×
×
Red Internacional
lid bot

Internacional. "Únete a Pan y Rosas" La necesidad de un feminismo socialista en EEUU

Esta nota es una traducción de la agrupación "Bread and Roses" (Estados Unidos).

Sábado 7 de enero de 2023

La situación es compleja

Sectores de derecha, radicalizados y reaccionarios están avanzando, atacando nuestros derechos reproductivos, de la comunidad LGBTTIQ+, migrante y cualquier conquista que alcancemos en una democracia liberal — concentran sus ataques a la comunidad negra, migrante y a la juventud trans. Impulsan políticas reaccionarias en el Parlamento, que afectan principalmente a la clase trabajadora.

El derecho al aborto ha sido prohibido en diferentes estados por el organismo despótico y antidemocrático de la Corte Suprema. Claramente, bajo el capitalismo, las victorias obtenidas por los movimientos sociales nos pueden ser arrancadas en un pestañeo; este sistema no promueve nuestra libertad.

La Corte Suprema ha avanzado la agenda de los Republicanos en el último mes — limitando las regulaciones climáticas , atacando la separación entre la iglesia y el Estado y permitiendo arrestar a miles de personas que migran en condiciones precarias.

En el plano legislativo, el presupuesto militar y para la policía aumenta rápidamente mientras nuestros salarios disminuyen a causa de la inflación.

Mientras atravesamos la recesión, La Fed culpa a los escasos aumentos salariales de los trabajadores, mientras que los jefes y los directorios continúan obteniendo ganancias récord. Las ganancias de Amazon aumentaron un 220 por ciento ($ 108 mil millones en ventas durante los primeros tres meses de 2021). Al mismo tiempo, la compañía pagó $4.3 millones de dólares a rompehuelgas para difundir mentiras y evitar la formación de sindicatos.

"The UN" ha anunciado que muchas personas están viviendo el hambre, en gran parte por los desastres climáticos . Aún así, grandes corporaciones — con la ayuda de los partidos Demócrata y Republicano — Devastan el planeta para obtener ganancias cada vez mayores, creando las condiciones para eventos climáticos que alteran la vida.

Mientras Jeff Bezos viaja al espacio y Elon Musk planifica privatizar los viajes espaciales, el Estado capitalista construye muros y criminaliza la migración — la cual solo aumentará mientras se intensifica la crisis climática.

Las mujeres, las personas LGBTTIQ+ y las personas negras somos las primeras en sufrir el desplazamiento y otras consecuencias del cambio climático impulsado por el capitalismo. Sacrifican nuestro futuro por sus ganancias.

Estos ataques requieren una resistencia estratégica y organizada. Demandan que nos tomemos las calles, que organizemos movimientos de masa como en Argentina, la marea verde que ganó el derecho al aborto en un país donde la iglesia católica tiene una presencia importante.

Tenemos la capacidad de lograr esto y mucho más: no solamente en las calles sino también en nuestros lugares de trabajo, donde nuestro poder como trabajadoras organizadas puede golpear a los capitalistas. Tenemos la habilidad de paralizar la economía entera por los derechos de la clase trabajadora y las personas oprimidas. De esto podemos tomar conciencia.

Pero aspiramos a más que resistir los ataques

Luchamos por el derecho al aborto de forma gratuita y segura. Atención médica que respete la identidad de género, licencia por maternidad, cuidado infantil gratuito y un sistema de atención médica gratuito controlado y organizado por las comunidades y los trabajadores de la salud, no por patrones con fines de lucro.

Para ganar estas demandas, debemos enfrentar y luchar para abolir las instituciones que nos oprimen: el ejército de los EE. UU., ICE, la policía, la Corte Suprema y todo el sistema capitalista que protegen y defienden.

El partido Demócrata no es nuestro aliado en la lucha. Hablarán en apoyo a nuestros movimientos para contener la lucha, luego abrirán la puerta y estrecharán la mano de quienes atacan nuestros derechos básicos. Defendernos de los ataques que enfrentamos y luchar por nuestros derechos requiere un movimiento independiente que no dé ni un ápice de apoyo político al "Democratic Party".

Incluso los demócratas “progresistas” que prometen reformas radicales para mitigar lo peor de las desigualdades del capitalismo siempre se alinearán con los demócratas de la corriente principal en los temas más importantes, ya sea votando a favor de la financiación del ejército israelí, apoyando a Nancy Pelosi para la presidencia de la Cámara, o cediendo terreno a las políticas cada vez más reaccionarias del centro y la derecha.

Esto se debe a que, en última instancia, estas alas del aparato político comparten un objetivo común: defender este sistema capitalista y restringir la lucha y la crisis dentro de sus límites.

Este momento necesita de una corriente feminista que combata al sistema capitalista de conjunto, un sistema que degrada los derechos básicos de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos.

Este momento demanda un feminismo que no solamente sueñe con un mundo mejor, más libre y equitativo, sino que organice activamente en esa perspectiva, que solo podrá ser lograda con la superación del capitalismo.

Necesitamos un feminismo socialista

¿Por qué feminismo socialista?

Las corrientes feministas neoliberales, imperialistas, transexcluyentes, no tienen nada que ofrecernos a las mujeres, comunidad LGBTTIQ+, personas neurodiversas, con discapacidad o cualquier grupo oprimido.

El feminismo de Hillary Clinton y Kamala Harris de jefas femeninas es una estrategia sin salida, utilizada para justificar la continua explotación y opresión de cientos de millones de personas en los Estados Unidos y en todo el mundo.

Este feminismo distorsionó la liberación para significar más espacio en la cima para unos pocos elegidos, espacio para participar y, en algunos casos, liderar la violencia cotidiana de este sistema capitalista imperialista.

Nos alimentó con la mentira de que seguir las reglas —“romper el techo de cristal”, “diversificar la parte superior” y aprobar las leyes adecuadas— podía lograr la igualdad; pero el capitalismo sistemáticamente niega a miles de millones de personas en todo el mundo las condiciones materiales que harían posible tal igualdad. Y fue esta lógica la que quitó los colmillos, cooptó y desmanteló los movimientos militantes que lucharon y en algunos casos ganaron nuestros derechos en el pasado.

Incluso cuando la primera mujer afrodescendiente se desempeña como vicepresidenta de los Estados Unidos, millones de mujeres, personas queer y personas negras están perdiendo sus derechos. Mientras que los directores ejecutivos y políticos queer se posicionan como progresistas, las personas queer trabajadoras están viendo los peores ataques en generaciones.

Mientras las corporaciones se dan palmadas en la espalda por presentar a personas LGBTTIQ+ y BIPOC en sus anuncios, los trabajadores de estas empresas son explotados sin piedad. El Estado y el sistema capitalista que protege esta corriente del feminismo no nos deparan más que desastre y explotación.

Nuestro feminismo está del lado de la nueva ola de sindicalización que estamos presenciando en Starbucks, Amazon y también entre los trabajadores de derechos reproductivos, como en Planned Parenthood.

Son los jóvenes afrodescendientes y de la diaspora, homosexuales y las mujeres quienes están al frente de estas luchas y quienes destacan que la clase trabajadora es multirracial, multigénero y debe organizarse para luchar contra los patrones que quieren hiper -explotar nuestro trabajo.

Nuestro movimiento feminista debe luchar para que cada trabajador tenga un sindicato y apoyamos las luchas laborales en los EE. UU. y en todo el mundo.

Estos sindicatos deben luchar por un salario digno, mejores beneficios, descansos más prolongados y todas las demás necesidades de los trabajadores en el lugar de trabajo. Pero también deben luchar por los problemas de las personas oprimidas, como el derecho al aborto, el cambio climático, la vivienda y más.

Eso a menudo significará luchar dentro de nuestros sindicatos para asumir estas luchas y garantizar que sean dirigidas por las bases.

Debemos luchar para que nuestros sindicatos sean cuerpos de lucha que pongan el poder de la clase obrera organizada en manos de los propios trabajadores. Es por eso que los miembros de Bread and Roses se han organizado y son parte de CUNY for Abortion Rights y están pidiendo comités de base para luchar por la justicia reproductiva.

Nuestro feminismo está del lado de la liberación negra y el movimiento Black Lives Matter, contra la policía y el complejo industrial penitenciario.

Luchamos para expulsar a los policías de nuestros sindicatos, para oponernos a las prisiones “progresistas”, para integrar la historia negra en los planes de estudios escolares y para abolir todas las instituciones represivas que oprimen y reprimen a las personas afrodescendientes y de la diáspora. Sabemos que el racismo, así como todas las formas de opresión, son institucionales.

No será erradicado sin erradicar las instituciones racistas, sexistas y capacitistas que mantienen las ganancias capitalistas. Pero también sabemos que la intolerancia también se expresa interpersonalmente, incluso entre la clase trabajadora y las personas oprimidas. Es fundamental que combatamos esas actitudes racistas, sexistas, homofóbicas y transfóbicas entre nuestros compañeros de trabajo y la comunidad.

A lo largo de la historia, los patrones y los capitalistas han utilizado y fomentado el racismo en los trabajadores blancos para asegurar que los trabajadores no se unan contra los patrones; La xenofobia, el sexismo, la homofobia y la transfobia se han utilizado de manera similar.

Por eso es esencial construir un movimiento feminista socialista que diga activamente Black Lives Matter y se ponga del lado de todas las personas oprimidas.