Este #8M compartimos el pronunciamiento y la convocatoria para marchar junto al bloque combativo e independiente de Pan y Rosas. El punto de encuentro es a las 10:30 en la Avenida Montes esquina Pisagua, ¡sumate!
Lunes 8 de marzo de 2021
Entre gritos de justicia, indignación, rabia y fuerza, nos movilizamos un nuevo 8 de marzo. Con un cada vez más fortalecido movimiento de mujeres salimos a las calles, con independencia política frente al Estado y todos los partidos patronales del régimen y desde Pan y Rosas, alzamos la voz:
1. En un contexto de avance de la ultraderecha, en medio de una crisis múltiple (socio sanitaria, económica y política), tras un golpe de Estado sangriento y un escenario polarizado, las mujeres continuamos siendo las más golpeadas. Los sectores conservadores se han envalentonado, estrellándose cada vez más contra nuestras conquistas. Actores ultra religiosos que van ganando poder: son los mismos que, por ejemplo, quieren obligar a parir a niñas violadas. Son estos sectores los que fueron protagonistas de las masacres de Senkata, Sacaba y Ovejuyo, para las que hoy seguimos exigiendo justicia. Denunciamos que el MAS, en busca de una ilusión de gobernabilidad, viene sosteniendo pactos de todo tipo con los autores materiales y políticos de estos hechos, quienes tienen nombre y apellido: Camacho, Áñez, Mesa, Murillo y todo su gabinete golpista, junto a militares y policías, hoy en la impunidad.
El MAS, nuevamente, viene allanando su camino y no es de sorprender que su ministro de Justicia, abiertamente opuesto a los derechos de las mujeres, diversidades sexuales y disidencias, haya planteado que el Estado no debería actuar de oficio en hechos de violencia machista. Por su parte, su candidata “feminista”, Adriana Salvatierra, en un mayor giro a derecha, planteó clara y públicamente que su partido no está a favor de despenalizar el aborto, intentando así ganar votos de la sociedad conservadora cruceña, mientras le continúa dando la espalda a las demandas del movimiento de mujeres. ¡Ningún espacio a sectores antiderechos, conservadores y reaccionarios! ¡Exigimos la separación efectiva de la Iglesia y el Estado!
2. Durante la crisis socio-sanitaria, las mujeres trabajadoras y del pueblo empobrecido, fuimos las que estuvimos en primera línea: fueron las enfermeras, nutricionistas, trabajadoras de limpiezas y doctoras, quienes se organizaron en sus fuentes laborales ante la falta de un verdadero plan de emergencia sanitaria, que aún hoy vemos insuficiente. Denunciamos que esa primera línea, con una composición laboral altamente feminizada, expone hasta el día de hoy su vida: muchas compañeras y compañeros han partido en la precariedad laboral y de atención en salud. Ante esto decimos claramente: ¡El Estado es responsable!
3. Mientras esta es la situación de las trabajadoras y trabajadores, denunciamos que el 60% de las Unidades de Cuidados Intensivos además de la gran mayoría de insumos y equipos necesarios para combatir la pandemia, se encuentran en manos privadas, que lucran con la salud y la vida del pueblo. Porque nos oponemos rotundamente a que sea más fácil imaginar el fin de la humanidad, que el fin del lucro capitalista, por nuestras vidas: ¡Las mujeres también exigimos la urgente nacionalización del sistema de salud y las empresas farmacéuticas! ¡Exigimos que el gobierno se sume a la lucha para eliminar las patentes de vacunas y medicamentos para afrontar la pandemia!
4. La pandemia no solo ha traído un virus letal, sino que ha agravado los padecimientos patriarcales como las dobles o triples jornadas de explotación con las que cargamos las mujeres. Con el encierro, las escuelas cerradas y la alteración de la vida cotidiana, se han incrementado el tiempo y las tareas de cuidado, que son trabajos arduos no remunerados. Ello además de la desigualdad salarial constante frente a nuestros pares varones. Contrario a luchar por mejores condiciones para las mujeres trabajadoras y trabajadores en general, la burocracia de la COB es cómplice de los patrones, no hace nada frente a los despidos y mucho menos le interesan las demandas de las mujeres obreras. ¡Necesitamos recuperar nuestras instancias de organización sindical y pelear porque estas hagan propias nuestras demandas!
5. Denunciamos y luchamos contra la violencia patriarcal, que se ha incrementado en el contexto de cuarentena y que ha arrebatado la vida de 113 mujeres en el 2020. Solamente en lo que va de este año se registraron 24 feminicidios. Hechos aberrantes como las fosas comunes de mujeres en Tres Arroyos, muestran la brutalidad de un sistema al que no le importan nuestras vidas y un Estado que mantiene en impunidad estas agresiones. Sabemos que los feminicidios son el último eslabón de una cadena de violencia machista, donde las violaciones sexuales, el acoso sexual y otras violencias, le anteceden. ¡Exigimos acciones efectivas: es urgente la activación de la alerta roja y un plan de emergencia nacional frente a los feminicidios, aplicado según las demandas de las víctimas, familiares y el movimiento de mujeres y feministas!
6. Denunciamos como parte de esta cadena de violencia, la violencia sexual ejercida contra estudiantes de la Universidad Católica Boliviana, que está saliendo a la luz de manera masiva recientemente, así como las denuncias de acoso sexual contra el ex ministro y candidato Iván Arias, contra cuyas víctimas se ha lanzado una brutal y vergonzosa campaña de revictimización. Ante ello, desde Pan y Rosas señalamos que no podemos depositar ninguna confianza en el Estado y sus instituciones, como la policía y sus aparatos judiciales patriarcales y mercantiles. ¡Exigimos una comisión independiente, compuesta por personas idóneas, víctimas y familiares, así como organizaciones de DDHH y feministas, que acompañen toda la investigación y proceso judicial de estos hechos de acoso, así como los graves casos de feminicidios de mujeres desaparecidas halladas muertas en 3 arroyos! ¡Exigimos que las investigaciones de los hechos de violencia contra las mujeres no dependan más de la institución policial, pasando a un ente civil por fuera de esta red de cómplices que es en los hechos este aparato represivo del Estado!
7. En el contexto de estas grandes adversidades, también hemos visto agravadas las condiciones para las mujeres que requieren y deciden practicarse un aborto. En el país, mueren aproximadamente 480 mujeres año tras año, por la ilegalidad de esta práctica. Y mientras las ricas abortan, son las pobres quienes mueren, en un sistema que además de juzgar nuestras decisiones, si decidimos no ser madres, nos obliga a serlo en condiciones de miseria y hambre. El movimiento feminista en Bolivia no se ha quedado atrás en la lucha por este derecho y siguiendo el camino de la marea verde, comenzamos a organizarnos para elaborar el proyecto de Ley del Aborto Legal. ¡La maternidad será deseada o no será! ¡Exigimos condiciones dignas para maternar! ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, libre, seguro y gratuito para no morir!
Desde Pan y Rosas frente a todo ello, porque sabemos que mientras persista la desigualdad capitalista y las opresiones patriarcales, racistas, heteronormativas y de todo tipo, no podremos alcanzar jamás la plena emancipación para las mujeres. Por ello, desde el feminismo socialista, apostamos por cambiarlo todo. Nos organizamos para impulsar un gran movimiento de mujeres, con independencia política para luchar sin ninguna atadura en las manos, dialogando además para llegar a todos los sectores obreros y populares, indispensables para todas nuestras luchas. Te invitamos a construir una herramienta política de combate, que luche por “un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”, como decía la revolucionaria Rosa Luxemburgo: ¡Únete a Pan y Rosas!