Jueves 20 de noviembre de 2014
En la cálida tarde del martes, el barrio de Villa Maipú se vistió de tricolor desde muy temprano. Gente que llegaba escapando de sus laburos, otros que habían cambiado el franco, o hecho extras durante días para faltar. Veinticinco mil almas se llegaron a San Martín a pugnar por una entrada, o por un lugar para entrar al estadio al que le tuvieron que habilitar de urgencia la tribuna visitante, la cual no se había usado desde su construcción, y se vio también copada en el día de ayer, donde Chacarita recibía, en lo que de hecho fue una final de aquellas, a Villa Dálmine que llegaba a la última fecha del Torneo de 1ra B Metropolitana, a dos puntos por debajo del local, por lo cual si ganaba y Estudiantes de Buenos Aires (tercero en disputa de esta definición) no lo hacía, el Violetase llevaría el ascenso para Campana.
El durísimo equipo que es Dálmine, y su ubicación expectante en la tabla, explica el carácter parejo del partido. Con un Chacarita que de a ratos jugó nervioso aunque no dejaba de ir al frente empujado por la multitud, el primer tiempo dejó un 0 a 0 con gran despliegue y un par de llegadas por bando. El local, a través de Manso, tiraba centros cruzados a espaldas de los centrales, dado que la altura de éstos volvía infructuosos los pelotazos frontales. Fueron varios los pelotazos que se fueron largos por arriba del segundo palo y lejos de la cabeza de Bordacahar, que no terminaba de empalmar con Manso. Melivilo seguía aportando su desborde y guapeza que lo caracteriza, pero no alcanzaba para quebrar al sólido conjunto de Campana, que además intentaba asestar algún golpe cuando amainaba la presión funebrera.
Así las cosas, el partido estaba abierto para que ocurra cualquier cosa. Con Estudiantes empatando en Caseros, a Chacarita le alcanzaba con el empate, y Dálmine estaba a un gol del ascenso directo. Pero al comenzar el Complemento y con la novedad del gol “pincha”, Chaca ya necesitaba ganar sí o sí y los de Campana ya no tenían posibilidades de campeonar. Primero se vieron cinco minutos de “golpe por golpe” con ataques alternados de los dos lados, anticipando un Segundo Tiempo para el infarto. Luego todo seconvirtió en un plano inclinado hacia el arco visitante, sobre todo a partir de la expulsión de Pereyra a los 16’ del ST. A los 28, primero Kletniki sacó del ángulo un cabezazo del Chapa Zapata, originando el córner que peinó el Piojo Manso, cambiándola de palo y desatando el delirio en San Martín.
Los últimos 15 minutos fueron para la anécdota y para LAS anécdotas entre lágrimas. Muchos recordaban un gol muy similar de Montagliani en un clásico en cancha de Atlanta en el ’92. Otros recordaban otro partido en San Martín pero 14 años atrás, donde un joven Manso alfrente de Newell´s, se iba aplaudido en un reconocimiento inusual por el fútbol mostrado tras “bailar” a un Chaca dirigido por el Profe Córdoba. Lo que TODOS los presentes recordaron, es que doce fechas atrás, Chacarita se quedaba sin DT y estaba a 11 puntos de los punteros. La llegada de Aníbal Biggeri, arquero suplente en el recordado ascenso del 94, y heredero de la mística del DT y eterno ídolo funebrero Juan Manuel Guerra, desató una remontada histórica de nueve triunfos y tres empates que terminaron de la manera más merecida: Fiesta hasta altas horas en San Martín, Chacarita, Colegiales, Pueyrredón, y otros barrios donde aún retumba el eco “le queda chica la B”.