Este viernes al mediodía el Frente Popular Darío Santillán instalará ollas populares y hará un semaforazo en la estación “Darío y Maxi” del Ferrocarril Roca. Repudio a Duhalde, Solá, Fernández y demás responsables políticos que siguen impunes y en funciones.
Jueves 25 de junio de 2020 10:27
Foto Tadeo Bourbon/Anita Pouchard Serra | Diagonal
Pasaron 18 años desde que el 26 de junio de 2002 la Policía Bonaerense asesinó a balazos a Maximiliano Kosteky y Darío Santillán, en el marco de una brutal represión a los movimientos de desocupados que, en el marco de una jornada nacional de lucha, se manifestaban en las inmediaciones de la estación de Avellaneda y el Puente Pueyrredón.
Este viernes al mediodía, recordando aquella masacre a manos del Estado, se realizará una jornada solidaria para recordarlos en Avellaneda. Se hará un “semaforazo” y una olla popular en la estación “Darío y Maxi” del Ferrocarril Roca de Avellaneda. Las organizaciones convocantes anunciaron que lo harán sin cortar el tránsito y manteniendo todas las medidas sanitarias de prevención en el marco de la cuarentena.
Al momento de la masacre, el presidente de la nación era Eduardo Duhalde, quien hoy se pasea por los medios sugiriendo políticas en el marco de la crisis sanitaria y económica. Y el gobernador de la provincia de Buenos Aires era nada menos que Felipe Solá, el actual canciller del gobierno peronista del Frente de Todos. Y la desocupación llegaba al 22,5 %.
Apenas cometidos los crímenes por la maldita Bonaerense, desde el Gobierno nacional dijeron que los piqueteros estaban armados y que fue un enfrentamiento entre ellos. Tesis que se cayó a los pocos días gracias a la labor documental de reporteros gráficos y televisivos.
En ese momento Aníbal Fernández era secretario general de la Presidencia y fue el que alentó esa teoría sosteniendo que “los piqueteros se mataron entre ellos” y afirmando que se trataba de un grupo que quería desestabilizar al Gobierno. Hoy Fernández conduce los destinos de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (Santa Cruz), empresa que sigue existiendo gracias a la lucha incansable de los mineros contra todos los gobiernos. Esos mismos mineros a los que Fernández muchas veces ubicó en el lado de los criminalizados por el Estado.
Felipe Solá, gobernador de Buenos Aires en ese entonces, recibió ese mismo día al comisario de la Policía Bonaerense que estaba al frente del operativo, Alfredo Fanchiotti. Solá lo felicitó por lo realizado y hasta le prometió un cargo más alto. Luego el policía sería condenado a prisión perpetua como responsable de los disparos.
Ellos como otros responsables de la masacre siguen impunes y algunos de ellos ocupan cargos en el actual Gobierno de Alberto Fernandez.
Tan impunes se sienten que hace unos días Hilda “Chiche” Duhalde, esposa del expresidente, descargó su odio de clase contra las organizaciones sociales, afirmando que “son un problema”.
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“Los responsables de ayer no pueden ser los salvadores de hoy” es una de las frases que siempre utilizaron familiares, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos para convocar cada 26 de junio al Puente Pueyrredón en reclamo de justicia. Y sigue más vigente que nunca.
¡Maxi Kosteki y Darío Santillán, presentes!