×
×
Red Internacional
lid bot

Provocación. Adorni y un show de xenofobia para poner a los migrantes en la agenda reaccionaria del gobierno

En conferencia de prensa, el vocero presidencial atacó a los inmigrantes y planteó que impulsará una reforma del régimen migratorio restringiendo el acceso a la salud y la educación. Aunque por ley o decreto el gobierno intente avanzar en este sentido, se encuentra con el límite de que las universidades son autónomas y gran parte de los hospitales responden a las provincias o municipios.

Diego Iung

Diego Iung @IungDiego

Martes 3 de diciembre 20:05

Escuchá esta nota

En una iniciativa de corte abiertamente xenófobo, el gobierno anunció en la tarde de este martes que buscará arancelar la educación y salud públicas. “Hoy uno de cada 3 estudiantes de medicina es extranjero”, lanzó Adorni, para luego plantear que podría ser una fuente de financiamiento para las universidades. Las mismas que el gobierno viene ajustando en toda la línea, manteniendo prácticamente congelados los salarios docentes. La “preocupación” por el financiamiento de la universidad pública le llega únicamente al vocero presidencial cuando se trata de hacer demagogia derechista contra los millones de personas nacidos en otros países que viven, trabajan y estudian en la Argentina, poniendo en cuestión un derecho como es el acceso a la educación pública. Además, un dato abiertamente mentiroso, ya que alrededor del 4 % de los estudiantes universitarios es extranjero. Por otra parte, Adorni aclaró que esta medida se aplicaría sobre los extranjeros no residentes, aunque el total de quienes estudian en el país son residentes, por lo que no se sabe a quién se refiere concretamente el vocero provocador.

El mismo plan tiene el gobierno libertario para la salud pública: “Vamos a disponer el fin de la gratuidad de la atención médica para extranjeros tal como la conocemos hasta ahora. Los organismos nacionales, provinciales o municipales van a determinar las condiciones de acceso al sistema de salud, incluyendo la posibilidad de cobrar los servicios a quienes no residan en el país (…) nos despedimos de los tours sanitarios”, provocó el vocero de sueldo millonario y rango de ministro.

El detalle es que, tanto para su aplicación en el ámbito de la salud como de la educación, el gobierno se encuentra con límites concretos. Aunque por el momento no aclararon si se trata de impulsar algún proyecto de ley o de un decreto que firmaría el presidente, lo cierto es que, en el caso de las universidades, aplicar o no un arancel a los extranjeros es algo que depende de las propias instituciones educativas, considerando la autonomía universitaria. En el caso de la salud, excepto por los hospitales nacionales, el gobierno también se ve limitado en la posibilidad de hacer aplicar una ley de este tipo, considerando que son las autoridades provinciales y municipales quienes deberían decidir en cada uno de estos casos.

Más bien, atrás del anuncio parece concentrarse un intento del gobierno por hacer propaganda derechista, buscando cargar las tintas contra los extranjeros en momentos de aguda crisis social, intentando confundir y llevar agua para el molino de la xenofobia, en momentos en que la pobreza es mayor al 50 % y donde los sectores inmigrantes suelen encontrarse entre los más golpeados, con los trabajos más pesados y peores pagos.

Es en esta sintonía que Adorni buscó profundizar la estigmatización de los migrantes, amenazando con ampliar la lista de delitos incluidos en el régimen migratorio que motivarían la deportación de Argentina de residentes extranjeros: “Si a un delincuente se lo atrapa en flagrancia o si se lo detiene por violentar el sistema democrático atacando las instituciones será expulsado y se le prohibirá su reingreso al país” fue una de las definiciones del vocero, así como aclarar que “se incorpora una pena de prisión en caso de que el extranjero viole la prohibición de reingreso al país”.

De conjunto, un intento intimidatorio hacia aquellos millones de trabajadores extranjeros que viven en el país, acompañado de un tono de amenaza “lo cierto es que los malandras, ocupas y oportunistas deben quedarse en sus casas lejos de las fronteras y no venir a la Argentina a hacer daño a los ciudadanos que residen en territorio nacional”. Se trata de la misma política persecutoria hacia los migrantes que en distintos lugares del mundo viene generando crisis recurrentes. Ahora, en sintonía con su amigo Donald Trump que directamente amenaza con deportar a millones de personas de Estados Unidos, el gobierno libertario parece querer imitar ciertos modos del derechista yanqui y meter a los migrantes en su agenda reaccionaria.