El ser estudiante politécnico no es sinónimo de tener acceso a una educación gratuita. Dentro de los centros de estudio, los trabajadores y estudiantes tenemos acceso a servicios como cafeterías y centros de copiado con internet, sin embargo éstos son insuficientes.
Martes 13 de febrero de 2018
Las condiciones que vivimos la mayoría de los estudiantes y trabajadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) nos orillan a usar los servicios de cafetería y de centros de copiado e internet que se ubican dentro y fuera de la escuela. Esto es muy bien aprovechado por las concesiones, toda vez que las prestaciones dentro del Centro de Apoyo Polifuncional (CAP) y el Centro de Apoyo a Estudiantes (CAE) son restringidos en tiempo y con costo para impresión y copias.
En el caso de Zacatenco y algunas escuelas cercanas a una de las dos unidades académicas, los lugares que ofrecen servicios a los estudiantes son concesiones al capital privado (de plazas y centros comerciales). La búsqueda de ganancia por parte de los que prestan estos servicios no sólo afecta a los estudiantes, sino también a los habitantes cercanos y aquellos que subsisten con pequeños negocios.
Por si fuera poco, los trabajadores de estas concesionarias laboran bajo condiciones precarias, con sueldos bajos, sin prestaciones laborales y sin derecho a contratación con el Instituto, eso al mismo tiempo que el dueño se queda con la mayoría de las ganancias por el consumo de la comunidad.
Recientemente, algunas papelerías y cafeterías pertenecientes a la ESIQIE en Zacatenco se vieron obligadas a cerrar debido al aumento de la renta que les fue impuesto por las autoridades y a que no consideraron viable aumentar sus precios.
En 2015 se realizó el desalojó del personal de algunas cafeterías de Zacatenco, donde autoridades y la Policía Bancaria e Industrial (PBI) vaciaron de forma violenta los espacios donde se brindaban dichos servicios. A estos establecimientos se les estaba imponiendo el aumento de renta a 20 mil pesos por cafetería, se les hizo responsables de una deuda de 5 millones y además se violó su contrato, que era por tiempo indefinido.
Las autoridades politécnicas también salen beneficiadas de las concesiones que otorgan. Con la excusa del trámite burocrático, empiezan a cobrar las rentas sin decir a dónde va ese dinero, pues en lo que se autoriza la concesión, no hay facturación que compruebe los arriendos.
Los negocios externos instalados sobre las vialidades del casco de Santo Tomás realizan aporte económico al IPN sin facturación del mismo.
Estas ganancias de millones de pesos al año no se reflejan en mejor infraestructura, aumento de becas, aumento de matrícula o apoyo a la investigación. En resumen, no generan beneficios para la comunidad politécnica con excepción de los directivos, quienes ya de por sí perciben altos sueldos.
Ante esta situación de desigualdad es importante:
- Establecer centros de servicio subsidiados, que además de beneficiar a alumnos y docentes del IPN, genere fuentes de empleo con contratación del Instituto y afiliación al sindicato.
- Que las prestaciones laborales incluyan una jornada laboral de 6 horas diarias 5 días a la semana, con un sueldo que alcance para cubrir el costo de la canasta básica y se ajuste a la inflación.
¿Quieres hacer del IPN una Institución que ponga verdaderamente la técnica al servicio del pueblo?
Te invitamos a conocer a la Agrupación juvenil anticapitalista, súmate a uno de los comités que ya están en el Politécnico, luchemos porque estudiantes, trabajadores y académicos seamos los que nos organicemos para decidir qué hacer con el politécnico, manteniendo independencia política de las autoridades y los partidos políticos, que únicamente velan por sus intereses, sus empresas y sus ganancias.