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Red Internacional
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Boric. A propósito del cuidado de la salud mental: El sistema de salud y las condiciones de vida en Chile

Esta semana, en medio de un discurso, el presidente Gabriel Boric mencionó la importancia de “cuidar la salud mental”. En esta nota abordaremos algunos aspectos sobre salud mental, el sistema de salud en Chile y las condiciones de vida de trabajadores y sus familias.

Domingo 24 de diciembre de 2023

Este viernes, el Presidente Gabriel Boric estuvo dando unas palabras en el Parque Mirador Viejo, en la comuna de Independencia. La actividad debió comenzar sin su presencia debido a un retraso que luego salió a explicar, “Me recomiendan siempre que no diga esto. Disculpen el retraso, me vine corriendo… Estaba en terapia, creo que hay que cuidar la salud mental, es importante decirlo”.

Claramente los problemas en la salud mental, han venido en aumento los últimos años post pandemia, pero ¿Basta simplemente en “darle la importancia” a la salud mental de forma individual?, ¿Cómo responde el sistema de salud ante la salud mental?, ¿Qué condiciones laborales y cotidianas tienen las y los trabajadores en Chile?

La salud mental en un sistema en crisis

Según las cifras de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), dos de cada tres trabajadores, es decir el 67% de ellos, presentaron una enfermedad profesional reconocida de origen laboral durante el 2022, correspondiente a diagnósticos de salud mental. La cifra indica un aumento desde el 2021, año en que se superó el 50% del total. La depresión entre los años 2019 y 2021 creció desde el 24% al 38% en personas de la tercera edad. Por su parte, la ansiedad pasó de un 40% a un 52% en el mismo periodo.

En otro sentido, ELSOC (Estudio Longitudinal Social de Chile) mostró una importante brecha de género en términos de prevalencia de síntomas depresivos. En 2021, el 27% de las mujeres presentaron síntomas depresivos de moderados a severos, a diferencia del 10% registrado por hombres.

Según algunos medios como Ciper mencionan que, “Un análisis de la distribución de síntomas depresivos según tipo de relación laboral muestran que un 17,6% de las personas que han firmado un contrato laboral presentan sintomatología depresiva moderada a severa, mientras que entre los trabajadores y trabajadoras sin contrato (trabajo informal) esta cifra se eleva a 22,2%”.

Estas dramáticas cifras muestran una cruda realidad, y es que Chile es el segundo país del mundo en el que más se deterioró la salud mental, sobre todo en mujeres, las cuales, según el Termómetro de la salud mental 2023, resultaron más afectadas que los hombres.

¿Cómo responde el sistema de salud ante el deterioro de la salud mental?

Es simple hablar del cuidado de la salud mental, pero las condiciones en Chile son paupérrimas. El gobierno de Gabriel Boric se ha intentado ubicar como uno de los gobiernos que pone al centro la salud mental, pero tanto los datos vistos que aún se mantienen, como las condiciones del sistema de salud, hacen imposible abordar de una manera responsable lo que significa la salud mental.

Partiendo por el presupuesto fiscal destinado a la salud mental que apenas llega al 2%, cifra muy por debajo al 5% planteado en el Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría de los periodos 2000-2010 y 2015- 2025, correspondiente a la cifra de acuerdo al promedio mundial. La cobertura en Chile no alcanza a más de un 20% de la población, a diferencia de otros países, que pueden llegar hasta un 50%.

Actualmente, hay una brecha de 921 cargos de médicos psiquiatras adulto e infanto-adolescente para la atención ambulatoria; y de 421 para psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y enfermeros que no dan abasto. Además, se observa un déficit en los Centros de Salud Mental Comunitarios, Centros de Apoyo Comunitario para Personas con Demencia, Hospitales de Día, Unidades de Cuidado y Rehabilitación intensiva, y Hogares y Residencias Protegidas. En Chile se requieren en total 1209 de estos dispositivos de atención, pero la oferta es de 277 para todo el país. Incluso cuando se consideran las camas de hospitalización psiquiátrica, se calcula la necesidad de 2.226 camas, mientras tanto se cuentan solo con 1.433.

Hoy en día la ciudad de Antofagasta viene en medio de una crisis en el sistema de salud, sus trabajadores mencionan que, “Como Colegio Médico hemos manifestado al Servicio de Salud que la situación se está haciendo crítica. La brecha de atención de salud mental está muy diagnosticada y establecida hace un par de años en la región. Desde el SSA saben que acá faltan tres Centros de Salud Mental (Cosam) respecto de los que ya están, que deberían existir 16 plazas para los pacientes infantojuveniles. La pandemia generó un aumento en los problemas y la crisis se está evidenciando en el último nivel de atención, que son las camas de urgencias”. Hoy solo cuentan con 30 camas y por norma deberían tener entre 69 y 97 camas disponibles.

La crisis de las ISAPRES es parte también de la crisis del sistema de salud y su lógica de mercantilización de la salud. Según sus controladores, el 2021 tuvieron pérdidas cercanas a los 170 millones de dólares, el peor resultado de su historia. Además, en 2022 más de 250 mil personas migraron desde sus isapres a Fonasa. Este año ha seguido la tendencia con 60 mil desafiliados solo en enero. La crisis que enfrenta el Gobierno de Gabriel Boric, es que ante la crisis de las isapres, casi 3 millones de beneficiarios migraron al sistema público, que no daría abasto para acoger de una vez a todos los afiliados.

Como podemos ver, la preocupación por la salud mental, no puede venir solo de palabras.

Necesitamos un Sistema Único y Universal de Salud al servicio de las y los trabajadores, mujeres y el pueblo, al mismo tiempo de contratos dignos en Hospitales, Cesfam y otros centros de salud. La salud mental, una demanda que han puesto estudiantes y trabajadores durante los últimos años, debe ser una pelea en común de toda la población que se ve afectada por el agobio, la inestabilidad, el estrés y un sistema de salud completamente ineficiente. Esto es imposible de resolver, si no se abordan también las causas que originan en gran parte estos problemas de salud, rebajando las horas de trabajo, acabando con los contratos precarios que empujan a la inestabilidad no solo laboral, sino también psicológica, entre algunas de las medidas urgentes que deberían existir.