El lunes el SAME trasladó a más de 80 manifestantes desde Congreso a distintos hospitales porteños. Daniel Sandoval (perdió la visión en un ojo por las balas) y Marianela Navarro (delegada del FOL) cuentan lo que vivieron.
Sábado 23 de diciembre de 2017 11:44
Las grandes empresas periodísticas transformaron en escombros las imágenes de la masiva movilización del lunes 18 en el Congreso Nacional. Literalmente. Si hablan de heridos sólo se refieren a los efectivos de las fuerzas represivas, quienes estaban muñidos de cascos, palos, escudos, botas, armas tóxicas y balas de goma, además de conducirse en carros hidrantes, motos y vehículos celulares. Con algunos de esos móviles les pasaron por encima a los manifestantes. No es una metáfora.
Un video que se viralizó durante toda la semana muestra claramente cómo el joven Alejandro Rosado, quien trabaja de cartonero, iba corriendo por una calle bastante alejada de la Plaza del Congreso y, luego de trastabillar y caer sobre el cordón de la vereda, una moto de la Policía lo pasó literalmente por encima. Fue internado en el hospital Argerich y tuvo la suerte de no morir.
Por lo menos cuatro manifestantes perdieron un ojo (o sin llegar a perder el globo ocular sí perdieron la visión), porque la Policía disparó balas de goma a la cara y a muy corta distancia.
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Daniel Nievas, obrero del Astillero Río Santiago
“Sentí un golpe en la sien y un zumbido en el cerebro”
Uno de quienes perdieron la visión en uno de sus ojos es Daniel Sandoval, un docente egresado del Instituto Joaquín V. González, que trabaja en la escuela 3 del distrito 19 de la Ciudad de Buenos Aires y no milita en ningún movimiento ni partido. El lunes estaba en el medio de la Plaza del Congreso, junto a decenas de miles de personas, lejos de las vallas que había montado la Policía de la Ciudad.
Sandoval habló este sábado con FM La Patriada y relató los hechos. Contó que él presenció discusiones con quienes considera que podían ser infiltrados y cómo recibió el impacto cuando en un momento la Policía encerró a la movilización y empezó a reprimir, generando la desesperación de miles de personas que buscaban evitar ser alcanzados por las balas. Asegura, además, que en un momento determinado desde los techos del anexo del Senado y de la Biblioteca del Congreso y desde un helicóptero se tiraban gases hacia la multitud.
Su amiga Andrea Báez, docente y militante del PTS, relata en otra nota cómo se enteró de lo sufrido por su amigo Daniel y en qué estado se encuentra actualmente.
Daniel Sandoval, docente de escuela pública de CABA
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Así relata el momento preciso en el que fue atacado: “Cuando me dí cuenta ya tenía a la Policía encima, con las motos. Tiraron gases al lado mío, empecé llorar y tener ganas de vomitar. Y ahí es cuando empiezo a sentir los impactos de bala en mi cuerpo. Tengo quince impactos en el cuerpo y seis en la cabeza. Empezaron a pegarme y ahí quise huir pero estábamos todos amontonado y era muy difícil. Cuando logro irme por una de las calles que ellos nos dejaron escapar, siento un impacto atrás de la cabeza. Giré para ver qué era y en ese momento sentí un golpe en la sien y un zumbido en el cerebro. Automáticamente, entre sombras, veo al tipo que me estaba apuntando, ahí me golpeó en la nariz y en el ojo. Es entonces cuando se me apagó la luz y empecé a sentir sangre en la cara. No sabía qué hacer. Apareció un flaco que me agarró y me sacó de ahí, me llevó por esa calle y me pude ir de la represión. Si me hubiese quedado ahí, parado, no sé qué hubiera pasado”.
“Quieren disciplinar e impedir que se luche”
Otro de los manifestantes que perdió un ojo en la represión es Horacio Ramos, un obrero que trabaja en el rubro de herrería y milita en el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). la Izquierda Diario habló con Marianela Navarro, delegada del FOL, quien relató cómo vivió ella y su organización la represión ordena por Macri.
¿Qué consecuencias sufrieron por la represión del lunes?
El lunes 18 la represión tuvo consecuencias más graves para nosotros. Nuestro compañero Horacio fue internado en el hospital Santa Lucía. Tuvieron que llevarlo a quirófano en dos oportunidades porque la primera vez no pudieron extraerle el proyectil. En el primer parte médico nos decían que podía perder la visión pero no el ojo, en la segunda operación fue para extraérselo porque podía sufrir una infección.
¿Quiénes fueron los primeros en asistir a Horacio?
Después intervino una persona de la Defensoría del Pueblo, que consiguió que una ambulancia lo trasladara. El cirujano que lo operó nos contó que el lunes atendió más de diez personas con heridas de balas de goma, todas muy cerca del ojo. Fue el modus operandi de estos uniformados: disparar a la cara y en lo posible a los ojos. Entre los compañeros que perdieron un ojo, junto a Horacio y Daniel Sandoval, está un trabajador del Astillero Río Santiago, Daniel Nievas, un militante del PO, Roberto Álvarez y otro militante de la CTEP.
Horacio Ramos, herrero y militante del FOL
¿Tienen otros heridos como consecuencia de la represión?
¿Por qué creés que hubo este nivel de represión?
Y esta oleada de denuncias contra los dirigentes de izquierda y referentes sociales van en la misma sintonía. Disciplinar e impedir que se luche. Estos días se vio en las calles que la clase obrera está viva y dispuesta a pelear por sus derechos adquiridos.
Por eso hay una ofensiva de los medios hegemónicos contra los manifestantes. Nosotros vamos a presentar una querella contra la Policía de la Ciudad pero también contra quienes dieron las órdenes políticas.
Entrevistó Rosa D’Alesio
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario