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Red Internacional
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Mediación de Turquía. Ucrania y Rusia pactan corredor marítimo para exportar cereales

El acuerdo se firmó este viernes y contó con la mediación de Turquía y la ONU. El representante de Ucrania dijo que no se someterá a controles de Rusia y Putin dejó la puerta abierta a que para hacerlo efectivo se suavicen las sanciones.

Viernes 22 de julio de 2022 14:40

Ucrania y Rusia firmaron este viernes en Estambul un acuerdo -supervisado por Turquía y Naciones Unidas- para exportar cereales ucranianos a través de un corredor marítimo, con lo que esperan aliviar la crisis alimentaria mundial causada por el bloqueo naval ruso de los puertos ucranianos del Mar Negro.

La escaséz de alimentos básicos, en particular el trigo, y de combustible por la guerra en Ucrania viene siendo una de las principales preocupaciones de los Gobiernos del mundo por el aumento de la inflación, que provocan desde huelgas hasta revueltas alrededor del mundo.

Es por esto que el acuerdo firmado hoy en Turquía fue felicitado por el secretario general de la ONU, António Guterres, que estaba allí presente: "Traerá alivio a los países en desarrollo al borde de la bancarrota y las personas más vulnerables al borde de la hambruna. Y ayudará a estabilizar los precios mundiales de los alimentos, que ya estaban en niveles récord incluso antes de la guerra".

El acuerdo permitirá que buques de carga puedan exportar desde tres puertos ucranianos -Odesa, Pivdennyi y Chornomorsk- alrededor de 22 millones de toneladas de trigo, maíz y otros cereales almacenados de silos.

Los reparos de Ucrania y Rusia

Durante la firma del acuerdo los representantes de Rusia y Ucrania no se cruzaron jamás y ambos países pusieron algunos reparos al acuerdo firmado.

El ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, y el ministro de Infraestructuras de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, firmaron el acuerdo de Estambul aunque nunca coincidieron en la mesa al mismo tiempo.

La ceremonia estuvo presidida por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

El acuerdo implica que Rusia se compromete a no atacar a los barcos que salgan de los puertos de Ucrania y pone como condición que los barcos comerciales no se usen para fines bélicos o para la introducción de armas en el país. Para esto se creará un Centro de Coordinación Conjunto que verificará la aplicación de lo firmado, que prevé inspecciones por parte de la ONU y de Turquía de los barcos que entren y salgan del Mar Negro.

De todas maneras aseguraron que todavía se necesitarán "algunas semanas" para poner en marcha el acuerdo. Además ambos países expresaron sus reparos frente al acuerdo ya que ninguno quiere aparecer cediendo en medio de la guerra.

Kiev aclaró que su compromiso era solo con Turquía y con la ONU, y de ninguna manera con Rusia.“Ucrania no firma ningún acuerdo con Rusia, sino con Turquía y la ONU, con las que asumimos obligaciones”, escribió en Twitter Mijailo Podoliak, asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Y agregó “No habrá transporte escoltado por los barcos rusos y no habrá presencia de los representantes de Moscú en nuestros puertos. En caso de cualquier provocación, habrá una respuesta militar inmediata”.

Por su parte Rusia, como ya había adelantado el presidente Vladímir Putin, amenaza con reclamar a cambio que se suavicen las sanciones que le fueron impuestas. Las sanciones que habían sido presentadas por la OTAN como una de sus principales armas, pero que no fueron refrendadas por países de peso en Asia, África y América Latina, se terminaron convirtiendo en un boomerang para Europa, en particular por las importaciones de energía que provenían de Rusia, aumentando la inflación, y está poniendo al borde del estallido a países directamente dependientes de la importación de granos y combustible. Así, se vio en las últimas semanas y días desfilar a miembros de gobiernos europeos pidiendo a Moscú cuotas extra de gas y combustible, el último de ellos fue el ministro de Exteriores de Hungría que pasó ayer por la capital rusa para pedir que le vendan 700 millones de metros cúbicos de gas, antes de que llegue el otoño. Putin sabe que tiene esa ventaja y la usará, cómo así también la exportación de granos por el Mar Negro, exigiendo un reblandecimiento de sanciones a cambio del abastecimiento de estos commodities.

De hecho Guterres aseguró que otro aspecto del acuerdo es "facilitar el acceso sin trabas a los alimentos y fertilizantes originarios de la Federación de Rusia a los mercados mundiales". Aunque los alimentos y fertilizantes rusos no están sometidos a sanciones, bancos e intermediarios prefieren no tratar con empresas rusas para evitar problemas, lo que ha desplomado la oferta y aumentado los precios. El aumento de los precios de los fertilizantes -el 185 % en el caso de la potasa hasta más de 1.100 dólares- ha tenido efectos muy graves para el sector agrícola de numerosos países en desarrollo.

Turquía, por su parte, aparece en el conflicto y la negociación con juego propio, y así como hace unas semanas en la cumbre de la OTAN se dio el lujo de petardear el ingreso de Finlandia y Suecia a la organización si no se comprometían a extraditar y finalizar el apoyo a los kurdos. También bombardeó el kurdistan sirio y el iraquí para dejar en claro sus objetivos estratégicos. Lo hizo en el primer caso mientras estaba reunido con los miembros de la OTAN y en el segundo en una reunión con Rusia e Irán hace tan solo dos días.

Ahora, Turquía se muestra como el principal facilitador de este acuerdo entre Rusia y Ucrania, que es lo que pedía a los gritos la ONU y el establishment internacional para intentar bajar parcialmente el precio de los productos básicos y con la esperanza de evitar más huelgas y estallidos. Erdogan incluso llegó a deslizar la idea de que este acuerdo sería el comienzo del fin de la guerra en Ucrania. Un sueño que puede tener el lider turco buscando afianzar su poder como potencia regional y euroasiatica, pero que depende de factores externos muchos mas fuertes que se han venido desencadenando desde la reaccionaria invasión de Putin y la respuesta de los países imperialistas de la OTAN con un nivel de rearme y guerrerismo nunca visto desde el fin de la segunda guerra mundial.