Diversas organizaciones sociales, partidos políticos de izquierda, estudiantes y trabajadoras se hicieron presente en la Casa de la Provincia de Buenos Aires tras la muerte de Liz por un aborto clandestino.
Tomás Máscolo @PibeTiger
Miércoles 15 de agosto de 2018
Marcha a la Casa de la Provincia de Buenos Aires tras la muerte de Liz por un aborto clandestino - YouTube
Video: Pedro Scrouch
La noticia de la muerte de Liz, que tenía 34 años y un hijo, salió a luz por la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir. El lunes había ingresado a la guardia del hospital Belgrano, en San Martín, donde le practicaron una histerectomía de urgencia. La clandestinidad se cobró otra vida.
"Liz murió 5 días después que las y los Senadores votaron el rechazo del proyecto de la ley sobre interrupción voluntaria del embarazo con media sanción de la Cámara de Diputados. 5 días después de que hubo alivios y promesas de muchas acciones a distintos niveles para que las personas entendieran de qué se trata su sexualidad, ’aprendan a cuidarse’ y se sientan contenidas. 5 días después de negar que la discusión era aborto legal o clandestino y que el aborto realizado en condiciones seguras no mata", dice el comunicado de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto.
A las seis de la tarde se hizo una jornada donde la denuncia hacia los Gobiernos y la Iglesia no estuvo ausente. La responsabilidad de los 38 senadores que dijeron que no a este derecho elemental y su complicidad con una institución reaccionaria quedó al descubierto.
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Lorena Itabel delegada de la Junta Interna de ATE en el Ministerio de Hacienda e impulsora de la Comisión de Géneros dijo que "fue una vergüenza que 38 senadores y senadoras no escuchen el reclamo de las mujeres, los mismos que bancan con millones a la Iglesia Católica. Por eso es necesario seguir peleando contra la clandestinidad y organizarse en cada lugar de estudio y de trabajo".
Pero los que votaron a favor de este derecho también tienen una cuota de responsabilidad. Como el bloque del Frente para la Victoria (FpV), por ejemplo que tuvo en sus filas a personajes como Silvina García Larraburu quien no solo votó en contra sino que acusó de violentas a las militantes del movimiento de mujeres y llamó al feminismo "una moda". Y también a Cristina Kirchner, quien fue presidenta de este país y en su discurso nombró muchas leyes menos la de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
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"La separación de la Iglesia del Estado tiene que ser ahora", decía una de las jóvenes presentes esta tarde. Desde ya que para que se conquiste y se garantice este derecho negado sistemáticamente por todos los Gobiernos hay que acabar con los lazos no sólo políticos sino económicos con esta institución. El financiamiento al clero esta avalado por la Consitución Nacional.
La calle vuelve a ser el lugar para seguir con esta pelea. Porque las mujeres y todos los sectores oprimidos van a seguir luchando por la educación sexual para decidir, los anticonceptivos para no abortar y el aborto legal, seguro y gratuito para no morir. La muerte de Liz, no será en vano.
Tomás Máscolo
Militante del PTS y activista de la diversidad sexual. Editor de la sección Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario.