Los sindicatos CGT y Solidaridad Obrera junto a varias asambleas estudiantiles surgidas de las acampadas han convocado una huelga en solidaridad con Palestina. Desde Contracorriente y Pan y Rosas nos sumamos a esta convocatoria y llamamos a construirla en cada centro de estudio y de trabajo.
Jueves 5 de septiembre
Volvemos a las clases mientras continúa el genocidio en Palestina. Pero tenemos una cita: el 27 de septiembre hay una huelga general contra el genocidio. Y los estudiantes, que acabamos el curso con acampadas, no nos podemos quedar atrás. Paremos las clases junto a los profesores y trabajadores.
Con las acampadas denunciamos la relación entre el gobierno y las universidades con el genocidio, logrando imponer la ruptura de algunos acuerdos, pero es insuficiente. El gobierno sigue destinando millones para comprar armamento mientras el Banco Santander invierte más millones en empresas vinculadas al genocidio.
Para continuar la lucha es fundamental extenderla. Una huelga donde salgan a luchar los trabajadores es una buenísima noticia: solo parando la producción se pueden tocar los intereses de las empresas y del gobierno e imponer la ruptura de relaciones.
Los estudiantes también tenemos un papel: nuestra unidad con los trabajadores es estratégica. ¡Contagiemos también de la necesidad de parar la producción en los lugares de trabajo!
Contracorriente y Pan y Rosas nos sumamos a la huelga convocada por CGT, Solidaridad Obrera, y varias de las acampadas, en las que participamos. Exigimos a las direcciones de CCOO y UGT que se sumen, así como a las organizaciones estudiantiles a que la construyan y que no cumplan en el movimiento estudiantil el mismo rol que los dirigentes de CCOO y UGT cumplen entre los trabajadores.
Preparemos la huelga con todas nuestras fuerzas, desde abajo. Clase por clase, organizando asambleas, junto a los profesores y trabajadoras, sin confianza en los rectores y catedráticos. Son los mismos que apoyan los recortes, el aumento de las tasas, que precarizan a los profesores y tratan de reprimir a los estudiantes que protestan mientras Ayuso prepara un recorte del 30% del presupuesto y una ley represiva que es una respuesta al movimiento de las acampadas. Esta política es posible gracias a las nuevas leyes universitarias del gobierno, que también es enemigo de la movilización.
Un gobierno que apoya el genocidio no es “progresista”, sino imperialista. Y el nuestro además mantiene una política racista en las fronteras, contra los migrantes que huyen del expolio de África. Contra estas políticas, que siembran el crecimiento de la extrema derecha la juventud dice basta. A la juventud, a las mujeres, a los trabajadores y personas migrantes no tienen nada que ofrecernos. Tenemos, como diría Marx, un mundo por ganar.
Por eso, desde Contracorriente y Pan y Rosas, luchamos por una salida socialista y revolucionaria. Organiza con nosotres la huelga del 27-S y levantemos junto a la clase trabajadora una gran juventud antiimperialista, antirracista, feminista, socialista y revolucionaria.