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Red Internacional
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ELECCIONES EN ARGENTINA. A propósito del ascenso del FIT en Argentina: un debate con la idea de “partidos amplios”

Este domingo 9 de agosto se celebraron en Argentina las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Contra los pronósticos, sorprendió el triunfo en la interna del FIT de Nicolás Del Caño del PTS, que se impuso sobre la lista encabezada por Jorge Altamira del PO ¿Qué hay detrás del triunfo de la lista “Renovar y fortalecer el frente”?

Jimena Vergara

Jimena Vergara @JimenaVeO

Jueves 13 de agosto de 2015

Se mantiene la “despolarización”
 
Desde el punto de vista de la elección nacional, Daniel Scioli, candidato del kirchnerismo, alcanzó un 38.5 % de los votos con Macri a la vera que consiguió el 30%. El tercer lugar fue para Sergio Massa con un 20% de los votos. El problema que enfrenta Daniel Sicioli hacia octubre - que se celebrarán las elecciones generales a presidente-, es que el triunfo en las PASO no es suficiente para asegurarle la victoria en primera vuelta.
 
Esto es así porque los candidatos del gobierno y la derecha, más allá de la demagogia, vienen planteando básicamente lo mismo: continuidad y “profundización” o “cambios menores” en el modelo del gobierno que durante años encabezaron los Kirchner. La bonanza económica terminó y, aunque no se atrevan a decirlo en campaña, los tres son candidatos del ajuste y la devaluación en el próximo periodo. Es decir, descargaran la crisis sobre la espalada de los trabajadores.
 
Pesa además sobre el candidato oficial Daniel Scioli que, para los sectores que dentro del oficialismo y su base social se ubican a la izquierda, es un “hombre de los noventas”, es decir un político del neoliberalismo y las privatizaciones.
 
El problema de fondo del kirchnerismo es el “fin de ciclo” de los llamados gobiernos “progresistas” que lograron amortizar la crisis económica en el pasado pero hoy están siendo arrastrados por la dinámica internacional, configurando un escenario donde – más allá de los ritmos-, tengan que quitar con la mano derecha lo que concedieron con la izquierda.
 
El ascenso electoral del FIT a la luz de las experiencias de Podemos y Syriza
 
Por su parte la izquierda se presentó a las PASO para dirimir la competencia entre dos listas encabezadas por Nicolás Del Caño y Jorge Altamira respectivamente.
 
El Frente de Izquierda creció más de un 40% desde su fundación en 2011 en esta elección, quedando a muy pocas décimas de la candidata de la centro izquierda Margarita Stolbizer. Nicolás del Caño se impuso a Jorge Altamira con la lista “Renovar y fortalecer el frente”, contradiciendo los pronósticos de una buena parte de los analistas políticos y la prensa en Argentina, fundamentalmente porque expresa lo nuevo en el FIT.
 
Lo insólito del fortalecimiento electoral del FIT es que se trata de un reagrupamiento que ha mantenido la independencia política de los trabajadores frente a los partidos patronales, a contracorriente de experiencias como la de Podemos y Syriza que, desde su fundación, se plantearon la confluencia con sectores del reformismo y la burguesía y levantaron un programa limitadamente anti ajuste.
 
La bancarrota de dichos proyectos la encarna Syriza que, a contramano de la voluntad popular expresada a través del “No” en el último referéndum, aceptó los dictámenes de la Troika que profundizan las penurias de los trabajadores y el pueblo griego.
 
¿Por qué ganó el PTS la interna del FIT?

 
La campaña por las PASO al interior del FIT, expresó al mismo tiempo dos proyectos partidarios distintos entre las fuerzas más importantes que componen el frente, el PTS y el PO.
 
La fórmula encabezada por Nicolás Del Caño y Myriam Bregman, se basó en la intensa militancia desplegada, no solo por la militancia del PTS, sino de una nueva camada de trabajadores que salieron de las fábricas a convencer a sus vecinos, familiares y amigos de votar por la lista 1A.
 
Se trata de cientos de activistas que vienen de duras luchas – las más importantes de la historia reciente en Argentina- contra los despidos, los lock outs patronales, los golpes al salario y varias reivindicaciones más por las que ha luchado tenazmente la vanguardia obrera. La lista 1A, integró en su seno a los ya ampliamente reconocidos trabajadores “indomables de Lear”; a varias decenas de los trabajadores de Madygraf bajo control obrero (antes Donnelley), a compañeros y compañeras de Kraft, a trabajadores de la ex Zanón y de muchas fábricas más.
 
De ahí que las listas agrupadas bajo el lema “Renovar y fortalecer el frente”, organizaran a 1500 candidatos de los cuales un importante porcentaje son obreros industriales, una gran cantidad jóvenes precarios, 300 docentes, activistas de derechos humanos y un 60% de mujeres. Más aún, centenas y centenas de compañeros se sumaron a la campaña como fiscales, muchos de ellos provenientes del corazón industrial de Argentina ubicado en la zona norte.
 
Renovar y fortalecer el frente, significó no solo darle paso a la juventud, si no que la vanguardia obrera y juvenil, se expresara políticamente a través de una campaña viva y expansiva que instalara en sectores del movimiento obrero la idea de que es necesario contar con políticos de la clase obrera Como Nicolás del caño, Rubén Matu, Claudio Dellacarbonara, Raúl Godoy, Alejandro Vilca, Javier Hermosilla verdaderos tribunos de los trabajadores y el pueblo que defiendan sus intereses en la calle, en las cámaras y cobran como una maestra.
 
El Partido Obrero por su parte sufrió una importante derrota. No fue consecuente con el lema de su campaña “unidad” porque se negó a todas las propuestas unitarias hechas por el PTS antes de ir a las PASO. Y además fue derrotada la política del PO de la “unidad de la izquierda” en sí misma que considera que ampliar el FIT, es hacer acuerdos electorales con corrientes que históricamente sostienen diferencias con el programa socialista y que apoyan en muchos casos, a los gobiernos progresistas como el de Evo Morales en Bolivia de los cuales se delimita el FIT.

Si bien el PTS saludó la intención de organizaciones como la del “Perro” Santillán o Pueblo en marcha de apoyar al FIT electoralmente, al mismo tiempo planteo que una eventual integración requería “iniciar una práctica común y un debate profundo y serio sobre el programa del frente”. Que no bastaba un juramento por los “principios socialistas”. Consideramos que la idea de que - en pos de ganar electoralmente - se debe hacer acuerdos oportunistas con corrientes que históricamente no defienden la independencia de clase y que lo contrario es sectario porque abona a la marginalidad, se ha demostrado equivocada y con creces en las últimas PASO.

En el caso de la lista encabezada por el PTS, el triunfo se basó en ampliar el FIT poniendo en movimiento el peso específico ya conquistado en una fracción de la clase obrera argentina - otrora reconocida en el sindicalismo de base - y en una enorme campaña mediática con decenas de spots para televisión e internet, una intensa campaña en redes sociales, de agitación y transmisión de ideas en barrios, escuelas, centros de trabajo y estaciones.

El voto a Nicolás del Caño, que tiene un significativo componente obrero y precario, expresa una fuerza social viva que desde hace años se está configurando en Argentina, primero a través del llamado “sindicalismo de base” con su continuidad política actual expresada en la campaña militante por la lista 1A.
 
Dos caminos distintos para la izquierda internacional
 
Al mismo tiempo, la experiencia del FIT en general y del PTS en particular, contradice la hipótesis de un amplio crisol de organizaciones que se reivindican trotskistas y que en el pasado, hipotecaron el programa revolucionario en pos de “llegar a las masas” y levantaron proyectos de partidos amplios sin delimitación clara de independencia de clase.
 
Frente a la emergencia y fortalecimiento de diversas variantes reformistas producto de la crisis de representación burguesa que se abrió como correlato de la crisis económica internacional por ejemplo en Europa, Syriza y Podemos fueron saludados entusiastamente por amplios sectores de la izquierda internacional.
 
El lugar común para el entusiasmo suscitado es que estaría inhabilitada la posibilidad de que una alternativa socialista y de independencia de clase salga de la marginalidad. Este planteamiento ha sido acompañado de un abandono absoluto de una práctica para pelear porque el movimiento obrero se configure como sujeto, abrace la militancia política y construya una herramienta política con independencia de clase que le sea propia.
 
De ahí el apoyo de una de las principales corrientes del PSOL (el MES) a Syriza o la política que llevó al trotskismo francés a liquidar la LCR y formar el Nuevo Partido Anticapitalista.
El triunfo de la lista encabezada por el PTS en las PASO, es una conquista para la izquierda internacional y la vanguardia obrera en la medida que expresa, aún en pequeña pero significativa escala, la justeza de una estrategia para construir partidos revolucionarios a nivel internacional, orgánicos a la clase obrera y con capacidad para influenciar a sectores cada vez más amplios del movimiento de masas.
 
La combinación de una política audaz para fundirse con lo más avanzado de la clase obrera y la juventud – al calor de la intervención en la lucha de clases- y en el terreno de la agitación revolucionaria, está demostrando su efectividad con el telón de fondo de la crisis económica y social que cruza al capitalismo.


Jimena Vergara

Escribe en Left Voice, vive y trabaja en New York. Es una de las compiladoras del libro México en llamas.

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