"¿Por qué la gente negra siempre tenemos que defender algo o decir algo en nuestras obras?" El humor y el absurdo para abordar el racismo y la violencia policial en Estados Unidos.
Viernes 6 de noviembre de 2020 13:34
San Francisco, Estados Unidos. Es mediodía y hay mucha gente en la calle. Keef, un joven negro, está pegando flyers de su banda en una plaza del centro cuando un auto de policía pasa el semáforo en rojo, cruza velozmente la calle y se detiene detrás de él.
Un policía se baja y le grita: “¡¿Qué estás haciendo?!”. Keef responde, con su engrampadora en la mano: “estoy pegando flyers”. Otro policía le está apuntando con un arma. Suenan las alarmas.
“Tengo al sospechoso”, anuncia por la radio. “¿De qué están hablando, qué sospechoso?” les pregunta estupefacto Keef. La gente comienza a acercarse y mirar.
De repente un amigo suyo, blanco, se baja de un colectivo y corre hacia él. Se para delante de los policías y les grita: “¡aléjense de él!”. Los policías le responden amablemente: “tranquilo, tranquilo… nos equivocamos”, y se van.
Es en este momento que se “despierta”.
Woke, la serie de Hulu que se estrenó este año, trata sobre las vivencias de Keith Knight, un caricaturista negro que ve como su vida cambia radicalmente cuando deja de naturalizar la violencia cotidiana que tiene que soportar para “triunfar” en el mundo de los blancos. Pero todo tiene un límite, y para Keef es el hecho concreto de poder haber sido asesinado solo por su color de piel. A partir de eso, comienza a ver la vida de otra manera.
¿Cuáles son las consecuencias de estar políticamente despierto? Quedarse sin trabajo y sin novia. Lo correcto hubiera sido hacer carrera, ser reconocido y luego tal vez politizarse, le dicen sus amigos y la editorial en la que trabajaba. Lamentablemente, este camino no solo es aburrido sino que, cuando se puede finalmente decir algo, puede que ya no quede nada para decir. Sin spoilers, algo de eso hay en Woke.
El despertar tiene otra premisa: “una vez que empezás a ver, no podés dejar de hacerlo”. Con más dudas que certezas, Knight se la juega y utiliza sus historietas para denunciar la brutalidad policial que vivió en carne propia.
Imágenes de las caricaturas de Keith Knight
Imagen: "Si la gente quiere dejar de ver policías golpear y disparar a los ciudadanos / "Tienen que dejar de filmarlo con sus celulares!!"
Imagen: “Sí, se puede”
Imagen: “Todas las vidas importan*
*Hay restricciones (para detalles, mirar el color de piel)”
"El arte debe provocar, creo”
No solo del racismo habla la serie. El viejo debate entre artistas sobre si hacer un arte político o un arte “light” también es abordado. "¿Por qué la gente negra siempre tenemos que defender algo o decir algo en nuestras obras?" se pregunta Keef antes de “despertarse”, cuando se veía a sí mismo sólo como un caricaturista white friendly.
A los ponchazos, como si la realidad lo obligara, Keef debe ir descubriendo el camino del arte político y hacerse cargo del rol que le toca vivir. Se da cuenta que el arte político incomoda, pone nerviosos a muchos y enoja a otros. Es lo que pasa cuando se pone sobre la mesa eso que todos saben pero nadie admite, el elefante en la habitación. Pero, tal vez, el arte también logre despertarnos.
La realidad es más cruda que la ficción
Woke no podía haber elegido un mejor momento para estrenarse. El asesinato de George Floyd por parte de la policía estadounidense llevó a un re-despertar del movimiento Black Lives Matter, con movilizaciones impresionantes en todo Estados Unidos.
Tal vez, a la vista de estos acontecimientos, la serie quede con gusto a poco. Pero Woke no busca abordar ese momento de estallido, sino lo que pasa antes. La violencia que día a día tiene que soportar la comunidad negra antes de que estalle. Desde salarios más bajos o empleos precarizados, a llenar las cárceles y, en el peor de los casos, ser asesinados por la policía. Lo demás, lo podemos ver en las pantallas de la CNN.
La serie se puede ver en el sitio Cuevana.