El Movimiento Federal de Danza conmemora el día con una programación virtual para visibilizar la problemática del área de la danza , cuyas condiciones se profundizaron con la cuarentena por la pandemia de coronavirus. Demandas históricas del sector se unen a la situación que atraviesan sectores de trabajadores informales y precarizados.
Miércoles 29 de abril de 2020 12:42
Con el aislamiento preventivo y obligatorio que comenzó el 19 de marzo se evidencia y exacerba el estado de vulnerabilidad de la danza y las condiciones de precarización e informalidad laboral bajo las que desarrolla su actividad. No sólo por la parálisis de espectáculos, giras y festivales, sino también, y sobre todo, por el cierre de estudios, academias y escuelas , principal actividad económica de bailarines y coreógrafos en el país.
El Dia Internacional de la Danza fue establecido por la Unesco en 1982 por ser el natalicio de Jean-Georges Noverre, bailarin, maestro y creador del ballet moderno. Lejos del festejo, el sector aprovechará este día para manifestar, a través de un encuentro virtual colectivo organizado por el Movimiento Federal de Danza (MdF), la situación critica en la que se encuentran lxs trabajadorxs de la danza. Con una grilla que se realizará entre las 15 y las 23 y siete transmisiones en vivo a través de Instagram participaran cada una de las regiones culturales del país: Buenos Aires, AMBA, Cuyo, NOA, NEA, Centro, Patagonia Norte y Sur.
Representantes del MdF informan que uno de los objetivos de la acción es crear conciencia de la necesidad de una Ley Nacional por la que se viene luchando desde el 2010 y a la que ninguno de los gobiernos ha dado lugar, perdiendo estado parlamentario tras presentarse cinco veces. Mostrando que la sola confianza en el parlamento y gobiernos de turno dista mucho de conquistar los derechos que merecemos.
El proyecto, que fue impulsado y redactado por el Movimiento por la ley Nacional de Danza, implica que el Estado ayude a fortalecer esta disciplina, y entre otros aspectos contempla la creación de un Instituto Federal de Danza, que canalice las necesidades de los integrantes del sector tal como lo hace el Inamu en el mundo de la música y el INT, su par en el ámbito del teatro. Busca que los trabajadores de la danza, ya sean intérpretes, coreógrafos, directores, docentes, ensayadores, investigadores, gestores, productores y críticos, sean reconocidos como trabajadores de la cultura.
La ausencia de un Instituto Nacional de Danza que pueda gestionar políticas específicas, junto a la insuficiencia presupuestaria y la falta de políticas culturales constituye una de las mayores debilidades que tiene el sector de la danza. Que no se contemple dentro de la esfera de los trabajadores culturales de nuestro país, hizo que fuera quedando lejos de la posibilidad de desarrollo creativo sustentable y sus hacedores quedando fuera de posibilidades laborales.
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El MdF también está concentrando y promocionando el Registro Nacional de Trabajadores de la Danza, para conocer en forma exhaustiva el estado de situación de la actividad.
La comunidad de la danza en su conjunto viene despertando como sujeto político en defensa de sus (no reconocidos) derechos laborales, buscando un espacio que represente la defensa y organización del sector surge AATD (Asociación Argentina de los Trabajadores de la Danza) que nace de la necesidad de una organización sindical específica de trabajadores de la danza, ya que hasta ahora los bailarines han sido siempre cobijados por el sindicato de Actores o de Variedades.
Solo por mencionar un aspecto, los bailarines y bailarinas no contamos con cobertura de ART, debido las informalidad de contratación, siendo que nuestro cuerpo es nuestra herramienta de trabajo, quedando como única posibilidad de acceder a cobertura médica contar con monotributo, que en la mayoría de los casos viene a ser una “inversión” necesaria para realizar aportes jubilatorios y obra social.
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Respuestas insuficientes
De momento, las clases virtuales emergen como la única vía posible para canalizar la formación que da de comer a coreógrafos e intérpretes pero, claro, sus alcances son limitados. El Estado no nos ve como trabajadores. La danza no tiene un marco regulatorio.
El Ministerio de Cultura lanzó el fondo Desarrollar ligado a la enorme cantidad de espacios culturales cerrados y la pausa en el desarrollo de formación, destinado a espacios de espectáculos en vivo y de actividades formativas que incluye a la actividad, pero frente a la problemática de la informalidad laboral las respuestas con insuficientes.
Muchxs trabajadorxs del área se han visto necesitados de solicitar el subsidio IFE(en el que se inscribieron mas de 11 millones de personas a lo largo del país), que en algunos casos ha sido denegado, y en otros nisiquiera han podido solicitarlo por contar con pocas horas de docencia “en blanco”.
La crisis del coronavirus trae consigo una profunda crisis económica, el gobierno aporta más fondos a salvar empresarios que a las medidas de emergencia para los sectores populares. Es necesario atacar las ganancias de los grandes grupos económicos y aplicar un impuesto a las grandes fortunas, allí están los recursos que se necesitan para un sueldo de emergencia que sea suficiente y que alcance a todos los trabajadores, incluyendo a los artistas independientes.
Tenemos que continuar, entonces, el camino necesario e imprescindible de organización. Estas iniciativas deben llevarnos a lograr amplios niveles de organización y representación para las trabajadoras y los trabajadores de la danza, con libertad de tendencias y partidos hacia adentro del agrupamiento, aunar fuerzas y generar acciones que nos permitan imponerle al Estado el reconocimiento de nuestros derechos laborales básicos.