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Red Internacional
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Investigación. Tráfico de bebés: la sustracción de miles de niños en democracia y dictadura

Un grupo de hijos apropiados, Las Víctimas de Franicevich, se encontraron a través de las redes y comenzaron una campaña e investigación para saber sus orígenes y en el camino de buscar a sus padres biológicos son una muestra del entramado histórico entre democracia, dictadura y trata de niños en nuestro país.

Martes 22 de septiembre de 2020 23:32

El 10 abril durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio María Julia Bellocchio leyó en el grupo ¿Dónde estás? de Facebook – dedicado a la búsqueda de personas donde participan más de 530.000 personas - el testimonio de Mariano Landeira buscando a sus padres biológicos; su partida de nacimiento al igual que la de ella estaba firmada por la partera María Elena Franicevich. Se pusieron en contacto y sus historias eran muy parecidas. Ambos nacieron en una clínica situada en Marino Moreno y Las Flores, La Clínica Wilde popularmente conocida como “La Clínica de Doña Elena” en la localidad con el mismo nombre en el partido de Avellaneda.

"Si diste a luz en febrero de 1975, en Wilde, en la clínica privada de la calle Mariano Moreno 6180, con la partera Juana Franicevich, tuviste un bebé sietemesino y te dijeron que nació muerto, acá estoy y te estoy buscando me llamo Mariano y fui víctima de tráfico de niño", posteó.

Clara Petrakos, busca a su hermana Victoria nacida en el Pozo de Banfield en el año 1977, su madre María Eloísa Castellini fue secuestrada cuando estaba embarazada de tres meses, y al año también fue secuestrado su padre Constantino Petrakos, ambos militaban en el PRT-ERP. Clara en la búsqueda de su hermana conoció a Gisel Buciol quien fue apropiada y dada en adopción con una partida de nacimiento también firmada por Berges y Franicevich; cruzaron sus muestras de ADN con la esperanza de que Gisela fuera la hermana que estaba buscando, pero el resultado fue negativo, desde ahí formaron un vínculo porque Clara en su búsqueda aporta desde su experiencia a otros buscadores.

El relato de la adopción que le dieron a los hijos apropiados por la red de robo y tráfico de bebés tiene dos aristas: una con una madre biológica que no podía criar a ese bebé por ser joven y de bajo recursos, y otra es que nacieron producto de un aborto fallido donde la madre salía corriendo de la clínica dejándolos abandonados a verlos nacer con vida, debido a que en esta clínica también se hacían abortos clandestinos.

Cuando se conforma el grupo Víctimas de Franicevich comienzan ellos mismos la investigación para buscar sus orígenes y sale a luz que algunos de ellos habían sido dados en adopción voluntariamente, pero se confirma que efectivamente muchos de ellos fueron robados.

Las madres fueron engañadas por familiares, o por derivación de médicos a la clínica de Franicevich, donde les decían que se había complicado el embarazo y les inducían el parto para robarle a sus hijos, característica que comparten todos los hijos apropiados; la prematurez al nacer. Mientras tanto ella también se encargaba de contactar a los apropiadores, los que pagaban alrededor de 3.000 dólares por un bebé del cual elegían los rasgos, según un testimonio de uno de los casos del año 78.

La clínica maternidad donde ocurrieron los nacimientos fue propiedad de Franicevich aproximadamente desde 1942 hasta el año 1982, luego sería comprada por el Dr. Alberto Felipe Vavassori, y seguiría funcionando hasta el año 1987. Vavassori es la tercera pieza en el entramado; tenía su consultorio en la localidad de Gerli, partido de Lanús, donde efectuaba controles obstétricos y llegada la hora del parto efectuaba la derivación a la Clínica de Partos de Wilde.

Hay un total de 100 partidas de nacimiento firmadas por Elena Franicevich que van desde el año 1976 al 1979, calculando 30 actas por año, en una causa judicial, pero la red de robo de menores se estima - por las pruebas que han aportado diferentes buscadores, entre hijos, tías y madres que buscan a sus hijos - funcionó desde el año 1962 hasta el 1984, aunque hace muy poco surgió el registro de un caso del año 1955. También se encontraría implicado Jorge Antonio Bergés, el médico de la Policía Bonaerense condenado por torturas y el robo de los bebés nacidos en los centros de detención Pozo de Banfield y Pozo de Quilmes en la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).

Está probado que Franicevich y el médico Bergés intervinieron en apropiaciones de bebés durante la última dictadura, falsearon al menos cuatro constataciones de partos de hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio.

La búsqueda de las madres

Al grupo de hijos que fueron víctimas del robo de bebés perpetrado por María Elena Franicevich y Antonio Berges se suman madres a las cuales les robaron a sus hijos en La Clínica Wilde.

María Rosa Oviedo denuncia que Berges le robó su hijo en enero del 83, ella viene haciendo pública su denuncia hace años y logró dejar su muestra en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

Leonor Marta Lazzarano y Alberto Landaburo eran adolescentes en el año 1969 cuando ella quedó embarazada. A los ocho meses, su madre la llevó a “la clínica de Doña Elena” y allí le aplicaron una inyección que indujo el parto. Leonor vio que su hijo estaba vivo y lo escuchó llorar, pero se lo llevaron y nunca lo volvió a ver, les dijeron que había muerto y no les dieron el cuerpo, ellos aseguran que fue apropiado y hoy la causa que investiga este hecho se encuentra en el Juzgado Federal de Quilmes a cargo de Luis Armella quien decidió archivar la causa, decisión que fue apelada.

Aparecieron también dos tías que no hicieron públicas sus historias, pero contactaron al grupo con una historia muy parecida; parejas jóvenes de origen italiano que desconocían el procedimiento legal de nuestro país ante un nacimiento. Enviaban al esposo de la mujer que se encontraba internada a buscar algo y al volver les decían que el bebé murió y no les daban el cuerpo ni el acta de nacimiento y defunción, el caso típico de sospecha que al ver las publicaciones que se hacen en el grupo deciden investigar porque se dan cuenta que les robaron el bebé en los años 70.

Los casos como el de las Víctimas de Franicevich son apenas una muestra de cómo la venta de bebés es un mecanismo ilícito sostenido durante todos los tiempos, y como las dictaduras militares lo convierten también en un método de represión. La relación de Jorge Antonio Berges, un médico de la Policía, y la partera María Elena Franicevich con la falsificación de partidas de nacimiento de niños nacidos en centros clandestinos de detención en la dictadura militar argentina y el robo y la venta de bebés, lo atestigua.


La mayoría de las “adopciones” en nuestro país son ilegales

En Argentina existen tres zonas geográficas donde se acentúan los números de robo de bebés, primero se encuentran las provincias que conforman el noreste, luego el sureste de la provincia de Santiago del Estero, y por último, pero menos investigada que son las provincias linderas a la cordillera de Los Andes, fundamentalmente Mendoza.

Solamente en Añatuya, provincia de Santiago del Estero, desaparecen alrededor de 12 bebés por semana, y sólo el 25% de las adopciones son legales en nuestro país, según informes de la Fundación Adoptar.

En el caso de Franicevich algunas de las personas que fueron apropiadas tienen papeles firmados por esta partera como si hubieran nacido en un hospital, lo que puede estar relacionado con una red de contactos.

La religiosa Marta Peloni titular de la organización Infancia Robada ha denunciado públicamente que a través de investigaciones llegan a diferentes mecanismos entre ellos; “las agencias de ‘adopción’ que ‘consiguen’ bebés a los padres que tienen la intención de adoptar, se vinculan con los equipos médicos de las maternidades para obtener datos de nacimientos y partos. Intervienen también abogados, que tramitan la parte legal y jueces que firman conforme esos papeles falsos.”

También ha mencionado una investigación que se realizó en Goya, Corrientes, al recibir denuncias de empleadas domésticas que trabajaban en casas de gente de dinero y les obligaban entregar sus bebés a los patrones para mantener el puesto de trabajo cama adentro.

Uno de los hijos apropiados con la partida de nacimiento firmada por Berges fue traído desde la provincia de Catamarca a Buenos Aires, esto se pudo comprobar por una investigación llevada a cabo de forma personal y que finalmente lo llevó a dar con el paradero de su madre biológica en la misma provincia. Lamentablemente ya había fallecido y pudo constatar su relación filial solicitando la exhumación de los restos para obtener una muestra de ADN, lo cual demoró tres años.

Para que tráfico de bebés sea posible en todo el territorio nacional e incluya las salidas del país por las fronteras linderas con los países limítrofes debe funcionar un entramado complicidades que incluye a las fuerzas represivas - donde la policía juega rol central ya que dentro del gran delito organizado del cual forma parte se encuentra la trata de personas - de funcionarios, médicos, parteras y hasta de miembros de órdenes religiosas que por ejemplo habrían permitido que en la localidad de Añatuya, provincia de Santiago del Estero el robo de bebés a madres humildes según se pudo saber gracias a unos artículos de investigación de los periodistas; Silvina Heguy y Julio Rodríguez, trabajo por el cual fueron galardonados con el máximo reconocimiento del periodismo de habla hispana.

Desde La Izquierda Diario seguiremos presentando algunos artículos para proseguir con este tema, no sólo para colaborar con la busqueda de origen de miles de personas, sino porque también seguimos buscando a los hijos de los compañeros desaparecidos que aún faltan encontrar y para que esto suceda denunciar este entramado histórico de complicidades es de vital importancia.