La trata, en especial para la explotación sexual, es uno de los delitos más lucrativos a nivel mundial, junto al narcotráfico y la venta de armas. Los Estados y organismos internacionales son cómplices y responsables de la explotación de miles de personas, en especial de mujeres y niños.
Jueves 23 de septiembre de 2021 00:00
Desde 1999, cada 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres, Niñas y Niños. Fue instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999.
La trata de personas es un delito aberrante que afecta a los sectores más vulnerables de la población mundial. La mayoría de las víctimas detectadas son objeto de trata con fines de explotación sexual, pero también son objeto de trata para ser utilizadas en trabajo forzoso y para otras formas de explotación y abuso.
Aproximadamente el 72 % de las víctimas son mujeres y niñas, y el porcentaje de niños que son víctimas de este delito atroz se ha duplicado entre 2004 y 2016, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Los Estados y los organismos internacionales son responsables
De acuerdo con la información que maneja la Organización Internacional para las Migraciones, en los últimos diez años casi el 80 % de los viajes realizados por víctimas de trata fueron atravesando puntos fronterizos oficiales, lo que muestra la complicidad de los Estados y las fuerzas de seguridad.
Según publica la ONU en su página "los conflictos armados, el desplazamiento, el cambio climático, los desastres naturales y la pobreza exacerban la vulnerabilidad y la desesperación que permiten que la trata prospere. Los migrantes están en el punto de mira. Miles de personas han perdido la vida en el mar, en los desiertos, en centros de detención, a manos de tratantes y contrabandistas de migrantes que ejercen su monstruoso y despiadado oficio".
La ONU hace una descripción de la situación, pero nada dice sobre la responsabilidad que los Estados que la conforman tienen en el delito de trata, en las guerras, en los desastres naturales y la migración de miles de personas que desesperadas huyen de los desastres que los gobiernos de esos estados generan en todo el mundo.
Trata de personas en Argentina
La mayoría son mujeres de entre 18 y 35 años que trabajan en talleres textiles clandestinos o son sometidas a explotación sexual. La situación de vulnerabilidad económica y social en la que se encuentran las expone a ser víctimas de las redes, que al amparo del Estado y las fuerzas de "seguridad" manejan un negocio millonario a costa de sus vidas.
De acuerdo a datos oficiales la mayor parte de las personas rescatadas de ese tráfico humano respondían a delitos laborales (1.436), seguidos de delitos sexuales (586) y reducción a la servidumbre (13), entre otros. Mientras que en 2015 hubo 1.058 personas rescatadas de la trata, en 2016 esa cifra bajó a 744 y en 2017 se incrementó a 1.386.
Muchas de las víctimas de la trata se encuentran instaladas en talleres textiles clandestinos, en establecimientos rurales o explotadas sexualmente en diferentes puntos del país. Vale recordar que Juliana Awada, esposa del expresidente Macri, fue denunciada en febrero de 2017 por las condiciones de hacinamiento en que trabajaban trece personas en un taller producía para la Cheeky, perteneciente a la ex "primera dama".
La trata y la explotación: crímenes del estado capitalista
El negocio millonario que a nivel mundial representa la trata de personas es sostenido por los Estados y organismos internacionales. La pobreza, las guerras, los desastres humanitarios y naturales que provoca el capitalismo, tiene entre sus consecuencias que en pleno Siglo XXI miles de personas sean traficadas como mercancías, que miles de niños, niñas y mujeres sean sometidos a la explotación laboral y sexual todos los días.
Una salida de fondo es esencial para terminar con tanta barbarie en la que los partidos patronales que han gobernado integrando y sosteniendo la impunidad para las redes de trata se disputan el poder y pretenden hacer creer que sólo hay dos alternativas. Nada podemos esperar de los que han demostrado a lo largo de los años para que intereses gobiernan.
La izquierda, en cambio, como dice Nicolás del Caño, siempre estuvo del mismo lado, luchando en las calles, en los lugares de estudio y trabajo, en el Congreso para terminar con la trata y para conquistar los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud.