciones de trabajo y de vida implicó despidos sobre trabajadores que habían comenzado sus tareas en el 2023, y renovando solo parcialmente el resto de los contratos, hasta marzo del 2024. Además el Gobierno amenaza con descuentos salariales para los trabajadores que participan de medidas de fuerza como fue el paro nacional del 24 de enero, recorta horas extras que tienen un carácter complementario para salarios de indigencia, y otros suplementos salariales que juegan el mismo rol. La idea es clara, dejar por el piso los ingresos de las familias trabajadoras en el marco de un plan que pretende una gran reestructuración del Estado, reduciendo drásticamente algunas áreas.

Una vez más UPCN ha acompañado esta entrega del salario de miles de trabajadores estatales. Familias ajustadas por los tarifazos, que deben pagar alquileres altísimos, que deben alimentar a sus hijos y que por supuesto utilizan el transporte público para ir a sus trabajos.

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¡Abajo el DNU y el protocolo represivo, arriba los salarios!

En este marco de ataque, se está construyendo una fuerza desde abajo que reúne todos los sectores apuntados por el gobierno de Milei: jubilados, estudiantes y trabajadores. Las asambleas barriales, sindicatos, organismos de derechos humanos, jubilados, centros de estudiantes y jóvenes junto a la izquierda y otros sectores movilizados fueron un factor fundamental en el rechazo a la ley ómnibus, poniendo el cuerpo y bancando la respuesta represiva del gobierno. Estas asambleas son las que sostienen los cacerolazos, retomando aquella tradición del 2001 y que hoy reúne a nuevos sectores en nuevas formas de resistencia y de protesta. En estos días además la docencia del todo el país prepara también su plan de lucha para enfrentar los ataques y tenemos la oportunidad de buscar una fuerte coordinación que muestre una mayor unidad contra el ajuste. En el 8 de marzo próximo, confluiremos con muchas compañeras que vienen siendo protagonistas de todas estas peleas.

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En muchas de estas asambleas se han votado mociones para exigir un nuevo paro general y un plan de lucha, a la CGT y la CTA. Una medida necesaria para tirar abajo el DNU que está vigente y el protocolo represivo de Bullrich. Para romper con el congelamiento salarial para los estatales que impulsa el Gobierno, y por un salario mínimo igual a la canasta familiar actualizado segun la inflación.

Con el mismo planteo desde la Agrupación Marrón Clasista participamos en las asambleas de trabajadores y en los plenarios del gremio, planteando también la necesidad de una asamblea abierta de trabajadores estatales, afiliados y no afiliados, que reúna a los compañeros despedidos y abiertos a otros sectores en lucha para organizar la pelea por todas nuestras demandas.