Recibimos y difundimos la carta abierta al Ministro de Ambiente, elaborada por vecinas/os de la 4ta y 5ta sección del departamento de Treinta y Tres y organizaciones sociales y ambientales, denunciando el anuncio de un nuevo proyecto de monocultivo forestal en las nacientes de la cuenca del arroyo Yerbal Grande.
Viernes 21 de febrero
Foto: Quebrada de los Cuervos y Sierras del Yerbal
Compartimos con ustedes la denuncia presentada por vecinas/os de la 4ta y 5ta sección del departamento de Treinta y Tres y organizaciones ambientales y sociales, ante un nuevo proyecto de monocultivo forestal de eucaliptos en las nacientes de la cuenca del arroyo Yerbal Grande.
En forma de carta abierta al Ministro de Ambiente Robert Bouvier, los peticionantes denuncian la expansión del modelo agroforestal, sobre áreas sensibles que afectan enormemente la biodiversidad de la zona y trae aparejado múltiples problemas a las comunidades de la región.
Como relatan en la carta las/os vecinas/os: “En este sentido como vecinos y vecinas que hemos visto en la zona el avance de este tipo de actividad productiva, nos sentimos en el derecho de afirmar que los monocultivos forestales ya han demostrado ser una amenaza directa para los bienes naturales y las comunidades locales, y en esta región en particular ya tenemos la experiencia de casi 20 años conviviendo con este modelo forestal. Cuando se instalan estos proyectos desplazan y suplantan la gran biodiversidad de los pastizales naturales y matorrales serranos que caracterizan a nuestras sierras por un monocultivo; contaminan el agua con agrotóxicos, prohibidos en Europa, como glifosato (herbicida) y fipronil (hormiguicida) durante su implantación afectando gravemente la calidad del agua (que consumimos, donde nos recreamos, donde pescamos, que usamos para nuestros animales de producción y nuestros cultivos familiares) y, por lo tanto, afectan la salud de las personas y del ecosistema; afectan la vida de la fauna nativa que se alimenta de hormigas como el tatú, la mulita, el tatú peludo, el tamanduá y distintas especies de aves, debido al envenenamiento de hormigas con el producto fipronil. Durante su desarrollo, este modelo forestal altera los ciclos del agua, mermando la cantidad de agua disponible en los manantiales, cañadas y arroyos; empobrece los suelos, tornándolos infértiles para cualquier otra producción.”
A continuación les compartimos la carta abierta completa presentada al Ministro de Ambiente.
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