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Red Internacional
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Honduras. A cuatro años del asesinato de Berta Cáceres, continúa exigencia por castigo a los Atala Zablah

El Consejo cívico de organizaciones populares e indígenas de Honduras (COPINH), compañeros y familiares de la activista Berta Cáceres, asesinada hace cuatro años, convocaron a diversas actividades para continuar el reclamo por juicio y castigo para los autores intelectuales del crimen, entre los que figuran miembros de la millonaria familia Atala Zablah.

Martes 3 de marzo de 2020 22:51

Una amplia jornada de actividades fue convocada por el el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) bajo la exigencia de la captura y el castigo para los autores intelectuales del crimen contra la ambientalista y luchadora social asesinada durante la madrugada del jueves 3 de marzo de 2016 en el departamento de La Esperanza, Intibucá.

Berta Cáceres fue la principal dirigente del COPINH y enfrentó el hostigamiento militar, amenazas y el ataque constante contra miembros de su organización por oponerse a la construcción de la hidroeléctrica Agua Zarca amenazando el Río Gualcarque.

La líder indígena, quien en 2015 fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman, tenía medidas cautelares de protección emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero en el momento de su asesinato la policía no vigilaba la casa en la que estaba, por lo cual el pueblo hondureño y la opinión internacional señaló en primera instancia la responsabilidad del Estado, encabezado por el presidente Juan Orlando Hernández.

Desde entonces ocho personas han sido detenidas, entre ellos el gerente de DESA, Sergio Ramón Rodríguez Orellana, el ex militar Douglas Geovanny Bustillo, Edilson Atilio Emerson, Eusebio Duarte Meza y Elvin Heriberto Rápalo Orellana, Henry Javier Hernández Rodríguez y Oscar Aroldo Torres Velásquez.

Sin embargo, la documentación de DESA muestra que su junta comprende a algunas de las élites empresariales y políticas con mejores conexiones de Honduras. El secretario de la empresa, Roberto Pacheco Reyes, es ex ministro de gobernación y justicia del Gobierno de Honduras.

El vicepresidente de DESA, Jacobo Nicolás Atala Zablah, es el presidente del banco BAC Honduras y miembro de una de las familias empresariales más adineradas de Honduras. El primo de Jacobo es el multimillonario Camilo Atala, ex ministro de Gobierno y propietario del banco Ficohsa.

Camilo Atala también es uno de los principales inversores del polémico Indura Beach and Golf Resort, del que hablamos en el estudio. El hermano de Jacobo, José Eduardo Atala Zablah, también está en la junta de DESA y es el presidente de la Cámara de Comercio Hondureño-Americana y ex director por Honduras del banco regional Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), cuyo organismo fue uno de los principales inversores del proyecto de DESA de construcción de la presa.

Así, este cuarto aniversario del asesinato político de Berta Cáceres está dedicado a la lucha por la defensa del agua. Durante una ceremonia inicial, Berta Zúniga, actual coordinadora de Copinh y una de las hijas de la activista, leyó una declaración en la cual proclamó la "profundización de la lucha" en defensa de los territorios amenazados por proyectos hidroeléctricos y mineros en Honduras.

"Este crimen representa el plan para intentar destruir la lucha territorial (...) liderada por Berta Cáceres y sembrar el miedo en los luchadores de Honduras. Sin embargo, su lucha no ha parado", señaló que su madre denunció en 2014 las concesiones otorgadas a 49 proyectos hidroeléctricos en territorio de indígenas lenca, y actualmente "hay varios focos" contra las iniciativas.

El abogado del Copinh y de la familia, Rodil Vásquez, denunció que los tribunales excluyeron del proceso a algunos miembros del equipo de acusadores luego de que presentarán pruebas contra banqueros socios de DESA como autores intelectuales del crimen.

En vida, Berta Cáceres fue también maestra y una importante luchadora y referente en contra el avance de la militarización que se agudizó luego del golpe de Estado en 2009. Su lucha en defensa del río Gualcarque, sagrado para la cultura lenca a la cual pertenecía Cáceres es un ejemplo que sirve a futuras generaciones de mujeres, pueblos y jóvenes que enfrentan la devastación y el saqueo de recursos en todo el mundo.

Como dijo en una ocasión, “Mientras tengamos capitalismo este planeta no se va a salvar, porque el capitalismo es contrario a la vida, a la ecología, al ser humano… a las mujeres.” Hagamos nuestra esa lucha.

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