De opositor light al gobierno cambiemita a su integración al gobierno del Frente de Todos. Paritarias a la baja y cierre de debate interno. Democracia de base e independencia política, dos pilares esenciales para la defensa de los trabajadores.
Martes 18 de mayo de 2021 20:42
Foto: Infocielo
La Verde Anusate, que dirige ATE en la PBA (y también nacional), ha pegado un salto en su integración al oficialismo gobernante. Primero jugando en la interna del Frente de Todos platense en 2019 y perdiendo.
Luego pasó a un apoyo acrítico de la gestión de Kicillof, sumándose como comentarista ante cada acción de gobierno. Firmó paritarias a la baja consolidando una pérdida salarial histórica de los y las estatales de la provincia que tienen un sueldo promedio de 32 mil pesos, poco más de la mitad de los 62.958 pesos que según el Indec necesitó una familia para no ser pobre en abril.
Para lograr este récord cerró todo debate interno, solo convocó a plenarios de delegados para comunicar los acuerdos una vez firmados. Y hace unas semanas vemos la ciudad de La Plata llena de pasacalles “Colo de Isasi 2021”.
ATE venia de ser un opositor ligth del gobierno de Cambiemos
No le firmó las paritarias a Vidal, pero habiendo logrado que, por compulsa de padrones, lo designaran como el sindicato estatal con mayor afiliación, no se jugó a hacerlo pesar y tener un papel hegemónico, convocando a la organización de miles de estatales para enfrentar a ese gobierno antipopular y de ajuste.
En las jornadas de diciembre de 2017, contra la reforma de la movilidad jubilatoria corrió a los micros cuando empezaron las primeras acciones en el Congreso, mientras una primera línea del Astillero Rio Santiago, otros sectores estatales y la izquierda clasista enfrentábamos la represión.
En 2018, ante los intentos de “dinamitar” el ARS por parte de Macri y Vidal, fue empujado a acciones y la coordinación porque se lo impuso la base de la fábrica y la extendida solidaridad del resto de los estatales que ven en esos trabajadores un faro para la lucha.
Ese mismo año frenó el movimiento que venía dándose en el gremio por el aborto legal, paralizando iniciativas y mostrándose abiertamente con sectores de la iglesia y la pastoral social, negándose a un pedido extendido por el cambio de fecha de las elecciones de la CTA A el mismo día en que los dinosaurios del Congreso se preparaban para votar en contra de la ley.
Luego de eso entró con todo en la política del “Hay 2019” poniendo toda la expectativa en el recambio electoral y no en generar la fuerza para que los y las estatales nos organicemos para recuperar lo perdido.
Mejor alumno del gobierno de Kicillof
En el último tiempo y bajo el gobierno de Kicillof, la conducción de ATE pega un salto hacia su integración, no aun con funcionarios designados y legisladores, para lo que están disputando lugares en las listas hacia las próximas elecciones, pero sí acompañando cada acto de gobierno, firmando todas las paritarias a la baja así como en la desmovilización total con la excusa de la pandemia, y el cierre de todo debate interno.
Los vemos nuevamente a los abrazos con Darío Silva y sus patotas mientras no han dicho ni una palabra de la heroica lucha de los elefantes neuquinos.
¿Por qué? Porque si bien sostienen su disputa con la kirchnerista Verde y Blanca, de la que forma parte Quintriqueo, secretario general de ATE Neuquén, (y a esta altura queda claro que es más por mantener sus privilegios que por diferencias políticas), no van a alentar ninguna lucha, menos aún aquella que supere el corset de la burocracia, desarrolle la democracia y autoorganización de base, la coordinación con otros sectores y que se base en medidas de acción directa.
En esta situación donde ATE se muestra como el mejor alumno del gobierno, se propone discutir un Convenio Colectivo de Trabajo a espalda de los trabajadores que no puede ser para otra cosa que para atacar nuestras condiciones de trabajo.
Independencia política y democracia de los trabajadores
No es nuevo el papel que juegan las direcciones sindicales en general ni ATE en particular que, aunque apelando a la “autonomía” han sido furgón de cola de proyectos políticos patronales como el de la Alianza a fines de los 90 por ejemplo.
Ahora ha pegado un salto porque se ubica desde adentro de un gobierno de manos vacías en el régimen del FMI, que baja el salario real, con acuerdo (más allá de los matices que tenga la propia coalición de gobierno) en un plan fiscalista. Y por lo tanto apela a la desmovilización de los estatales y al cierre de la discusión interna, donde no convoca ni a plenarios virtuales en momentos donde avanza la crisis y la inflación pulveriza los salarios.
Un estatal compañero de trabajo decía “cómo puede un secretario general de un gremio estatal postularse para ser parte del gobierno que es nuestro patrón”. Y tiene razón, ATE una vez más, ha roto toda barrera entre Estado, gobierno y sindicato.
No hay posibilidad de lucha seria contra el ajuste, por las condiciones de vida y trabajo si no es basado en la total independencia política de las patronales, el Estado y su gobierno y alentando la más plena democracia de los y las trabajadoras porque es la única forma de desplegar la fuerza para vencer.
Los procesos de lucha en el país como la de los y las trabajadoras de salud en Neuquén, los vientos rebeldes que soplan en Colombia y ya vimos antes Chile y Ecuador, muestran que las políticas de ajuste y austeridad y los paquetes del FMI aplicados a costa del pueblo por todos los gobiernos, lejos de una aceptación pasiva, encienden la respuesta del pueblo trabajador y la juventud.