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Red Internacional
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Vamos por un paro de mujeres efectivo para hacer temblar la tierra

El pasado 8 de febrero se realizó la segunda Asamblea Feminista del Conurbano Noroeste, con el objetivo de preparar el paro internacional de mujeres que será el próximo 8 de marzo.

Domingo 17 de febrero de 2019

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La asamblea se realizó en el Centro Cultural Ungs (CCUNGS), y en ella participaron alrededor de 70 mujeres de distintas agrupaciones feministas de la zona, dirigentes sindicales, miembres de radios comunitarias y, en su minoría, independientes. Nosotres, desde Pan y Rosas y Universitarios por el Socialismo, nos hicimos presentes en esta segunda asamblea para llevar nuestra postura en torno a cómo garantizar la mayor participación. Este viernes 22 de febrero invitamos a participar de la segunda asamblea.

¿Paro efectivo o paro simbólico?

Nuevamente, la propuesta central que queremos llevar a esta segunda asamblea es que la misma se pronuncie por una exigencia de paro a las centrales sindicales, y en particular a los sindicatos que se hagan presentes en dicha asamblea, con el fin de que se comprometan a parar. Además, dado que como CEUNGS llamamos a parar el 8M, nos parece fundamental hacer una exigencia a ADIUNGS y APUNGS, sindicatos de docentes y no docentes de la Universidad de General Sarmiento, para que toda la comunidad educativa de la universidad haga material el paro.
Desde Universitarios por el Socialismo y Pan y Rosas, vamos a dar la pelea hasta el final por un paro efectivo y activo. El 8M el país tiene que estar literalmente paralizado: un freno total de la actividad en centros comerciales, bancos, industrias, sumado a una enorme movilización como la otra pata esencial para hacer del paro internacional de mujeres un hecho político. Es de este modo como vamos a demostrar que sin nosotras, las mujeres trabajadoras, el mundo deja de funcionar.
El paro efectivo se hace cada vez más importante porque es sin dudas la clave para lograr nuestras demandas. El movimiento feminista ha demostrado tener ánimos imparables de lucha y organización que sin embargo no han sido suficientes para arrancarle al Estado el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, a pesar de que éramos un millón y medio de mujeres con nuestros compañeres en las puertas del Congreso. Necesitamos a les trabajadores de nuestro lado, que son quienes tienen un rol estratégico en la economía y quienes hacen funcionar día a día el mundo, para que todas nuestras luchas tengan un peso descomunal y sean capaces de llevarse puesto a quien sea que se nos interponga en nuestro camino: el parlamento, la iglesia, la justicia, etc.
Pero además, tenemos una enorme fuerza capaz de conseguir no solo nuestras reivindicaciones, sino de darle lucha a los planes de ajuste de Macri y los gobernadores, que vulneran todavía más las condiciones de vida de las mujeres. Nosotras representamos la mitad más precarizada de la clase obrera, cobrando salarios más bajos y estando primeras en la lista al momento de ser despedidas. Claramente, nos encontramos en un contexto de mayor inserción del imperialismo en la región, como se ve en la situación de Venezuela y de Brasil, por ejemplo, y la expresión de esto en Argentina es la llegada del FMI que en los próximos años va a llevar adelante una profundización del ajuste y una consecuente descomposición social que sin dudas nos va a afectar terriblemente a las mujeres trabajadoras, desempleadas, inmigrantes, trans, etc. Como movimiento de mujeres nos tenemos que pronunciar en contra del pago de la deuda y la expulsión del FMI.
Lamentablemente, esta no es la visión de las direcciones kirchneristas presentes en la asamblea pasada, que se alteraron cuando propusimos hacer una exigencia de paro general a la CGT e insistían en decirnos que no se podría, que no era posible, que los sindicatos no iban a parar y que teníamos que pensar en formas simbólicas de parar. Por ejemplo, una dirigente regional del SUTEBA nos proponía ir a nuestros lugares de trabajo pero usar pulseras de colores que digan “aunque estoy trabajando, yo paro”, entre otras cosas inofensivas que planteaba el resto de las direcciones como hacer una canción que cuente por qué paramos. Claramente intentaban sumir a las mujeres en una desmoralización y escepticismo que no es propio del movimiento: las mujeres ya demostramos que no nos importa cuántas veces nos digan que no se puede, nosotras vamos a seguir peleando por nuestros derechos, como lo hacemos por el derecho a la legalización del aborto y a que no hayan más femicidios.

¿Paro en la localidad o paro en el centro político del país?

Desde Universitarixs por el Socialismo y Pan y Rosas, opinamos que la convocatoria a la movilización debe ser en la Capital, que representa el centro político y económico del país donde se toman las decisiones que nos involucran a todes, con el objetivo de unir fuerzas y presionar al gobierno para imponernos de manera contundente. El movimiento feminista viene haciendo temblar la tierra y su energía va in crescendo: la expresión máxima de esto fue la marea verde que convocó a más de un millón de mujeres en las puertas del Congreso el día en que las castas políticas nos negaron el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Por lo tanto, otra de nuestras propuestas en la próxima asamblea será realizar una gran convocatoria a movilizar en la Capital del país el día del paro internacional de la mujer trabajadora.
Este fue otro punto de disputa en la asamblea pasada, ya que cuando expresamos nuestra posición en lo que concierne al lugar de la convocatoria, la respuesta de las direcciones entre las que se encontraba el Frente de Mujeres UNGS, fue que no darán lugar a esa discusión porque “ya estaba saldada” y la convocatoria iba a ser en la localidad. De este modo, anularon toda posibilidad de divergencias que siempre resultan progresivas. Nosotres creemos sumamente importante movilizar en la Capital del país porque, además, es un espacio en el que pueden converger otros movimientos de sectores oprimidos de la sociedad, y donde podemos confluir con las obreras despedidas de Pilkington, con las trabajadoras domésticas precarizadas de Nordelta, con la Comisión de Trabajadoras de la cooperativa Madygraf, etc.
Este planteo le es favorable al Estado y a la Iglesia que buscan disgregar la movilización y que en vez de ser millones de mujeres reunidas en el centro de la arena política sean miles y miles, pero desperdigadas por todas las localidades bonaerenses. Esta vez el Estado y sus instituciones están redoblando los esfuerzos para lograrlo porque ha visto la aplastante potencialidad del nuestro movimiento, que surge la rabia de décadas y décadas de subordinación, porque nosotras somos doblemente oprimidas: por obreras y por mujeres, y ni hablar de las inmigrantes, las negras, las trans, etc. sufriendo precarización laboral, largas jornadas de trabajo doméstico y el encontrarse a cargo del cuidado y la educación de les niñes.
Las organizaciones que participaron en la asamblea pasada anularon todas estas discusiones y nos negaron llevar adelante la votación de las mociones que se presentaron. Estos son métodos antidemocráticos que no compartimos y que no podemos dejar pasar nuevamente, ya que no dan lugar a que se expresen tanto las mayorías como las minorías. Desoyendo nuestra demanda de votar, que es el paso final e infaltable del método asambleario, las compañeras se levantaron y se fueron. Con la excusa de que el método con el que se vienen manejando es el “consenso” y que las mujeres debemos estar “unidas”, taparon las disidencias que tienen que estar presentes en cualquier movimiento que se supone organizado y que son lo más progresivo que puede haber para llegar a las conclusiones más correctas. Además, el discurso de la “unidad” ha llevado a estas direcciones a plantear el absurdo de la unión de los pañuelos celestes con los pañuelos verdes.
Nosotres, desde Universitarios por el Socialismo y Pan y Rosas, llamamos a participar de la próxima asamblea feminista del conurbano noroeste, que se realizará el próximo viernes 22 de febrero a las 19 hs, con una posición crítica y llevando nuevamente todas estas discusiones para que finalmente sean votadas, dado que las direcciones del movimiento nuevamente convocan a una “asamblea” y como tal debe dejar expresarse a todos los sectores mediante una votación.