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Red Internacional
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Aniversario. Yolanda, pasado y presente de lucha

En la tarde del sábado 16 de marzo de 2013, en el Centro Social Autogestionado “La Caba” de Aluche (Madrid), La Plataforma de amigxs y compañerxs de Yolanda González, organizaba una charla para recordar su brutal asesinato y extender la campaña de denuncia contra su asesino, Emilio Hellín Moro, como actual colaborador del Ministerio del Interior. Reproducimos este artículo publicado entonces, con las impresiones de una jornada que fue mucho más que un homenaje.

Diego Lotito

Diego Lotito @diegolotito

Lunes 1ro de febrero de 2016

Foto: ID / Diego Lotito

Imágenes de Yolanda

Yolanda vivía justo al lado de La Caba, en un piso humilde como todos en el barrio obrero de Aluche. Allí fue secuestrada por sus asesinos la noche del 1º de febrero de 1980, para luego torturarla y asesinarla, dejando su cuerpo abandonado en una cuneta. Saber esto hizo aún más estremecedor el sentimiento que nos generó a todxs ver aquel inmenso mural, con su bella cara y su sonrisa tímida pintadas en una pared.

Dos jóvenes que se reúnen en La Caba, luchadores artistas (o artistas luchadores), rindieron así su homenaje a Yolanda. Esa joven militante, mujer, vasca, estudiante, trabajadora y revolucionaria trotskista. Esa joven que no conocieron, pero sienten como suya, al igual que tantxs otrxs que tampoco la conocimos.

La inauguración del mural cobró voz en las palabras de otra compañera, joven como Yolanda, que dedicó un entrañable ”“el más entrañable quizá- poema de Labordeta:

“Somos / igual que nuestra tierra / suaves como la arcilla /duros del roquedal.
Hemos / atravesado el tiempo / dejando en los secanos / nuestra lucha total.
Vamos / a hacer con el futuro / un canto a la esperanza / y poder encontrar
tiempos / cubiertos con las manos / los rostros y los labios / que sueñan libertad.”

Desde el arte y la poesía, las imágenes de Yolanda siguieron luego con nosotrxs en un video que hizo una compañera en su homenaje, a 33 años de su asesinato, sin saber que pocos días después se descubriría que su asesino seguía formando represores al servicio del Estado. Imágenes, palabras y sonidos de lucha y reclamo de justicia. Así comenzó la jornada para recordar a Yolanda. Allí, en su barrio de Madrid.

Un “crimen de estado”

Carlos milito junto a Yolanda en el PST. Como muchxs militantes jóvenes fue parte de las luchas que obreros y estudiantes emprendieron enfrentando una Transición pactada contra los trabajadores y el pueblo. Un artículo de prensa de la época ”“y no de la prensa de izquierdas-, sirvió a Carlos para dar comienzo a la charla y hacer un retrato vivo de un período de tensiones sociales crecientes, en el que la lucha de clases y la organización de la juventud estudiantil en solidaridad con la clase trabajadora, comenzaban a cuestionar “desde abajo” lo que se había cocinado “por arriba” .

Las clases dominantes y los poderes reales de la España capitalista combatieron esta afrenta a sangre y fuego. Lejos de la extendida quimera de una “Transición modélica”, esta fue una etapa de represión cruenta. Como lo demuestra Mariano Sánchez Soler en su libro “La Transición Sangrienta” , el tránsito hacia la “democracia” nacido del contubernio entre el Rey, la derecha, el PSOE, el PCE y los sindicatos mayoritarios, fue impuesto con la más cruda violencia.

Cientos de mujeres y hombres luchadores fueron víctimas de las bandas de ultraderecha y las “tramas negras” orquestadas desde el Estado mismo. Como ha sido demostrado por múltiples testimonios y documentos, Emilio Hellín Moro y la escoria de “Fuerza Nueva” estaban unidos por miles de lazos con las más altas esferas del Estado y las fuerzas de represión. Las mismas que hoy siguen utilizando los servicios de perros asesinos como Hellín para formar a los nuevos represores. Yolanda fue una más de las víctimas de esta violencia y su crimen, fue un verdadero “crimen de Estado” .

El terror del Régimen a la unidad de obreros y estudiantes

“El Régimen tenía el objetivo de consolidar la Transición, pero las protestas obreras, la unidad obrera y estudiantil que se empezaba a soldar en las calles, desbordaba el marco de la legalidad que querían imponer CCOO, UGT y el PCE” . Esta batalla crucial fue para Gustavo, también compañero de Yolanda en el PST, el verdadero trasfondo de su asesinato. Como lo fue en la de tantos otros jóvenes y trabajadorxs que cayeron bajo las garras de los fascistas con o sin uniforme. Como el asesinato en plena calle de Jose Montañés y Emilio Martinez, estudiantes ambos, asesinados a sangre fría por la Policía Nacional en Atocha el 13 de Diciembre de 1979.

“Querían impedir que la lucha de clases no saliera del marco que se había pactado en la Transición y que los estudiantes no se unieran a los trabajadores, porque esa unidad era peligrosísima” . Si, el movimiento estudiantil era peligroso para el Régimen”¦ Yolanda era peligrosa. Porque sus ideas y sus deseos ardientes de enfrentar toda opresión, que se sintetizaban en su militancia bajo las banderas del trotskismo, eran peligrosos.

Esa joven que poco tiempo antes había llegado a Madrid desde su tierra natal, Santurtzi (Euskalherria), que estudiaba electrónica en el Centro de Formación Profesional de Vallecas, “que se había ganado a fuerza de coraje y dedicación el prestigio entre sus compañerxs estudiantes para ser su delegada” , como contó con dulzura José Luis, otro de sus compañeros de militancia en aquellos años; que estuvo al frente en la organización de las movilizaciones y huelgas estudiantiles contra la aprobación del Estatuto de Centros Docentes y la Ley de Autonomía Universitaria (LAU) como parte de la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanzas Medias y FP de Madrid; esa “chica de ojos color miel que encandilaba a todos por su fuerza y serenidad” como la describió un cronista”¦ esa chica representaba a una joven generación militante que estuvo dispuesta a correr los peligros de enfrentar a un Estado y un Régimen nacido de las entrañas mismas del franquismo.

El asesinato de Yolanda fue “un ataque a la yugular del movimiento estudiantil” , diría Carlos en una de sus alocuciones. Y vaya si lo fue.

Una lucha incesante por el castigo a sus asesinos

El asesinato de Yolanda generó una inmediata respuesta obrera y estudiantil, de sus compañerxs y de su familia. Hace pocas semanas otro compañero de Yolanda en el PST, Enrique del Olmo, escribía recordando aquellos momentos: “Yolanda ha pervivido en el tiempo por muchas razones: sus características personales una joven implicada, dirigente estudiantil, militante socialista revolucionaria, seria, responsable, vasca de familia obrera; por la entereza de su familia y su disponibilidad para que el asesinato de su hija y hermana no quedase sin justicia, ayer los padres Lidia y Eugenia y hoy los hermanos Asier y Amaia por el tipo de asesinato: el ”˜paseo’ fascista, el secuestro, la falsedad de la acusación (que era de ETA); por la movilización que la acompañó en los últimos días de su vida y en su muerte: decenas de miles de personas en lucha contra las reformas estudiantiles de UCD y decenas de personas demócratas que no estaban dispuestas a dejar pasar un crimen fascista más; por lo que desveló el caso: implicación de policías y guardias civiles, implicación del Fuerza Nueva, su jefe de seguridad Martínez Loza dio la orden criminal, connivencia de los jueces de extrema derecha como Varón Cobos cerrando el sumario o el de vigilancia penitenciaria facilitando su fuga; por los éxitos conseguidos en la lucha por la verdad y el castigo a los culpables: detención, procesamiento y condena de los autores e inductores; reapertura del sumario con más de 80.000 apoyos, condena de Martínez Loza (después de esto Fuerza Nueva prácticamente desapareció), extradición desde Paraguay, la tenaz y brillante acción de los abogados Benítez de Lugo y Mohedano, el blindaje del juicio frente a los fascistas, todo ello ha ido alimentando una enorme fuerza vital y moral”: por la unidad política y social lograda; alrededor de Yolanda nos unimos todos desde la primera gran asamblea conjunta de las coordinadoras de universidad y enseñanza media en la mañana del 4 de febrero, desde la reunión de todas las fuerzas políticas y sindicales esa misma tarde, desde el impresionante funeral que recorrió Vallecas al día siguiente.”

La lucha por la justicia para Yolanda nunca cesó porque nunca cesaron los intentos por parte de los jueces franquistas y los represores de garantizar la impunidad de sus asesinos. Cuando fue cerrado el sumario de Yolanda casi un año después de su asesinato, la movilización y búsqueda de apoyos hizo lo imposible por reabrirlo, y lo logró. “No íbamos a permitir que asesinaran por segunda vez a nuestra compañera” , diría José Luis. “Hoy quieren matarla por tercera vez, teniendo a su asesino trabajando para el Estado y formando nuevos represores, pero tampoco vamos a permitirlo”

“Que las nuevas generaciones retomen tu lucha”

“Con la movilización se cayó la careta de la ”˜democracia’ española”¦ Hoy la ultraderecha se disfraza de democrática, pero se cobija en una Constitución reaccionaria que dice que el ejército garantiza la unidad de España, que su sistema económico es capitalista”¦ Los que enfrentamos la Transición y la Constitución del ”˜78 hace 30 años fuimos derrotados, pero hoy el 15M canta ”˜lo llaman democracia y no lo es’”¦ eso significa que no está todo perdido” , dirá Gustavo.

Pero “no se trata sólo de recordar la lucha de Yolanda por el pasado, sino por el presente”¦ porque el presente es de represión brutal contra la juventud y la lucha de Yolanda vive en la lucha de la juventud de hoy” . Si, la lucha de Yolanda sigue viviendo hoy en la lucha de lxs jóvenes que hoy enfrentan la represión, el paro, la precariedad, la persecución política, la opresión racial y de género.

Poco antes de acudir a la charla, Titín, un compañero del PTS de Argentina que también militó con Yolanda en el PST aquellos años, escribía desde Buenos Aires: “Yolanda era mujer, joven, vasca y revolucionaria. Ella fue una de las fundadoras del PST. La revolución obrera y socialista era su ideal, por eso militaba en el trotskismo, por eso luchaba por construir el partido mundial de la revolución social, la Cuarta Internacional. Por eso la mataron (”¦) Confío en que las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes, trabajadoras y trabajadores españoles, que hoy salen a las calles y enfrentan los ataques de un régimen político decadente, retomen tu lucha por un mundo sin explotadores ni explotados” .

Yolanda, no te olvidamos. A tus asesinos tampoco.

* Este artículo fue publicado originalmente en marzo de 2013 en el sitio web de Clase contra Clase.


Diego Lotito

Nació en la provincia del Neuquén, Argentina, en 1978. Es periodista y editor de la sección política en Izquierda Diario. Coautor de Cien años de historia obrera en Argentina (1870-1969). Actualmente reside en Madrid y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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