Este martes se realizó la Asamblea General de Memoria y Balance de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP). Una vez más, la mayoría del Secretariado trató de ocultar la voz de la minoría y la oposición
Jueves 28 de julio de 2016 10:33
Estaba previsto discutir los problemas enfrentados durante el 2015 y el balance económico de la gestión de la Roja y Negra. Pero la asamblea terminó con el impedimento del uso de la palabra al conjunto de los trabajadores. En particular a la minoría, que no pudo expresar sus opiniones respecto del balance político-sindical de la política impuesta por la actual conducción mayoritaria.
El primer punto a debatir fue el balance económico, que fue aceptado sin discusión por los revisores de cuentas de la Roja y Negra, mientras que desde la minoría fue rechazado porque no incluye los activos de los afiliados que están en una Asociación Civil. El sindicato, que viene funcionando desde el 2008, antes de tener la legalidad que da la personería jurídica, recaudaba aportes de los afiliados por medio de una Asociación Civil, que pertenece a una treintena de miembros de la Roja y Negra. Y aunque han pasado 5 años desde que se normalizó el sindicato, se mantienen esos fondos en una cuenta paralela que han impedido hasta la fecha revisar, por lo que desconocemos sus balances contables. Es por esta razón que no podemos saber fehacientemente los intereses y frutos que esos fondos produjeron en todo ese tiempo, y poder discriminarlos de otros bienes que pudieran ser de la Asociación Civil. Por eso desde la minoría se llamó a rechazar el balance y a regularizar el patrimonio del sindicato traspasando los aportes que manejan en dicha asociación civil.
Luego, según lo acordado en el Secretariado y como se hizo todos los años anteriores, se iba a discutir la memoria (balance de la acción político-sindical). Pero imprevistamente y sin que hubiese ninguna discusión del balance, los integrantes de la Roja y Negra mocionaron votar todo junto, impidiendo la discusión. Apoyándose en que una mayoría de la asamblea era partidaria de las posiciones oficialistas, no hubo ninguna discusión sobre todo lo que sucedió en el 2015.
Así, pretenden esconder que a más de un año de la “compra” del edificio esta operación no se hizo, que la personería que Tomada negó por años y cedió a último momento hoy está suspendida por la acción judicial de la burocracia de la UTA y que tiene probabilidad de volver a manos del Ministerio de Trabajo para su resolución, ahora en manos del macrismo. No se permitió el debate sobre el rol nefasto que jugó la mayoría de la dirección en el conflicto de los tercerizados. Ni la discusión sobre el compromiso que la directiva fue teniendo con el plan de la empresa de instalación de las máquinas recargadoras y la consecuente flexibilización de los puestos de trabajo que esto acarreó.
No sorprende. El giro que la mayoría del Secretariado ha tenido desde que se inició el gobierno macrista de enfrentar cada vez menos los planes de la empresa y hasta sumarse a la implementación como con las máquinas de recarga, se ve trasladado a métodos cada vez más burocráticos, intentando acallar todo tipo de debates. Este martes realizaron una jornada lamentable en la historia del sindicato del subte.