La entrega de lotes y subsidios prometidos por el gobierno de Kicillof se sigue retrasando, lo que lleva a las familias a situaciones muy difíciles. La Izquierda Diario acompañó a Fabián en su recorrido diario por el sur porteño. Mirá la entrevista exclusiva.
Verónica Zaldívar @verodivar
Viernes 29 de enero de 2021 01:26
Vecino de Guernica: “Me encuentro en situación de calle, cartoneando, con mi hijo” - YouTube
Entrevista: Verónica Zaldívar y Sebastián Linero
Edición: Nataly Campos
Fabián duerme por las noches debajo de una autopista porteña. No está solo: lo acompaña su hijo de 14 años, y ambos viven cada día de lo que logran juntar vendiendo cartones y latas que recolectan con un carro.
Fabián tiene un oficio: repara bicicletas. Pero la crisis económica, agravada por la pandemia y las políticas gubernamentales que lejos estuvieron de proteger a los sectores más vulnerables, lo obligó a cerrar el lugar donde trabajaba primero, y a quedarse sin un techo bajo el cual vivir después. “Hoy me encuentro en situación de calle” explica a La Izquierda Diario “yo tenía un emprendimiento de bicicletería y producto de la pandemia me quedé sin trabajo, y tuve que gastar el poco ahorro que tenía para pagar una pieza, un techo para vivir con mi hijo. Y bueno, como no pude cobrar más nada, me quedé sin trabajo, me vi obligado a agarrar un terreno en la toma de Guernica”. Así llegó al predio abandonado que vecinas y vecinos recuperaron para vivir en esa localidad del sur del Gran Buenos Aires, que fue violentamente desalojado por un descomunal operativo policial a cargo de Sergio Berni tres meses atrás.
Nuestra cámara acompaña a Fabián mientras recorre las calles del sur porteño con un carro y una bolsa que se va llenando de a poco de cartones. En esta zona hay numerosos locales comerciales; muchos cerraron por la crisis, pero los que siguen abiertos son una buena fuente de material para quienes subsisten con lo que recogen día a día.
Fabián es parte de la Asamblea Permanente de Vecinos y Vecinas de Guernica, agrupamiento que reúne a algunos cientos de quienes siguen organizados luego del desalojo. Se reúnen habitualmente y en asamblea definen los pasos a seguir, mientras continúan las reuniones con el gobierno provincial, a las que asisten los representantes que votaron.
“Todavía seguimos esperando la respuesta del Gobierno, que supuestamente para enero -no dijo fecha exacta- nos iba a dar un subsidio de 30 mil pesos para toda la gente de Guernica”, relata. “Ellos se comprometieron con las 300 familias [de la Asamblea Permanente, NdR] a hacer un socioambiental”, continúa. “Recién creo que van unas 50 personas, está muy muy atrasado el tema de los papeles, seguimos esperando acá a ver qué respuesta puede solucionar el Gobierno”. Este retraso no es algo menor: trae consecuencias muy tangibles para personas como Fabián y su hijo, que están en situación de calle y aun no recibieron el subsidio prometido, ni se les realizó el estudio socioambiental para determinar su situación en vista a otorgarles un terreno.
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Pese a lo difícil de su situación, un brillo especial atraviesa su mirada cuando habla de cómo sigue organizándose junto a sus vecinas y vecinos de Guernica, y cómo esa organización los llevó a vincularse con personas que atraviesan circunstancias similares en otros lugares: “Habíamos conocido a la otra gente de las tomas de Catán y Castillo que siempre están luchando, igual que nosotros, que nos dieron una mano también dentro de la toma. No solamente fue a partir del desalojo, ellos ya están ayudándonos”.
Esa solidaridad entre los de abajo se viene haciendo palpable también con trabajadores de distintos sectores que luchan contra los despidos, las persecuciones y suspensiones, las rebajas salariales y muchos otros ataques más de patronales envalentonadas por un gobierno que deja correr.
Lejos del desánimo, habla en presente y sus ojos están puestos en el futuro: “Yo quería invitar a otras tomas de todo el mundo, a que estemos todos unidos para poder vencer y luchar, y ganar esta lucha, esta batalla que venimos llevando a cabo para poder triunfar y tener una tierra, una tierra digna. Esta semana fuimos a acompañar a los chicos de Latam, de GPS, a la autopista Ricchieri. Ellos también están con problemas en la empresa, adentro, que los quieren echar y les juegan con las paritarias y todo eso. Fuimos a apoyarlos a ellos, así como también ellos nos ayudan a nosotros, a los compañeros trabajadores”, aclara.
El calor se hace sentir y la charla tiene que teminar, porque quedan muchas calles por recorrer todavía. Le preguntamos como sobrellevó su hijo el año pasado y si pudo continuar sus estudios. “Mi hijo tiene 14 años y estudiaba como podía, porque ahora es todo con tecnología las clases. Pero bueno, él está conmigo, y salimos a pelearla día a día, a juntar cosas en la calle, lo que encontramos vamos vendiendo y vamos viviendo el día a día para salir adelante”.
Con ese objetivo en mente, las ruedas del carro vuelven a morder el asfalto y las horas de más calor van dejando paso a un pequeño alivio, en una ciudad donde el sol golpea sin misericordia desde hace varios días. El carro dobla la esquina y se pierde entre el tránsito furioso de la Capital.