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Red Internacional
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#VivasNosQueremos #NiUnaMenos. A un año del #24A: realidades y desafíos para el movimiento de mujeres

Hace un año que la marea violeta tomó las calles en más de 40 ciudades. Luego de la Marcha Nacional Contra las Violencias Machistas ¿qué tareas y desafíos están planteados para el movimiento de mujeres en México?

Lunes 24 de abril de 2017

Hace un año, una inédita movilización tomó las calles de más de 40 ciudades en México. La convocatoria en redes sociales se hizo viral y pronto cientos de miles de mujeres hicieron suyas las consignas de #VivasNosQueremos y #NiUnaMenos, junto con el impulso de la Marcha Nacional Contra las Violencias Machistas.

El #24A de México, se sumó a otros movimientos de mujeres en el mundo: en Argentina por #NiUnaMenos, en Polonia por el derecho al aborto legal, en Estados Unidos contra la llegada del misógino Donald Trump, entre otros grandes movimientos protagonizados por mujeres.

Como expresión máxima de organización y muestra de la emergencia de un nuevo movimiento de mujeres en lucha por sus derechos, el pasado 8 de marzo la tierra tembló con el #ParoInternacionaldeMujeres en más de 50 ciudades de todo el mundo.

A un año del la progresiva Marcha contra las Violencias Machistas y un par de meses del 8 de marzo, consideramos que la convocatoria de hoy está por detrás de su enorme potencial. Por ello es necesario preguntarse ¿qué hizo falta para que las movilizaciones del #24A se convirtieran en organización permanente de mujeres? ¿Cómo ganar la voluntad de millones para luchar contra la violencia machista? ¿Cuál es la estrategia correcta para luchar por la emancipación de las mujeres?

Para contestar estas preguntas hay que partir del hecho de que, el movimiento feminista es heterogéneo y en su interior convergen diferentes estrategias políticas y visiones sobre la opresión hacia las mujeres y la lucha por nuestra emancipación.

En las asambleas del #24A del año pasado, desde Pan y Rosas sostuvimos que para desarrollar el movimiento era fundamental unificar la lucha de las mujeres jóvenes, estudiantes e intelectuales con la lucha de las mujeres trabajadoras, como las jornaleras de San Quintín, las obreras de Ciudad Juárez y las maestras en contra de la Reforma Educativa.

Para darle cuerpo al movimiento, propusimos levantar una Coordinadora Nacional contra las Violencias Machistas y un Encuentro Nacional de Mujeres, en donde pudiéramos construir un Plan de Lucha Unificado que convocara a las organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos, estudiantiles, democráticas y opositoras a levantar las demandas de las mujeres y masificar la lucha, para ser millones en las calles peleando por nuestros derechos.

Después del #24A, los intentos por consolidar las asambleas feministas e integrar a más mujeres fueron insuficientes, particularmente en la Ciudad de México. Esto claramente fue producto del enfrentamiento entre dos políticas distintas: por un lado la perspectiva de extender y masificar la lucha y por el otro, la lógica de las feministas autónomas y separatistas que consideran que las mujeres podemos luchar solas por nuestra emancipación desde nuestras individualidades y sin hacer alianzas con nuestros compañeros de clase y el conjunto de las personas que sufren también la opresión patriarcal.

También el gran capital político que dejo la movilización, ha intentado ser capitalizado por sectores del PRD y diferentes gobiernos estatales y locales, que ven en las demandas de mujeres un gran botín electoral. Sin embargo la bronca contra los partidos oficiales que permiten y fomentan las violencias machistas, sigue latente en todo el país por lo cual la tarea de construir un gran movimiento de mujeres independiente y en las calles es una cuestión de primer orden.

Desde la Agrupación Internacional de Mujeres Pan y Rosas hemos levantado esta política desde hace años, e intervenido activamente en el movimiento feminista desde la tradición del socialismo.

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Entendemos que la violencia contra las mujeres es parte de una situación estructural y propia de las sociedades capitalistas y patriarcales. Para luchar contra la dura opresión que recae sobre nuestras espaldas, consideramos indispensable establecer alianzas con nuestros compañeros de clase y unir nuestro objetivo de emancipación, a la lucha contra la explotación capitalista.

Sostenemos que las mujeres y los hombres que producimos la riqueza social que es expropiada por los capitalistas, somos quienes podemos terminar con este sistema de explotación y opresión. Por ello, peleamos por un gobierno obrero de ruptura con el capitalismo, pues desconfiamos de su legalidad y sus mecanismos de resolución de las demandas de las mujeres, que le quitan el filo combativo a nuestra lucha y buscan institucionalizarla, a cambio de la subordinación política y la renuncia a la independencia de clase.

Peleamos por un gran movimiento de mujeres en las calles, por nuestros derechos y contra el Estado y sus instituciones, pues son ellas las que legitiman y reproducen la ideología machista en la sociedad, así como la dominación de una clase sobre otra. Desde esta perspectiva es que te invitamos a formar parte de una organización de mujeres presente en México, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela, Bolivia, Estados Unidos, Alemania, Francia y el Estado Español.

En México te invitamos a ser parte de este movimiento, impulsando un comité de Pan y Rosas en tu escuela, barrio o centro de trabajo. Para pelear por los derechos de las mujeres trabajadoras y denunciar que los trabajos precarios y mal pagados también son violencia. Contra el feminicidio, los crímenes de odio, el acoso y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos ¡tenemos que ser millones en las calles!

Búscanos en Facebook como Pan y Rosas México o escríbenos a [email protected] para más información.

De quienes no pedimos ¡Exigimos todo! Nuestro derecho al Pan y también a las Rosas.