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Red Internacional
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Este Sábado 27 de abril. Únete a la Asamblea abierta de Nuestra Clase: unidad entre apoderados, estudiantes y trabajadores de la educación

Este Sábado 27 de abril nos reuniremos en asamblea los trabajadores y trabajadoras de la agrupación Nuestra Clase. Allí presentaremos nuestros objetivos y programa, y dialogaremos sobre la actual situación de la educación y que tareas tenemos por delante este año que recién comienza. Este sábado 27 de abril en Casa Marx en Verdi 112, comuna de San Joaquín, a las 16 hrs. ¡No Faltes!

Viernes 26 de abril

¿Quienes somos?

Somos una agrupación que lleva más de 10 años luchando por las demandas de los trabajadores y comunidades educativas del país. Estamos presentes en diversas ciudades del país como Arica, Antofagasta, Santiago y otras.

La Dictadura Militar instaló el sistema educativo actual basado en el mercado de la oferta y la demanda, a través de la subvención escolar y la precarización del sector público educativo hoy administrado por las municipalidades o los nuevos Servicios Locales de Educación. En este sistema las comunidades educativas son reducidas a consumidores o clientes individuales. Los estudiantes compiten por metas y además de los problemas de infraestructura y hacinamiento, hoy por hoy los establecimientos viven un aumento de conflictos de convivencia escolar y violencia.

Esta situación ha llevado a la muerte a la profesora Katherine Yoma en la ciudad de Antofagasta razón por la cual sus colegas y apoderados han estado más de 1 mes en paro exigiendo demandas como elección de autoridades, mayor infraestructura, real apoyo profesional para los estudiantes y profesores. Las autoridades locales han desviado el foco del problema y proponen soluciones parches que incluso aumentarán los problemas de convivencia, por ejemplo, proponen aumentar los cursos para resolver el problema de matrículas creando salas modulares en condiciones de hacinamiento.

En Santiago la realidad no es mejor. También se presenta la demanda de vivienda digna y de calidad. Cerca de 700 familias del Campamento Dignidad están siendo amenazadas de desalojo. En sus cinco etapas viven cientos de niños y adolescentes que son nuestros estudiantes. Desde Nuestra Clase hemos sido los primeros en decir que los profesores y trabajadores de la educación deben tomar contacto con sus apoderados y familias para apoyar sus demandas sociales, en el caso de Dignidad, se trata de resolver la escasez de viviendas a través de la construcción de nuevos barrios.

La crisis educativa y de vivienda se deben a la política de "cero peso" para derechos sociales. El gobierno de Gabriel Boric en su campaña presidencial ilusionó a medio mundo con que ahora se vendrían mejores condiciones en derechos sociales pero ha sido todo lo contrario. Al correr de los meses se rindió al principio neoliberal de los partidos tradicionales de no aumentar el gasto público en salud, vivienda y educación. Es decir, estamos manejando estos servicios con los mismos recursos de años anteriores mientras se compra armamento y entrenamiento para las policías que terminan por desalojar o reprimir las protestas sociales.

Desde la agrupación Nuestra Clase luchamos en nuestros lugares de trabajo por conquistar sindicatos y gremios democráticos, de base, con dirigentes revocables y mandatados por las bases. Actualmente el Colegio de Profesores es un ente burocrático cuya política es la pasividad en la base y las maniobras en las alturas con los partidos de siempre. Llevan años negociando agendas y concretamente no han llamado a jornadas de reflexión y movilización pese a que hay luchas en ciertas ciudades por los problemas educativos, de vivienda, de pensiones y de salud.

Es hora de levantar un programa político que parta por la unidad de las demandas de estudiantes, profesores, trabajadores y apoderados, somos una misma clase postergada y explotada por el modelo neoliberal que es sostenido y reproducido por el régimen política al cual Boric, el Frente amplio y el PC ser han subordinado.

Luchamos por la independencia política de los trabajadores y confiamos en las fuerzas de la movilización para conquistar una educación pública, de calidad, gestionada por las comunidades y trabajadores, en donde los recursos se inviertan en los niños y adolescentes y no en más represión y negocios municipales o estatales con empresas privadas.