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Red Internacional
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Opinión. Aborto legal: un derecho en disputa

En los últimos años, y con el ascenso del movimiento de mujeres, la demanda por el aborto legal ha ganado fuerza, mientras la derecha pretende avanzar contra este derecho.

Joss Espinosa

Joss Espinosa @Joss_font

Miércoles 29 de junio de 2022

El movimiento de mujeres ha tomado las calles en los últimos años, con movilizaciones en diversas latitudes del mundo. Desde as protestas contra la violencia y los feminicidios al grito de Ni una menos, las protestas contra los ataques a los derechos sexuales y reproductivos. También este movimiento ha señalado las duras condiciones laborales que aquejan a las mujeres, la brecha salarial y la falta de derechos laborales.

Esto se ha mostrado con fuerza sobre todo en las convocatorias a paro internacional de mujeres realizado cada 8 de marzo desde el 2017, con movilizaciones masivas y también con paros de la producción sobre todo en España y Argentina.

Con este nuevo ascenso del movimiento de mujeres, también hemos visto que retoman fuerza algunas de las demandas históricas de este movimiento y del feminismo, entre ellas el derecho al aborto legal.

Avances…

Uno de los mayores ejemplos de eso fue la marea verde desde Argentina, múltiples movilizaciones llenaron las calles presionando para que se aprobara la ley para la interrupción voluntaria del embarazo. Para 2018 se votó la media sanción, siendo aprobada en la Cámara de Diputados y luego rechazada en el senado. Nuevamente se presentó en 2020 y finalmente fue aprobada, no sin antes de que el gobierno de Alberto Fernández incluyera algunas limitantes a la misma ley, como clausulas sobre la objeción de conciencia. Pese a la aprobación de la ley, aun hay muchas limitantes para la garantía de este derecho, lo que muestra que es necesario no solo que se vote la ley sino exigir que se cumpla.

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En febrero de este año en Colombia la Corte Constitucional aprobó la despenalización del aborto hasta la semana 24. Esta demanda se ha extendido por todo América Latina, Centroamérica y el caribe, pintando de verde las protestas feministas de los últimos años.

En México también ha habido ciertos avances en el derecho a decidir. Luego de una larga pausa tras la despenalización en la CDMX en 2007, finalmente en 2019 fue despenalizado el aborto en Oaxaca. El 2021 fue un año de importantes avances los cuales responden a las movilizaciones que exigen este derecho en el país, primero se despenalizó en Hidalgo y Veracruz, luego en septiembre la Suprema Corte de la Nacional dio la sentencia que marca como inconstitucional la penalización del aborto en el país, luego de eso se ha avanzado en las despenalizaciones en Colima, Baja California, Sinaloa, Guerrero y Baja California Sur.

Sin embargo, estos avances son aun limitados, ya que no todas las despenalizaciones han estado acompañadas de modificaciones en las leyes de salud que permitan que efectivamente las mujeres y personas con capacidad de gestar puedan acceder a este derecho. Como ejemplo, recientemente se dio a conocer que luego de la despenalización en Oaxaca, solamente hay un hospital en toda la entidad. De ahí que se vuelve urgente seguir con el empuje de una campaña a nivel nacional que exija el derecho al aborto legal, seguro, libre y gratuito en todos los hospitales del país.

… y retrocesos

En medio de este ascenso del movimiento de mujeres, y la fuerza que ha tomado la demanda por aborto en el mundo, la derecha comienza una ofensiva contra lo que hemos conquistado, como muestra, la revocación del fallo Roe vs Wade por parte de la Suprema Corte en EEUU. No es la primera vez que el derecho al aborto se ve atacado, recordemos que en 2015 en el Estado Español también se pretendió avanzar contra este derecho, un ataque que fue frenado con movilizaciones masivas en las calles.

La revocación del fallo Roe vs Wade, que despenalizó el aborto en 1973 en EEUU, implica un retroceso histórico. Este nuevo fallo señala que la Constitución “no otorga” el derecho al aborto, por lo que devuelve la autoridad a los congresos locales de cada entidad para poder legislar en torno a este. Ello se combina con que en diversos estados ya comenzaban, previo al fallo, a imponer limitantes para acceder al derecho al aborto.

Se estima que serían alrededor de 13 estados los que limitan o prohíben el aborto. A esto se suma que, el propio juez que promovió este fallo ha señalado que, de igual manera, se deberían reconsiderar otros fallos en torno a los derechos sexuales y reproductivos, así como derechos de las disidencias sexogenéricas.

Pero esto no inició ahora, ni cuando se filtro el primer borrador que prevenía de esta medida de la Suprema Corte, sino que viene desde hace 50 años que el aborto fue despenalizado, la derecha a buscado por todas las vías imponer restricciones al derecho a decidir en casi la mitad de los estados de ese país. Por su parte el Partido Demócrata, que dice defender el derecho al aborto, pese a haber tenido la mayoría parlamentaria en diversos periodos, nunca garantizó que desde el congreso ese fallo se convirtiera en ley, o incluso ampliarlo para que el derecho al aborto fuera garantizado de forma gratuita; por el contrario, al dejarlo solo como un fallo judicial, dejó la puerta abierta para que la derecha pudiera avanzar y quitar este derecho en cualquier momento, como este en el que Donald Trump dejó una Suprema Corte altamente reaccionaria.

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También es importante señalar que, aun antes de cancelado el fallo, el derecho al aborto estaba muy limitado, por los altos precios para realizarse esta práctica, son precisamente las mujeres pobres, las migrantes y afroamericanas las más desprotegidas, una situación que se extiende al conjunto de derechos sexuales y reproductivos. Y son estas mujeres las que resentirán de forma más cruda la criminalización del aborto.

Los derechos los conquistamos y defendemos en las calles

Lo que pasa en EEUU es la clara muestra de que en los marcos de este sistema capitalista y patriarcal nuestros derechos no están garantizados una vez y para siempre. Siempre están sujetos a la voluntad de los gobiernos, a que la derecha avance, a las crisis, la correlación de fuerzas; sin embargo, la fuerza para frenar estos ataques se encuentra en las calles. Como bien menciona Celeste Murillo en su columna Estados Criminalizados de América: “Para eso se necesitan muchas cosas, dos son indispensables: saber que ninguna victoria es permanente y confiar solamente en la movilización independiente (las alianzas vitales no exigen silencios ni piden votos a cambio).”

Esto ya se ha comenzado a mostrar, pues desde que se filtro el borrador del fallo y cuando fue aprobado, múltiples movilizaciones han llenado las calles de múltiples ciudades en EEUU. De forma no casual, se ha retomado el color verde de la marea que conquisto el derecho al aborto en Argentina, pues representa un símbolo de que, aunque se vote en el congreso o en los juzgados, de conquista en las calles. No podemos dejarle la última palabra al puñado que gobierna desde arriba.

Esta muestra de fuerzas también pone en evidencia algo muy potente, que es la unidad entre los sectores oprimidos y explotados, de ahí que sea tan importante que actualmente se comience a formar una coordinación de organizaciones no solo de mujeres y disidencias sino también sindicales. Son las y los jóvenes de la generación U, quienes han salido codo a codo con el movimiento de mujeres a denunciar este avance reaccionario y exigir el derecho al aborto legal, seguro, libre y gratuito. Una alianza que es un ejemplo para el movimiento de mujeres que se levanta a nivel internacional, y que muestra lo potente que es la unidad de las luchas contra la opresión y la explotación.

Desde distintos países comienza a emerger la solidaridad con el movimiento en EEUU, recordando que en nuestros países también hay una deuda histórica con las mujeres. Porque no solo es el derecho al aborto, es la pelea contra la violencia y la precarización que comienza a germinar un potente movimiento de mujeres.

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Desde México, haremos lo propio, y por eso desde Pan y Rosas junto a otras organizaciones hacemos un llamado a construir una campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro, libre y gratuito en todo el país.

Este camino, y lo que hoy muestra EEUU es que, lo que no avanza, retrocede. De ahí que las luchas que hoy se emprenden no deberían contentarse con lo conquistado, sino que las mismas deben ser pasos firmes para la lucha por un mundo sin opresión ni explotación, en el que nuestros derechos no estén sujetos a lo que imponen la clase capitalista y sus gobiernos.