Está claro que ganó el candidato correísta Andrés Arauz con más del 32%, pero la pelea está focalizada en quién será su contrincante en la segunda vuelta, el líder ecologista Yaku Pérez o el empresario neoliberal Guillermo Lasso.
Miércoles 10 de febrero de 2021 16:15
Las elecciones generales en Ecuador realizadas el pasado domingo confirmaron un resurgimiento del correísmo cuyo candidato se impuso con el 32,43% aunque quedando lejos de ganar en primera vuelta. Hasta ahí era lo esperado. Pero la jornada también arrojó resultados sorpresivos que están cambiando el panorama político en el país.
Tal es así que se ha abierto una fuerte disputa dentro del espacio “anticorreísta” por quién enfrentará en segunda vuelta a Andrés Arauz: el ecologista Yaku Pérez de Pachakutik o el banquero de la derecha tradicional Guillermo Lasso de CREO.
Con el 99,71% de las actas procesadas, los datos oficiales le dan 19,65% a Pérez y 19,60 a Lasso. Un empate técnico. Cuando se dieron a conocer los resultados del conteo rápido a últimas horas del domingo, había una distancia un poco mayor a favor de Pérez, pero también un 13% de actas “con novedad” (observadas). Con el correr de los días se están oficializando y aún queda un 3% a revisar, según indica el sitio oficial del Consejo Nacional Electoral.
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En este marco, tanto Pérez como Lasso están presionando para obtener un lugar en el balotaje del próximo 11 de abril. Pérez, viendo la posibilidad de que el CNE rectifique los resultados, ha salido a denunciar que está en marcha un posible fraude.
"Vamos a utilizar todos los recursos y los medios necesarios, legales y de hecho a nuestro alcance para hacer respetar la voluntad popular expresada en las urnas", dijo el dirigente de Pachakutik y convocó a sus bases a movilizarse a la sede del CNE para exigir una pronta ratificación de los resultados y la oficialización de su lugar en la segunda vuelta.
No es de extrañar la dilación en confirmar los porcentajes ya que el escenario de un balotaje entre dos fuerzas de lo que se denomina como “campo progresista”, no resulta para nada cómo al establishment y los poderes fácticos ecuatorianos, esto es a la Banca, los grandes empresarios y monopolios extranjeros, militares y otras yerbas.
De hecho, este domingo el electorado ya asestó un duro golpe, aunque sea en el terreno de las urnas, al neoliberalismo y la derecha tradicional que representan tanto el presidente Lenin Moreno como el candidato Lasso: entre ambos apenas superaron el 21% (la candidata de Moreno obtuvo 1,5%).
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Es así que la voluntad popular claramente se manifestó contra la continuidad de la derecha en el poder y sus políticas de hambre y endeudamiento externo. Pero según los mecanismos electorales, aún no se puede descartar que el CNE otorgue el segundo lugar a Lasso. Tampoco es descartable la disputa se judicialice y se demore un tiempo más.
Dado el llamado a “movilizar” de Pérez, tampoco se puede ignorar un posible aumento de la tensión política en caso de revertirse el resultado. Esta tarde decenas de sus partidarios se concentraron en las puertas del CNE.
Como sea, está visto que el próximo gobierno ecuatoriano no la tendrá sencilla. La misma complejidad con la que surge, anuncia problemas futuros. El Parlamento (Asamblea Nacional) ha quedado fuertemente dividido, sin ninguna fuerza que llegue a las 69 bancas necesarias para tener la mayoría. La desastrosa gestión económica (abiertamente neoliberal, antiobrera y proimperialista) y de la pandemia de Lenín Moreno, deja un país “en ruinas” como señaló desde su residencia en Bélgica el expresidente Rafael Correa, posiblemente atajándose de que en un eventual retorno la Revolución Ciudadana no se pueda cumplir con las promesas de mejoras sociales debido a la “herencia recibida”.
En ese contexto, todo indica que el futuro gobierno, sea Arauz, Pérez o Lasso, será un “gobierno débil”, es decir sin control del Parlamento y con una situación social crítica, mucho peor que la de octubre de 2019 cuando estalló la rebelión contra el intento de ajuste de Lenin Moreno.