Panorama internacional. 2.5 millones de personas huyen de Ucrania por la invasión rusa

Cientos de miles de civiles se encuentran atrapadas en Ucrania bajo los bombardeos y la invasión rusa; según datos de la ONU, se estima que 2 millones de personas están desplazadas al interior de Ucrania, mientras que otros 2.5 millones huyen hacia países de destino como Hungría, Polonia y Bielorrusia.

Tras años de políticas reaccionarias de los imperialismos europeos frente a la migración proveniente de Medio Oriente y África, hoy las y los ucranianos van hacia esos países de destino que sirven como puerta de entrada a Europa; aunque una vez en las fronteras, padecen la política antimigrante de la Europa fortaleza con más racismo en su contra donde las personas negras, árabes, y asiáticas son rechazadas, incluso a golpes, mientras que se privilegia a la gente caucásica dándoles el paso.

Estas fronteras se encuentran militarizadas desde tiempo atrás mostrándose como escenario de fuertes represiones contra las y los migrantes que van huyendo de la pobreza, el hambre, la violencia o los conflictos bélicos, donde han intervenido los imperialismos europeos en detrimento de los países subordinados, contradiciéndose entre su retórica de “salvaguardar a todos los que huyen de la guerra” y avanzando en las políticas antimigratorias eligiendo quién sí debe entrar a la Europa fortaleza y quién no por razones de procedencia, color de piel o ideología, con más xenofobia y racismo en su contra.

En Polonia, ante el atasco kilométrico en las carreteras ucranianas hacia ese país, las redes de apoyo de los propios ucranianos, las ONG y las administraciones locales se han volcado a la acogida de 1.3 millones de personas, aproximadamente. Más de 120 mil ucranianos han llegado a Hungría, donde reciben ayuda humanitaria en la estación de tren Nyugati de Budapest; mientras que otros 38 mil 461 han salido por Rumanía, 65 mil 099 por Moldavia y 30 mil por Eslovaquia.

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La agencia oficial rusa Tass asegura que más de 220 mil refugiados ucranianos, incluidos más de 50 mil niñas y niños, han sido evacuados y trasladados desde la región del Donbás, al este de Ucrania; además, más de 193 mil personas han llegado a Rusia desde las Repúblicas Populares de Donestk y Lugansk desde el 18 de febrero, a la luz del aviso de evacuación de las autoridades de estos lugares. Rusia reconoció la independencia de estos dos territorios ucranianos con mayoría de población rusófona, apenas unos días antes de iniciar la invasión sobre el resto del país.

Cabe señalar que, aunque miles de personas refugiadas ucranianas se dirigen a la Europa fortaleza, de 28 Estados miembros de la Unión Europa, nueve ya habían construido muros en sus fronteras para impedir el paso de las y los migrantes provenientes de Medio Oriente y África, quienes principalmente salen huyendo de sus lugares de origen debido a las guerras, desastres naturales o crisis económicas: Bulgaria, Reino Unido, España, Grecia, Hungría, Austria, Eslovenia, Letonia y Lituania; salvo los dos primeros países de la lista, los demás pertenecen al espacio Schengen de “libre circulación” donde funcionan con una política común por el tema migratorio: en lugar de garantizar el libre tránsito, mantienen acuerdos de control fronterizo imponiendo restricciones de movilidad reforzadas con el pretexto de la crisis sanitaria.

Entre muros, aislamiento y discursos de odio es que van caminando por el mundo las personas afectadas que están huyendo de la guerra en Ucrania, muestra de que el cruce de las fronteras y los derechos para migrar son un privilegio de clase.

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Ucranianos arriban a México para cruzar a EE. UU.

Tras el estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia, diariamente llegan a Tijuana, México, 20 personas ucranianas y rusas con la esperanza de cruzar hacia EE. UU., según datos del Instituto Nacional de Migración (INM).

Sin embargo, ancianos, niñas y niños, mujeres y hombres deben esperar para ser atendidos por la Agencia de Aduana y protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), improvisando casas de campaña para resguardarse del sol mientras pasan horas e, incluso, días para ser atendidos por las autoridades estadounidenses; si los retorna el gobierno de EE. UU. son canalizados al INM.

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Por su parte, el pasado 3 de marzo, Estados Unidos anunció la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a ucranianos por los siguientes 18 meses, evitando la deportación de quienes se encuentren en su territorio, lo que les permite acceder a un permiso para trabajar y residir; sin embargo, este permiso sólo aplica para las y los ucranianos que ya estaban en EE. UU. desde antes del 1 de marzo, por lo que no puede solicitarse para quienes hayan ingresado a ese país después de esa fecha.

Al igual que con las solicitudes de asilo de migrantes caribeños, centro y sudamericanos, los ucranianos y rusos llegan a la frontera entre México y EE. UU., pero son rechazados bajo el Título 49 con el pretexto de la crisis sanitaria. De octubre de 2021 a enero de 2022, fueron detenidos 6 mil 400 rusos, cifra que supera la totalidad de aprehensiones de esa nacionalidad en todo el año fiscal de septiembre de 2020 a septiembre de 2021; mientras que sucede algo similar con los ciudadanos ucranianos que pasaron de 2 mil 873 registros a los más de 6 mil que han viajado tan solo en enero cuando ya se vislumbraba más claramente el conflicto entre Ucrania y Rusia.

Todas estas derivaciones políticas sólo agravan las, ya de por sí, críticas condiciones de las y los migrantes que salen huyendo de la guerra, pero también debido a las intervenciones imperialistas, aunado a los desplazados por la crisis sanitaria, climática y económica; quedando más desprotegidos en medio de todo el panorama de los gobiernos, que los usan como moneda de cambio según sus propios intereses.

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Libre tránsito y plenos derechos para todxs lxs migrantes

El sufrimiento de quienes huyen de la guerra no termina cuando cruzan las fronteras, pues además de no saber si regresarán algún día a sus lugares de origen, deben enfrentarse al racismo, al trabajo super precarizado, sin derechos laborales, con más explotación y violencia en contra de las y los migrantes.

Es por todo esto que el movimiento obrero, las clases populares, organizaciones democráticas, el movimiento amplio de mujeres y la juventud en todo el mundo debemos reclamar la apertura inmediata de todas las fronteras y plenos derechos para las y los migrantes desplazados. A la vez que debemos movilizarnos contra la guerra, exigiendo el retiro de las tropas rusas en Ucrania, que sea inherente a la denuncia sobre el papel de la OTAN, rechazando su injerencia, y en contra del rearme de las potencias imperialistas occidentales.

¡No a la guerra! ¡Fuera las tropas rusas de Ucrania, fuera la OTAN de Europa del Este! ¡No al rearme imperialista!